Todo iba perfecto, Lor cada día se hacía más grande, mi relación con Liam iba genial y tenía un ánimo estupendo. No sé si habia sido porque nos habíamos mudado y habíamos cambiado de aires o porque simplemente ya no había más problemas en nuestras vidas.
Liam se había comprado una moto, y parecía un niño pequeño con una piruleta cuando montaba en ella.
Estaba sentada en el jardín con Lor a mi lado acariciandolo.
-Alex.-Gire la cabeza y estaba Liam en la puerta de casa.
-¿Si?
-Vamonos.
-¿Adónde?
-A un sitio, tengo que recoger una cosa.
-Vale.
Me levanté y camine hacia la casa con Lor detrás mio. Cerramos todas las puertas menos la del jardín, para que Lor paseara. Cerramos también la puerta del jardín que daba a la calle para que Lor no se escapara, y salimos de casa.
-¿Vamos en el coche o en la moto?
-Moto.- Sonrió.
-Por supuesto. -Rodé los ojos y reí.
Se subió en la moto, se puso el casco y me dio a mi el mio. Monté detrás de él y arrancó.
Apoyé la cabeza en su espalda y puse mis brazos alrededor de su cintura. Me encantaba que me diera el aire en la cara y me encantaba ver como los árboles se quedaban atrás. Sabía que a Liam le encantaba este vehículo por eso sabía, aunque no pudiera mirarle a la cara, que estaba sonriendo. Yo también sonreí sólo por el hecho de que él es feliz.
Me encantaba la sensación que tenía en mi tripa cada vez que estaba a centímetros de él, a pesar de llevar ya muchos meses a su lado, seguía sintiendo esa sensación.
No quiero que nada cambie, quizás estaría mejor si hubiera tenido a mis padres durante toda mi vida, pero estar así con Liam, no lo cambio por nada en el mundo. Quizás el destino lo quiso así.
Estábamos en un semáforo y de repente el sonido de una bocina llamó mi atención, giré la cabeza y vi a un camión que se acercaba a nosotros a rápida velocidad. Entre en pánico.
-¡Liam! ¡Liam! -Liam estaba en estado de shock y yo estaba temblando y gritando su nombre.- ¡Liam arranca!
Vi como el camión estaba muy cerca y escenas pasaban por mi cabeza, todo pasaba tan rápido, era como un déjà vu y lo último que escuché fue un pitido y lo último que sentí fue un impacto contra el suelo y como me desprendía de la cintura de Liam sin querer.Estaba todo negro, quería abrir los ojos pero los sentía muy pesados.
Escuchaba las sirenas de las ambulancias y de la policía.
Quería moverme pero mi cuerpo no me respondia. Estaba llorando de impotencia, no sabía que hacer. Volví a intentar abrir los ojos y me arrepentí de haberlo hecho.
Había mucha sangre en la carretera, el camión estaba estampado en un árbol y la moto, oh dios mio, la moto estaba aplastando el pecho de Liam. Quería gritar pero mi voz no salía.
-¡Liam!- Susurre. -¡Liam por favor contestame!- No me escuchaba y yo no podia gritar. Mis lágrimas salían a tanta velocidad que no me permitían ver.
-¡Liam!- Grite más fuerte. -¡Liam!
-Señorita, ¿se encuentra bien? -Muchos médicos corrían hacia Liam. Dos de ellos estaban a mi alrededor.
Quería levantarme, quería saber si Liam seguía vivo. Pero cuando hice ademán de levantarme, una paramédico me detuvo.
-No puede moverse, acaba de tener un accidente bastante grave.
-Quiero ir con Liam.
-Tranquila, el chico está siendo atendido.
Me subieron a una camilla y me hicieron un torniquete en la pierna que sangraba.
-Quiero ir con Liam. -Susurre llorando.
Me subieron a una ambulancia y minutos después subieron a Liam.
-¡Liam! -Quería levantarme, él se veía tan débil.
-Señorita, estase quieta, ha perdido mucha sangre.
-¡Necesito estar a su lado! -Me moví de la camilla para levantarme.
-¡Dame un tranquilizante! -Gritó la chica.
-¡No, no!
Noté como me pincharon en el brazo. Me sujetaron de los brazos y me volvieron a tumbar.
-Liam-Susurre antes de volver a cerrar los ojos y quedarme con la mente en blanco.Desperté en una habitación con las paredes blancas. Estaba tumbada en una cama con sábanas blancas que tenian el logo de un hospital. Tenía cables conectados a una máquina. Mi cuerpo pesaba, y me dolía todo.
Vi que en la mesita que tenía al lado había un botón. Lo pulse y apareció una enfermera.
-Señorita Gomez, que alegría verla despierta.
-¿Dónde está Liam? -Susurre.
-¿El chico con el que estaba?
-Si, ¿como esta él?
-Oh, él esta muy grave, señorita. Sufrió mucho con el accidente. -Su voz estaba apagada.
¿Qué? Sin querer me puse a llorar.
-¿Dónde esta? -Repetí. -Quiero verle.
-No, me temo que no va a poder ser. Usted no se puede mover de aquí.
-¿Por qué?
-Está muy débil, necesita reposo y ahora mismo, necesita comer.
-¡No quiero comer! ¡Quiero ver a Liam!
Niall apareció por la puerta corriendo.
-Niall, Niall, llévame con Liam.
-Alex. -Susurró. Se acercó a mi y me cogió la mano.
-Niall, por favor. -Dije con un hilo de voz. -Llévame con él.
-No puedo hacerlo, tienes que recuperarte.
-Sólo quiero verle una vez, por favor, por favor. -Susurre con lágrimas en los ojos.
-La traeré la comida. -La enfermera salió de la habitación.
-¡No quiero comida, quiero ver a Liam! -Grité.
-Alex, tranquila, él esta en buenas manos, él esta en un sitio mejor.
-¿Un sitio mejor? ¿A qué te refieres? ¿Dónde esta Liam, Niall? -Lloriquee.
Apareció la enfermera con una bandeja y se marchó.
-Come, te vendrá bien, Alex.
-No me has respondido. -Le miré a los ojos pero Niall evitaba mi mirada. -¿Esta... Esta.. Esta muerto?- Tartamudee.
-Esta en un riesgo muy elevado.
-Cuéntamelo todo, Niall, por favor.
-Él no responde, su cuerpo está aquí, su cerebro quiere seguir aquí, él quiere seguir aquí, pero una parte de su cerebro se lo impide, no se qué o quién le mantiene en vida aún, es como si estuviera esperando algo o a alguien para seguir con vida o finalmente morir.Oh dios mio, palideci y las lágrimas recorrían mi rostro.
-Necesito verle, Niall. -Susurre.
-Come y luego intentaré llevarte hacia él.
Asenti y empecé a comer de la bandeja mientras Niall se quedaba conmigo.
Estaba mirando a un punto fijo mientras comía. A veces se me escapaban lágrimas.
Yo sólo quería ver a Liam y si Niall no conseguía llevarme hacia él, haría todo lo posible para salir de aquí y encontrarle.
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No sé, pero te amo.-Novela.
RomantikHabía tenido a estas alturas de mi vida un cupo más que razonable de experiencias cercanas a la muerte, aunque desde luego no es algo a lo que pueda llegar a acostumbrarse. Parecía extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento co...