VII 🍁

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Oscar y Romer seguían admirando su amistad, admiraban el hecho de pensar que estaban juntos y habían desarrollado un cariño bastante fuerte a pocos días de recién conocerse.
Las cosas no serían fáciles pero ahí estaban, disfrutando de sus días y la compañía, no necesitaban a nadie más, estaban felices juntos. Una bella amistad que no sabía de los giros inesperados que darían del día a la mañana. Ellos intentaban tener un final feliz y libre pero el destino estaba injustamente en su contra.

—No entiendo por qué me siguieron...— Romer rompió el silencio.

—No lo sé, tal vez por qué es algo extraño que salgas todos los días al pueblo y regreses un poco tarde.—Le respondió.—Y tal vez por qué no quieres hablar de la razón por la que vienes al pueblo.

—Buen punto... Pero igual no les diré.—Dijo el menor.

—Y justo por eso te volverán a seguir hasta que te canses de ellos y les digas todo con detalles.— Se burló el castaño.— Así que busca una manera de poder solucionarlo antes de que empeore.

—Entonces... Pretendes que no vuelva a venir al pueblo por culpa de los intrusos que forman parte de mi familia y que desgraciadamente son mis hermanos.—Se burló. Romer estaba retando al castaño.

—Bueno, tampoco de esa manera. Podemos seguir viéndonos pero no tan seguido o cuéntale a tus hermanos y reza para que la demás parte de tu familia no te odie.—Le dijo al pelinegro.

—Lo haces ver tan fácil... Es más, ni siquiera sé si ellos lo aceptarían. Probablemente Carlos lo haga pero Mark es... Diferente.—Dijo mientras miraba el cielo con atención.

—Diferente... Cómo digo, no pierdes nada intentando.... Bueno, si pierdes mucho pero si necesitas hogar yo te doy uno.—Dijo intentando arreglar la situación. Lo cual no estaba funcionando.

—Si no muero en el intento acepto tu propuesta.—Habló el menor con burla.

Otra vez el lugar se había apoderado de un cálido silencio. Ambos estaban recostados en el pasto, perdidos en sus pensamientos el uno con el otro.
Oscar sentía que sus sentimientos iban más allá de amistad y aunque se le hacía extraño eso no le preocupaba mucho.
Mientras que a Romer le asustaba tenerlos, aunque fuera amistad sabía que eso probablemente llegaría más lejos. Lo había besado y se sentía un tanto bien por el hecho de haber sentido esa sensación por primera vez... Y más con un...chico.

Romer quería decirle varias cosas al castaño pero no sabía por cual empezar. En su mente vivía y reinaba el miedo, acompañado de inseguridades y pensamientos que cambiaban su estado de ánimo fácilmente. Lo cual estaba afectando mucho en su interior.

Pensó un momento, así que no tan decidido de ello se dispuso a cortar el silencio.

—Sé que te dije que olvidaras el beso...—El castaño puso su atención a lo que estaba diciendo Romer.

Este lo notó haciendo que un silencio tenso reinara en el lugar de manera inesperada. Estaba pensando si decir lo que en su mente pasaba, pero tenía miedo y el miedo en esos momentos no ayuda mucho.
Tomó valor y decidió continuar.

—No sé si esto suene raro pero...—El mayor asintió como gesto a qué continuara.—Te besé por impulso y por qué en verdad quería hacerlo, creo que estoy confundiendo mis sentimientos, no lo sé. A lo que voy es que tengo miedo a que en verdad sienta que necesito algo más que amistad... En si, no me preocupa del todo eso, en parte si pero tengo más miedo a que tengamos que escondernos por siempre y fingir como si nada pasara, tengo miedo a que quieran separarnos o algún día llegue a pasar...—Y cayó en cuenta lo que decía.—Lo siento. No debí decir eso, efectivamente estás confundiendo mis sentimientos más de lo que ya. Yo enserio lo—El castaño lo interrumpió.

—Hacer algo que para la sociedad es anticuado no está mal.—Se refirió al beso.—Y creo que la mayoría de las personas confunde sus sentimientos muchas veces pero eso no tiene nada de malo, solo es cuestión de pensar en ello para darte cuenta que es lo que sientes en verdad. Y no importa si llegas a sentir algo más que amistad, uno no puede decidir por el corazón, no tengas miedo, estoy aquí y lo estaré, estaré para ti y si vamos a escondernos lo haremos juntos, si tenemos que correr riesgos y enfrentarnos al mundo de la manera que sea lo haremos juntos. Yo no me separaré de ti a menos que me pidas que lo haga. Esto seguirá si tú quieres que siga, todavía estás a tiempo para que me digas que me aleje y evitemos más riesgos. Esto depende de ti y si estás dispuesto yo te ayudaré a dejar de tener miedo pero depende de ti el querer dejarte ayudar.—El mayor terminó de hablar con una cálida sonrisa que le generaba confianza al pelinegro.

Romer se preguntaba si era buena idea aceptar al castaño en su vida. Evitando a su madre y a todos ellos que querían que fuera perfecto, ellos que lo habían moldeado a su gusto y disgusto, ellos que habían cambiado todo de el para que fuera alguien "perfecto". A ellos los evitó para poder aceptar su amistad y a el mismo. Lo intentaría con ayuda del castaño y nadie lo podía impedir... O si?
La pelea mental se hacía más grande en la mente del pelinegro y no tenía idea de cómo reaccionar o de cómo controlarlo.

—Quiero hacerlo pero si mi madre llega a enterarse no me dejará volver a tocar este pueblo.—Dijo el menor mientras abrazaba con nostalgia al castaño.

—Entonces te irás sin decir nada e intentaré entender la razón. No hay de que preocuparse, el punto es que no quiero que sufras por algo que todavía no estás seguro. Quiero que estés tranquilo y seguro de ti mismo, fuera de tus preocupaciones, quiero ayudarte pero solo si quieres y me dejas hacerlo.—Le intentaba dar más confianza al pequeño pelinegro.

—Está bien... Prométeme que te quedarás.—Respondió el menor.

—Pensé que había quedado claro, pero si lo haré. Confía en mí.—El menor asintió a lo que el castaño le dedicó una cálida sonrisa.

Poco a poco iban generando confianza el uno al otro.
Romer quería dejar de sentir tanto miedo, podía evitarlo pero no por mucho tiempo. Si, sus miedos, inseguridades y necesidades se iban cuando estaba con Oscar pero repentinamente volvían a aparecer cómo si intentarán recordarle que su realidad es horrible y tiene que bajar obligatoriamente de sus pensamientos para poder aceptar que no podrá tener una amistad con libertad a menos que sea permitida por su familia, sociedad y mente.

Amor de otoño.  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora