XXVII 🍁

29 3 1
                                    

Después de haber terminado de comprar lo que necesitaban y lo que no regresaron a casa, el camino era normal, sin sospechas ni nada, pero había algo que ninguno de los dos notó.
La madre de Romer, si, Jenn, ahí estaba ella, en el pueblo, tratando de encontrar a su hijo por casualidad, ella los había visto en el pueblo juntos...
Jenn los había seguido y supo que el plan que ya tenía iba a funcionar de la mejor manera.

Ambos chicos habían llegado a casa sin saber nada de lo ocurrido, solo dispuestos a hacer la comida para ellos y Lía.

—Nunca había cocinado en compañía.—El castaño rió bajo.

—Y yo nunca había cocinado.—Le contestó el menor.

—Ven, te enseñaré... Solo no quemes algo, por favor.—Bromeó Oscar.

La pareja siguió cocinando normal, divirtiéndose con cualquier cosa. Mientras disfrutaban sus días de compañía y de felicidad en casa de Jenn todo ardía en llamas.

Jenn golpeó la puerta de la habitación de Mark.

—Mark, ¡¿Quieres abrirme de una jodida vez?!—Gritó la mujer y Mark le abrió la puerta.

—No, la verdad no quiero pero necesito hacerlo para no acabar como Romer. Encerrado por tus enojos estúpidos.—Mark ya sabía lo que venía así que se resignó a escuchar sus quejas.

—Eres un imbécil.—La mujer empujó con fuerza a Mark y cayó al piso.—Tu y Carlos son imbéciles, lo sabían desde un jodido inicio, sabrían que Romer había escapado con ese estúpido chico.—La mujer golpeó el hombro de Mark.

—Ese es muy su problema, tu fuiste la principal razón para que el tomara esa decisión, así que deja tu drama y acepta tu error. Dudo que lo hagas pero intento hacer que lo sepas.—Carlos se incorporó a la discusión.

—¡Eres un estúpido niño malcriado!—Jenn estaba a punto de golpearlo pero Mark se puso en frente de ella así evitando que el golpe le llegara a Carlos. Mark solo hizo un gesto de dolor.

—Conmigo si todo pero con el no, Jenn, deja de ser tan inmadura y deja de creer que tienes la razón de todo solo por tener más dinero que el resto. Carlos no tiene la culpa de que hayas sido una mala madre con Romer y por tus estupideces el no está, Romer tiene otra vida, acepta eso.—Mark la tomó de los hombros y la alejó de él.

—Cállate y suéltame, aquí yo decido si el la tendrá o no. Carlos es un estúpido malcriado, no agradece todo lo que le he dado junto a su padre.—Jenn miraba a Mark con odio

—Entonces, ¿Se supone que te tengo agradecer por ser criado por mis hermanos y no por ustedes? Si hablamos de agradecer lamento decirte que no te debo nada.—Volvió a contestar Carlos.

—Te estoy dando un hogar—Dijo la mujer.

—Claro y entonces, una casa dónde solo hay peleas, dónde papá ni siquiera nos dirige la palabra, dónde tú te sientes superior a todos y minimizas nuestras necesidades, dónde encierras a tu hijo sin comer solo por enamorarse y dónde si algo no te gusta te diriges a los golpes es un hogar ¿A caso esto luce como un hogar?—Carlos la miró a los ojos fijamente, esa mirada en la que ambos se retan y la tensión reina los aires.

—Reclamas que agradezcamos por un hogar pero te recuerdo que justo por esas razones Romer se fué de la casa, o me dirás que salió por qué este hogar se sentía tan bien que se aburrió solo para vivir una mala vida. Estoy seguro que el está mejor sin ti y sin esta casa llena de problemas. Y al paso que estás yendo el no será el único que se irá.—Mark decidió retar a su madre.

—¿Y ustedes piensan que en algo me afecta si se van? A mí un hijo no me detiene, váyanse, armen su vida, hagan lo que quieran pero les aseguro que no tardarán un mes para volver a pedirme comida y hogar, ustedes no sobreviven sin mi, por qué no saben hacer algo productivo, siempre se les dió todo, nunca movieron un solo dedo para su propio bien. Pero bueno, hagan lo que para ustedes sea lo correcto, solo no intenten proteger a Romer, el ya tiene su trágico destino y ninguno de los dos me va a detener. Par de idiotas.—Jenn les sonrió cínicamente unos segundos y su expresión fría volvió, salió de la habitación y cerró la puerta de golpe.

—Toma tus cosas, vámonos, tenemos que encontrar a Romer, supongo que sigue en el pueblo por lo que dijo mamá, vamos, el tiempo se acaba y si seguimos así ni Romer ni Oscar saldrán vivos.—Carlos empezó a guardar algunos pares de ropa y cosas necesarias en una bolsa.

—Esto no saldrá bien, estoy seguro de eso, ella es tan... Cruel.—Dijo con decepción Mark.

—Cuando era pequeño creí que sería la mejor madre, al principio me leía cuentos, después las empleadas lo hicieron y me di cuenta que mi vida sería una completa mierda, tuve más privilegios que ustedes, mil empleadas detrás de mí para darme la atención que mamá no. No fue lindo, siempre deseé salir de esta casa pero no lo hice por miedo y ahora lo hago por miedo a que mi hermano esté en riesgo gracias a esa persona que algún día yo llamé mi todo, a esa persona que algún día yo le llamé madre.—Carlos seguía metiendo a la bolsa sus cosas más necesarias

—Mamá no es buena, no eres el único que pensó que ella era la mejor, a mí me hizo creer que en verdad le importaba, pero al ser el primer hijo fuí educado por papá, tampoco fue lindo, ambos querían que fuera un ejemplo para ustedes, que me encargara de ustedes, que fuera perfecto para agradarles pero  ahora mira, papá no me dirige la palabra, mamá me odia y también me saldré de esta casa junto contigo.—Mark miró con nostalgia una de las fotos familiares que tenía a lado de su cama, la dejó caer al piso para después dirigirse a la salida junto a Carlos.

—Te podría decir que estamos jodidos pero si hablamos de alguien jodido estamos hablando de Romer, el si fué el más afectado por mamá.

Ambos salieron de la habitación y sin mirar a sus padres salieron de la casa con gritos de Jenn a lo lejos.

Amor de otoño.  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora