CAPÍTULO 18

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HUGO

Bailar con ella, sin duda, es algo que... hace que aquel baile sea especial para mí. Sobre todo está canción, que me recuerda solamente a ella.

El final de la canción y nuestros pasos, incluso la conexión que había entre nuestras miradas, fueron interrumpidas por el timbre de la casa.

Maldita sea.

- habrán llegado ya - supuso Aura.

Dejó sus manos caer, desde mi cuello, hasta el principio de mi pecho, produciendo que mi respiración se cortara por un instante.

- enseguida vuelvo.

Se separó de mí para caminar hacia el pasillo, y llegar la puerta de entrada .

Me dejé caer hacia el sofá, frustrado por todo lo que había pasado en este momento entre nosotros.

- hermanito- saludó mi querido hermano con mi hermana tomada entrando al salón.

Estuve a punto de saludarle, pero una parte de mí, se rompió, dudando en si hacerlo o no.
Me sentía mal por aquello que pasó ayer.
Una parte de mí quería abrazarlo, pero por otra, me sentía suficientemente avergonzado como para hacerlo.

- hola - me atreví a decir sin siquiera mirarle.

- ¡Hugo! - gritó ella feliz, bajándose de los brazos de mi hermano para venir a mi.

Ella, me abrazó.
A pesar de lo sucedido ayer, me abrazó.
Y por eso la amaba.
A los niños no les importa nada del pasado. Son tan inocentes, que aunque la cagues, te seguirán amando.

Aura entró al salón, con dos bolsas de la compra , seguida por su Padre y Patricia.

- hola Hugo - saludó Patricia sonriéndome.

- buenas tardes Señora Patricia.

Me levanté para recibirla.

- por favor, llámame solo Patricia. Lo de señora me hace ser más vieja. - pidió - pero ven aquí hombre, déjame darte un par de besos.

Me acerqué a ella, educadamente y comenzó, no exagero, a succionarme la mejilla con su beso.

Miré a Aura con cara de pánico, y ella aguntó la risa.

Hija de las mil maravillas...

- vamos a dejar las cosas- dijo Patricia a el padre de Aura. El cual no recuerdo si se llamaba Pedro... manolo... tiene cara de Patricio.... jé... ¿el chiste? Patricia, Patricio...
Si dijera este chiste inventado por mí en voz alta, creo un me tirarían por ese balcón.

- ¿os ayudo? - pregunté hacia ellos, que estaban en aquella cocina americana con forma de media luna, conectado por el salón.

- no, no te preocupes - dijo Patricia.

- sí, ayúdanos por favor - pidió Aura.

Caminé hasta posicionarme a su lado.

- toma... saca la carne y ponla en esta bandeja. - pidió ella.
Y yo hice lo que me pidió, como buen caballero.

Pusimos la mesa todos juntos, al igual que las decoraciones en la mesa.

Estaba poniendo los vasos cuando vi de reojo el vestido de Aura, estaba viniendo hacia mí.

- Hugo, ¿te puedo pedir un favor? Es que Pablo está con tu hermana en la azotea con mi padre, terminando de hacer la carne, y Patricia está terminado algunas cosas.

La miré a los ojos y asentí.

- claro.

- ¿tienes coche?

Neverland, Al nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora