Capítulo 23.

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Ocho meses. Ocho meses. Ocho meses.
Me repetia en la cabeza, siempre lo mismo, ocho meses. Que si, que puede que ocho meses no sean nada y se pasen rápido, ¿pero que hago yo ocho meses?
-Alex, Alex.-Liam pasó una mano por delante de mi cabeza.-¿Qué haces aquí?
Estaba sentada en un sofá pequeño que se balanceaba, a fuera de casa con una taza de café y pensando en lo de ayer.
-Nada, sólo pensaba.
-¿En qué?- Liam se sentó a mi lado.
-¿Qué haré yo ocho meses, Liam?
-No sé, podrías quedar con tu amiga esa que conociste, montar a caballo...
-¿Y Zayn?
-Se va de viaje.
-¿Así que estaré sola?
-Si, a no ser que quieras que se quede aquí Harry.
-No.
-Me ha pedido que se quede, quiere hablar contigo y además, prefiero que estes con él a que estes sola.
-Pero es que ni quiero hablar con él y mucho menos vivir con él durante ocho meses, no gracias, estoy mejor sola.
-Bueno pues eso se lo dices dentro de 5 minutos.
-¿Cómo? -Gire la cabeza a la derecha y por primera vez en la mañana le mire a los ojos.
-Van venir ahora. -Se levantó y se fue, dejándome con la palabra en la boca.
-Asqueroso, traidor de mierda.-Susurre.-Te vas a vagar cuando te pille Payne.- Eso, si que lo grité.
-Hola.-Gire la cabeza al frente y vi a Harry de pie en frente mío.
Yo no articule palabra, simplemente le hice un gesto con la cabeza.
-Tengo algo que decirte,¿puedo sentarme?
-Ajá.-Se sentó a mi lado.
-Bueno, supongo que esto ya te lo habrá dicho Liam, y bueno, quería saber que te parece si me quedo aquí contigo durante los ocho meses.
-Mm.
-¿Podrías hablarme con palabras normales?
-Puff.
-¡Alex!
-¿Qué?-Levanté un poco la voz.
-No me grites.
-No me grites tu a mi, joder.
-Yo sólo intento venir aquí para estar contigo y arreglar lo que pasó.
-¿Así sin más? ¿Así de fácil? Oh, sigues siendo el mismo, no has cambiado, menos cuando me abandonaste, ahí ya cambiaste, o espera, puede ser que ni siquiera te conociese tanto como yo pensaba, que saliera con un tío desconocido.
-No Alex, te estas equivocando.
-Lo se todo, Harry, todo. Sé que Liam te saco de ahí para venir a buscarme, los dos juntitos, pero tu no sabías que era yo, hasta que me viste el otro día. Pero aún así, me abandonaste, joder. Me dejaste tirada cuando yo más te necesitaba.
-Lo siento... -Susurró.
Le miré, confundida.
-¿Lo sientes? ¿Ya esta?
Hubo un largo silencio antes de que cualquiera de los dos comenzase otra vez hablar.
-Cuando te fuiste empecé a tomar pastillas, sin receta. Me atiborraba de pastillas, para poder dormir, para intentar comer algo, para poder vivir...-Hice una pausa y le miré para comprobar que me estaba escuchando. Su mirada estaba al frente, pero sabía perfectamente que me estaba escuchando porque se le fruncio el ceño.- Tu no estabas, no tenía a nadie. La pérdida de mis padres y la partida tuya, me dejó muy marcada. 
Un día estaba en mi habitación con un bote de pastillas. Diez de ellas y ya estaba casi muerta, entonces me las tragué, una a una, llorando y pensando en que si ya no te tenía, no servía de nada seguir viva.
Me dieron por muerta,¿sabes? Sin saber lo que realmente me pasaba. Simplemente estaba inconsciente, porque no me había tomado las pastillas suficientes. Pero la directora sabía que aún tenía vida, entonces me mando al hospital y me hicieron pruebas, hasta que acertaron y me hicieron un lavado de estómago. Estuve en coma una semana. Y cuando desperté regresé al orfanato. Pero cada día venía una psicóloga. No me servía para nada, pero al estar con alguien, me sentía mejor.
Y me recuperé, o eso pensaron todos. Luego conocí a Roxana y a Nicole y me ayudaron bastante, pero no lo suficiente para no volver a recaer. Dejaba de comer porque ya no tenía ganas ni para eso.
Lo pase muy mal, no sabes cuanto. Y tu no estuviste allí para salvarme.
-Lo siento de verdad, yo tenía que...
-No.-Le corté.-No lo sientas, ya no hace falta.-Me levanté y entre en casa. Y para mi desgracia, Liam lo había escuchado todo. Pase por su lado con la esperanza de que me dejará subir las escaleras sin preguntarme nada pero me paro con su brazo.
-Alex...-Susurró.
Le miré a los ojos y estaban cristalizados.
Me abrazó y recibí su abrazo como siempre, con mucho amor.
Yo empecé a derramar pequeñas lágrimas. Quería llorar y soltarlo todo. Solloce y Liam se dio cuenta de que lloraba. Se me debilitaron las piernas y estaba a punto de caer si no llega a ser por Liam, que me cogió y me llevó al sofá.
-No, quiero ir a la habitación.-Dije como pude entre sollozos.
Él volvió a cogerme y me llevó hasta la habitación.
Me tumbó en la cama y se quedó a mi lado mientras yo seguía llorando pero esta vez en silencio.
-No me voy a ir.-Dijo Liam después de un tiempo largo.
-¿Qué? Claro que si, tienes que ir, es lo que siempre has querido.
-No pienso dejarte.
Y aquí entendí el por qué no quería irse. Escucho toda la conversación que tuve hace unos minutos con Harry.
-Es por lo que has escuchado,¿verdad?
No respondió.
-Si es por eso vete, no quiero que te quedes sólo por mi culpa.
-No es por tu culpa. Me quiero quedar contigo, sólo eso.
-No, sé que no es eso. Vete, ahora soy yo la que quiero que te vayas.-Mentira, no quería que se fuera, porque si lo hacia, sabía que volvería a estar como antes, pero necesito estar sola.
-¿Quieres que me vaya? 
-Si.- No.
-¿Estas segura?
-Si, y cuanto antes, mejor.- No, no quiero que te vayas nunca.
-Esta bien, me voy mañana.
Asenti y se fue de la habitación, dejandome sola y yo a punto de volver a llorar.

No sé, pero te amo.-Novela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora