La noche iba bien, muy bien. Le daba muchas copas a Liam para que perdiera un poco más el control y así, poner en marcha mi plan.
-Liam. -Le susurre en el oído para que me oyera.- Vamos a bailar.
Él asintió y le cogí del brazo poniéndole de pie. Nos dirigimos a la pista de baile, que estaba a tope, pero me daba igual, así podiamos bailar más pegados.
Empezamos a movernos al ritmo de la música. Yo me acercaba mucho a Liam. Tenía sus manos apoyadas en mi cintura y yo estaba dándole la espalda. Me pegue del todo a él y baje hasta abajo y volví a subir rozandole todo el cuerpo. Note como Liam se ponía duro y sonreí.
Me gire y puse mis brazos alrededor de su cuello. Me acerqué a su oído y mordi el lóbulo de su oreja.
Fui dejándole besos por su cuello hasta llegar a su boca y devorarla.
-Alex.- Gimio cuando apreté mi cintura a la suya.
-Querías una fiesta, ¿no? Nene, la vas a tener, y bien grande.
Él sonrió y comenzó a besar con mucha pasión. Al rato de estar entretenido con mis labios bajo hasta mi cuello.
-Vámonos de aquí.- Me cogió de la mano y apartó a la gente de nuestro camino. Salimos del local y nos.dirigimos al coche.
Liam buscaba las llaves pero no las encontraba, y yo me reia.
-Buscas esto. -Saque las llaves de mi bolso.
-Joder Alex, haberlo dicho antes. Damelas.
-No. -Sonreí.
-¿Como?
-Que no.
Se acerco a mi y me pego al coche.
-¿No quieres ir a casa?- Reí. Había conseguido lo que quería.
-O me las das, o te follo aquí mismo.
-No serías capaz.
-Si que lo sería.
-¿Tan cachondo estas?
Pego su dura polla a mi vientre y gemi.
-No sabes cuanto.-Susurró en mi oído.
Le entregué las llaves y subimos, pero yo conducía porque en el estado que estaba Liam, en vez de ir a la cama iríamos al hospital.
Mientras conducía Liam no dejaba de meterme mano, y eso hacia que me desconcentrará.
-Liam, o paras o chocaremos.
-Para el coche.
-¿Qué?
-Que pares el coche. Lo haremos aquí.
-¿Estas de broma? No voy hacerlo aquí.
-¿Por qué?
-Porque prefiero hacerlo en la cama.
-Pues pisa fuerte, joder.
-Eh Payne, o te calmas o te quedas sin polvo, chaval.
Me hizo caso y dejo de hablar.
A los cinco minutos llegamos a casa. Bajamos del coche y entramos en casa.
Deje el bolso en la entrada y Liam ya me estaba cogiendo de la cintura.
-Oye Liam.
-Mmmmm...
-Se me han ido las ganas.
-¿Qué? No me jodas.
-Estoy muy cansada. -Me dispuse a subir las escaleras intentando reprimir la risa.
-Alex, no me dejes así.
-¿Así como?
-Joder así. -Señaló su entre pierna.
-Duchate con agua fría.
Subí las escaleras y entre en la habitación.
-Alex, no me hagas esto.
Entró en la habitación.
Le agarré y le tumbe en la cama. Me subí encima de él con las piernas a cada lado de su cintura.
-¿Creías que te iba a dejar así? -Le susurre.
Le arranqué la camiseta y le desabroche el cinturón.
-Oh, Alex.- Sonrió.
Le quite los pantalones y el boxer.
Recorrí con mi dedo todo su cuerpo, desde su cara hasta su pecho.
Baje más y cogí su pene.
-Oh, dios.- Gimio y sonreí.
Empecé a mover su pene de arriba abajo y luego me lo meti en la boca.
Nunca había hecho algo así, pero al ver la cara de Liam, supuse que le gustaba.
Seguía masturbandole y cuando estuvo a punto de llegar deje de hacerlo.
-Joder Alex, ¿por qué paras?
- Porque luego disfrutarás más cuando me la metas y llegues al orgasmo.
-¿Cómo sabes eso?
-Tengo mis cosillas.- Sonreí.
Se incorporó me cogió de la cintura y me giro, quedando yo encima de la cama. Me quito el vestido y los zapatos. Luego me quito el sujetador y las bragas.
-Abre la cama.
Abrí las sábanas y me puse adentro, luego Liam se puso encima de mi.
Me besó en los labios mientras que subía y bajaba acariciandome la.pierna con su mano derecha.
La mano izquierda la tenía en mi cintura para arrimarme más a él.
Hasta que note como me penetraba.
-Oh. -Gemi cuando le tuve adentro.
Se movía rápido dentro de mi, tenía ganas de llegar a su esperado orgasmo. Y lo hizo rápido y fuerte.
Me penetraba tan rápido que apenas podía besarme.
Llegue al orgasmo y luego él después de mi, susurrandome al oído mi nombre.
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No sé, pero te amo.-Novela.
RomanceHabía tenido a estas alturas de mi vida un cupo más que razonable de experiencias cercanas a la muerte, aunque desde luego no es algo a lo que pueda llegar a acostumbrarse. Parecía extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento co...