Su rostro no expresaba nada mientras observaba por novena vez las camaras de la finca de su familia.
Maldecía una y mil veces el momento que dejo que su niña saliera de su manto. Pero nadie podía culparlo, era casi imposible entrar al lugar sin ser detectado, y se dice "casi" ya que nunca se espero que entre su gente existiera un traidor, un pobre imbécil que no sabia lo que hacia al meterse con él.
Vas a desear que te mate maldita rata.
Dicho hombre ya se encontraba encerrado dentro de su bodega, sus hombre se encontraban divirtiéndose un rato con él, siendo utilizado como juguete, y no en el buen sentido de la palabra.
No obstante, en estos momentos no tenía cabeza para eso, debía a toda costa encontrar a su princesa.
Ver el dolor y la preocupación consumiendo a su pequeña lo estaba jodiendo y en gran magnitud. Estaban acabando con lo más valioso que tiene en su vida y se encontraba sin respuesta. Esto era sumamente frustrante para él.
-Busca otra vez entre las cámaras que enfocan por detrás del lago- ordeno.
Marcos sin observarlo comenzó a obedecer la orden. Ya llevaban poco más de 3 horas encerrados en el despacho del coreano y aún no tenían ninguna pista. Quien sea que este detrás de todo eso, era inteligente.
El sonido de se celular se escucho en el lugar.
-Señor, la rata hablo.
O bueno quizás no tanto.
-Habla- contesto sin quitar sus ojos de los movimientos que realizaba Marcos.
-Dijo un nombre- un silencio se escucho y ya se sentía aún más la tensión- Clan Choi.
Su rostro no mostró ninguna expresión. Era casi impresionante como se podía mantener tan sereno y al mismo tiempo desprender un aura que lograba producir temor a quien fuera que estuviera cerca de él.
Apretó con fuerza el aparato sobre su oído, un poquito más y terminaría vuelto pedazo. No obstante solo cerro sus ojos mientras procesaba que movimiento haría a continuación.
Yeon-un era un escoria viviente, un sádico y enfermo. No entendía como aún seguía con vida. A pesar de no ser un hombre tan viejo, logro en sus años de inicio joderle la vida a su padre en más de una ocasión. No obstante, ha logrado escapar al mantenerse oculto y en las sombras, no había vuelto a aparecer en todos estos años hasta ahora.
Se caracterizaba por su fascinación a la tortura, era un loco que disfrutaba el ver el sufrimiento en todos. No le importaba si estas personas fuera mujeres o niños. Solo le interesaba su disfrute propio.
Ahora más que nunca debía encontrar a su niña.
-Señor?- la voz de uno de sus hombres hizo que regresara a la actualidad- Que hacemos con la rata?
-Ya sabes que hacer- y corto la llamada aún más frustrado de como estaba al principio.
-Hablo?- pregunto Adriano refiriéndose al traidor.
Bryan asintió.
-Tenemos mucho que hacer señores- dijo para todos lo que se encontraban con él- No estamos tratando con un novato, quien tiene a mi hija se llama Choi Yeon-un.
-Se más específico- el italiano se cruzo de brazo y puso toda su atención en su amigo.
-Choi Yeon-un estuvo involucrado hace algún tiempo en unos negocios con mi padre, esto antes de que quisiera dársela de listo traicionando a mi progenitor- Bryan dio unos paso y con calma se sirvió un vaso de whisky, el cual bebió en un solo sorbo- Mi padre al enterar quiso acabar con el, cosa que no pudo completar ya que este como la rata que es supo esconderse muy bien. Hasta entonces no se supo más nada.
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Siempre Mi pequeña Flor [#2 Saga Flores]
Romance"Volvi a caer. Eres mi perdición" El dolor de perder a su hermana casi acaba con ella. Sin embargo, no todo es tristeza. Con la llegada de su hija, Ella volvio a sonreír, se hizo mas fuerte y logro salir adelante. Pero a pesar de tratar de olvidarlo...