La pareja seguía guardando sus cosas para poder irse y escapar del sufrimiento. Cosa que claramente no era posible.
Sin saber lo que estaba por ocurrir a manos de Jenn.Una gran multitud del pueblo caminaba hacia la casa donde habitaban los adolescentes, junto a trinches, antorchas, palos y escobas, todos dispuestos a acabar con la vida de los chicos, todo bajo el control de Jenn.
La multitud había recorrido desde la gran casa de Jenn a penas y cruzaba el bosque.¿Que pasaría si hubiera más tiempo? Solo un poco...
Vaya, quien diría que este era el último día de otoño.
Ya estaban por ser las doce de la madrugada, ya era veintiuno de diciembre, el otoño se iría por completo al acabar el día y junto a ese día se llevaría a alguien. Así lo quería el pueblo después de todo.
La multitud empezaba a llegar a la pequeña casa y la puerta empezó a ser golpeada, gritos de todo tipo de personas se escuchaban, todos pedían que abrieran las puertas y se entregaran.
Jenn lucía un gran vestido rosa pastel y una sonrisa de victoria se pintaba en su rostro. Mientras esperaba que su hijo abriera la puerta.
Oscar y Romer estaban en la habitación, con el miedo corriendo por su cuerpo.
—¿Que debemos hacer? Si no abrimos ellos lo harán.—Dijo Romer en tono de preocupación
—Vete.—Le ordenó el mayor.
—No, no lo haré.—Romer no quería aceptar la idea de dejar a su amado
—Vete, por favor hazlo.—Dijo Oscar a punto de dejar caer sus lágrimas
—Escapemos...
—¿Que?
—Prometiste eso y te ruego que lo cumplas, quédate, por favor hazlo...—Romer empezó a sollozar.
—Amor, dije que te cuidaría, si, desde un inicio prometí estar a tu lado pero tú vida está en riesgo y debes irte.—Las lágrimas de Oscar se retenían para no mostrar el dolor que estaba sintiendo.
—No, no quiero, no puedo hacerlo, por favor no me hagas esto.—Todas las lágrimas desbordaban las mejillas de Romer.
—Tienes que hacerlo, se que podrás estar sin mi, te prometo encontrarte en otra vida, cuando no sea prohibido amar.—Oscar miró a los ojos a Romer.
—Oscar...
—Romer... Si no pudimos en este otoño será en otro, te amo, así como tú amas el otoño.—Oscar besó a Romer con delicadeza, sabiendo que sería está la última vez de sus vidas.—Ahora vete, corre lejos de aquí por un tiempo y vuelve con mi madre, ella te ayudará. Vete y deja atrás todo, supera mi perdida pero no me olvides. Hazlo porque te amo... Lindo, te amo, más de lo que he amado a alguien, lamento ponerte en riesgo desde un principio. Pero ahora es tiempo de decir adiós.
—No, no, no. Todavía es tiempo de irnos juntos. Yo... Yo te amo...—Volvió a romper en llanto.
—Sigue con tu vida, si me amas por favor vete, necesito que estés bien. Solo has eso por mi...—Las palabras estaban rompiendo a ambos, era una despedida dolorosa.—Necesitas irte.—El menor asintió aún con lágrimas en sus ojos.
Oscar ayudó a Romer a salir por la ventana y se dedicaron la última mirada de nostalgia.
—Te amo.
Fue lo último que pudo escuchar Oscar antes de que la puerta fuera bruscamente tumbada.
—¡Aquí está! ¡Vengan por el!—Gritó un hombre a lo lejos y vió a una multitud de hombres acercarse
Los desconocidos lo tomaron del brazo y lo sacaron a la fuerza de su casa.
Esa casa por la que había vivido toda su vida.Una mujer se acercó a el y lo miró con desprecio.
—Jóven Oscar, lamento decirle que... Ha sido condenado por decisión del pueblo. Lo que usted ha hecho se concidera una falta de respeto para este pueblo lleno de pureza.—La mujer le sonrió de una manera falsa.— Ya saben dónde llevarlo, este tipo de personas no merece vivir.—La mujer empujó a Oscar haciéndolo caer.
—Si señorita Jenn, a sus órdenes.—Le dijo un hombre desconocido.—Nos encargaremos de el.
La multitud de hombres lo volvio a tomar de los brazos a Oscar.
Oscar se sentía adolorido, seguía recibiendo golpes e insultos de la gente del pueblo.A lo lejos se empezaron a escuchar unos gritos que para Oscar podría ser la esperanza o la perdición.
—Suelten a mi hijo.—Era Lía.—Les pido de favor que lo suelten.—Unos hombres se acercaron a ella para apartarla del lugar.
—Jenn ¡¿Estás loca?!—Gritó Mark.
—Solo estoy haciendo que pague por lo que hizo.—Mark estaba a punto de reclamar pero Jenn lo interrumpió.—Cállense los dos o acabarán como este estúpido de ahí.
Lía gritaba y lloraba por ver a su hijo en esa condición pero había algo que todavía le preocupaba. Romer.
Oscar estaba destruido mentalmente, su corazón estaba roto después de ver a su madre así.
El dolor había terminado o simplemente ya no podía sentirlo. Su cuerpo cada minuto se volvía más débil, y en su mente solo quedaban recuerdos de el y Romer.
Oscar había caído al piso del dolor, su madre era testigo de lo que le habían hecho a su hijo. Los hermanos dudaban si sobreviviría.
Oscar estaba en un estado débil.
Lía, Carlos y Mark se sentían culpables por no haber ayudado o haber estado en casa desde antes.Con dolor en el corazón y con lágrimas en los ojos, los tres vieron como la multitud de personas empujaban el cuerpo débil de Oscar dentro de una carroza vieja y descuidada, como si el fuera cualquier cosa, sin sentimientos terminarían con el.
En un pueblo tan conservador a eso se le llamaba “justicia”.La gran multitud se había ido y junto a esta también Oscar.
Ya no había ninguna otra opción más que aceptar el trágico final de esto.Familias destrozadas, digamos que solo una pequeña parte de la familia.
Los dos hermanos y Lía compartían su dolor y sus sentimientos, a los tres les habían quitado una parte de ellos mismos.
Aunque los hermanos no habían conocido del todo a Oscar sabían que era un buen chico a ojos de su hermano Romer.
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Amor de otoño. [✔️]
AventuraUna historia de amor en la época incorrecta, religiones diferentes, donde amar a alguien de tu mismo sexo está penado incluso por la muerte.