Capítulo 12.

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Seguia esperando a que Liam comenzara hablar.

-Parece que esto es mas difícil de lo que pensaba.-Frunci el ceño. ¿A caso es, que lo que me tiene que decir es grabe?- Alex, prometeme, que lo que te cuente ahora, no nos perjudique.-Sonó a una suplica. Yo no sabia que decir, estoy dudando, tengo muchas preguntas y no me atrevo ha hablar.

-Alex, se que estas confundida y probablemente tendras preguntas que hacerme, pero antes de nada, prometemelo.-Me cogio las manos.-Por favor.-Susurro.

-Si, te lo prometo.-Dije, no muy segura.

Él suspiro.

-Esa mujer, te conocía cuando eras pequeña y yo... También. Seguramente pensaras que "de que te conocemos". No lo puedes saber todo hoy. Sólo te puedo decir que también conociamos a tus padres.

-¿Por que no me lo dijiste antes?-Susurre.

-Porque no podía.

-¿No podías decirme la verdad? Sabías que no recordaba nada. Y ahora todo encaja. Sabía que tenías algo escondido, porque sabes cosas de mi que sólo mis padres sabían.

Le mire, me quedé mirándolo un buen rato, observando su rostro. Y entonces ahora me encajaban más cosas.

-tú, tú eres aquel niño de mis sueños.-Susurre. Una lágrima rodó por mi mejilla.-Tú estabas en el accidente, tú lo probocaste.-Más lágrimas por mi rostro.

-Pero no lo sabes todo. Déjame explicarte.

-Tú hiciste que mis padres murieran, y casi muero yo.-Susurre.-Pero...¿por qué? No logro recordar nada más.

-Alex, yo... Lo siento mucho. No era esa mi intención.-Me levanté.

-¿Cómo se que no mientes? Todo este tiempo me has estado ocultado cosas.-Hice una pausa.-Confíe en ti.-Susurre.

Subí las escaleras mientras notaba completamente que Liam me seguía.

-Alex, espera, por favor.

Cerré la puerta y me dispuse hacer la maleta. No quiero vivir más aquí. No quiero ser engañada, no otra vez.

Liam entró, pero yo lo ignore.

-Alex, me prometiste, que no cambiaría nada entre nosotros, no te vayas.

-¿Cómo no irme?-Grite.-Sí acabo de averiguar de que este poco tiempo he vivido con mi...asesino. Dime,¿lo tenías preparado? ¿Y ahora que? ¿Me mataras a mi porque no lo conseguiste entonces?

-No es lo que piensas...

-¿Entonces que es?-Se me quebró la voz. Un nudo comenzaba a formarse en mi garganta. Quería llorar.

-No puedo contartelo todo.

Le mire, él tenía la cabeza agachada.

Volví a meter ropa en mi maleta.

-No te vayas, dame tiempo.-Le mire.-Por favor.

-¿Tiempo a que?

-A poder decirte todo, todo lo que quieras saber.

-¿Pero no lo entiendes? ¿Cómo pretendes que siga viviendo aquí, después de lo que me acabó de enterar?-Grite, y entonces, rompí en llanto. Liam me abrazo, yo quería soltarme de él, pero me rendi, ya no me quedaban fuerzas. Deje que me abrazara, mientras yo seguía llorando en sus brazos. Levanto mis pies del suelo y me tumbo en la cama con él debajo de mi. Cerré los ojos mientras pequeñas lágrimas salían de ellos. Y me quedé, una vez más, dormida en sus brazos.

Desperté en los brazos de Liam. Le mire y él seguía durmiendo. Tenía una lágrima en la cara.

Me levanté y termine mi maleta. Después bajé y salí de la casa. Ahora no sabía a donde ir, pero no me quedaría allí. Comencé andar hasta que vi una cafetería. Entre en ella y me senté en una mesa. Casi no había nadie.

Se me acerco una chica, vestida con un denlantal blanco.

-Buenas tardes,¿que va a tomar?

-Un café, por favor.

-Ahora mismo se lo traigo.

La chica desapareció. Mire por la ventana y contemple él atardecer. Derramaba lágrimas silenciosa mientras seguía mirado por la ventana.

La chica llegó con el café y me limpie las lágrimas.

-Aquí tiene.-Me sonrio.

-Gracias.-Force una sonrisa.

-¿Estas bien?-Me pregunto con la misma sonrisa pero con cierta preocupación en sus ojos.

-Sí.

La chica se sentó en frente mío.

-Sí es por un tío, no merece la pena.-Me cogió la mano y me dedico otra sonrisa.

-Ojalá fuera sólo eso.-Susurre.

-No me conoces, no te conozco, pero se escuchar. Puedes contarme sí quieres. Necesitas desahogarte y eso es bueno.

Dude en contarselo. Nunca le contaba nada a nadie que no fueran Roxana y Nicole.

Cuanto las echo de menos, ojalá pudiera tenerlas aquí. Me salió otra lágrima. Entonces la chica se levanto y se sentó a mi lado. Me abrazo y yo volví a romper en llanto.

Después de algunos minutos llorando, me calme y comencé hablar.

Todo, absolutamente todo, lo solté. Todo lo que toda mi vida he guardado. Desde el accidente hasta los mensajes que recibía cada día por carta después de lo que pasó. Desde el orfanato hasta Liam y lo que me había enterado.

La chica me abrazo más fuerte, pero ya no lloré más, no quería, prometí hace tiempo no volver a mostrarme débil ante los demás, y me recorde esa promesa.

-Por cierto, me llamó Alex.-Sonreí. Se me había olvidado decirle mi nombre.

-Yo me llamó Marta.

Acabó su turno y me llevó a su casa.

-Puedes quedarte el tiempo que quieras.

-Gracias.

Me llevó a una habitación.

-Puedes dormir aquí.-Sonrio.

Entre a la habitación y la contemple.

Paredes blancas y una cama con sábanas azules. Había una pequeña mesita al lado de ella, también de color blanco. Y un pequeño armario de madera.

-Gracias por todo.

-No me des las gracias.-Me abrazo.-Duerme, lo necesitas.

Marta salió de la habitación y yo me tumbe en la cama. Con la última lágrima que derrame en el día, me quedé dormida.

No sé, pero te amo.-Novela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora