CAPITULO 28

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Hugo tenía razón con lo de que las personas cambian respecto a las primeras impresiones que tenemos hacia ellos.
Puede que una persona, desde la lejanía parezca tímido, reservado, incluso egoista.. pero cuando empiezas a hablar con él o con ella, te das cuenta de que realmente , no es así.
Puede que pienses que es egoísta solo porque alguien opina eso , y tú te dejas llevar. Y créeme, que no debería de ser así.

Por eso, hay que conocer bien a las personas antes de opinar, antes de juzgar.

Cuando conocí a Hugo, las primeras impresiones fueron que era un imbecil. Ahí no me equivoqué. Lo es.

El padre, a primera vista, y por su actitud, no parecía muy amable.
Ahora que solo hablaba y contaba experiencias, y su madre solo estaba callada, amargada más bien, podría decir que él, me caía bien.

Por otra parte, su madre hace años, los recuerdos que yo tengo con ella, son buenos, pero después de tanto tiempo, había cambiado.
O quizás, era yo demasiado niña como para darme cuenta de la realidad, porque cuando eres una niña... no te das cuenta de las cosas y siempre te dejas llevar por las palabras y no por las acciones.

- ¡CAMPANADAS! - gritó Pablo levantándose de un salto.

Cogí mi bote de uvas y me levanté a la misma vez que todos para comérnoslas .
Cada uva , era un segundo menos para el nuevo comienzo.
El nuevo año.

La última campanada sonó y todos comenzamos a aplaudir.
Bea saltó de alegría, Pablo y Marta se abrazaban riendo de algo que le había dicho él. El padre miraba a su esposa, terminó abrazándola.
Durante toda la cena, nunca entendí la clase de relación que tenían. ¿Amor- odio? , no lo entendía. Pero lo que si sabía, es que eran polos opuestos que se atraían. Supongo.

Y por último , nosotros.

Flashbacks de las campanadas de hace años , comenzaron a pasar como estrellas fugaces por mi mente.
Sonreí ante el recuerdo de mamá sonriendome cuando iba a ir hacia ella para abrazarla y desearle feliz año.
La recuerdo como si ahora mismo estuviera ahí conmigo.

Sonreí ante eso, y mi mirada, por casualidad, miró a Hugo, que me miraba fijamente.

Se acercó a mí y sus labios se curvaron hacia arriba.

- feliz año renacuajo....- dijo al llegar justamente frente a mí.

Seguí observándolo por un rato, sin dejar de mirar sus ojos , sin dejar de sonreir, sin dejar de sentir mi estómago estallar.

- feliz año, Casper.

Indecisa, pero terminé haciéndolo, me acerqué más a él y enrollé mis brazos alrededor de su cintura. Apoyando mi mejilla sobre su pecho, oliendo su aroma a frambuesas con agua salada, como siempre olía él.

Al instante, él me rodeó entre brazos, apoyando su barbilla sobre mi cabeza.

Este momento , se convirtió en mi favorito. Abrazándonos sin importar lo que pase a nuestro alrededor.
En una burbuja del nunca jamás.
En nuestro nunca jamás.

- feliz año - dijo una voz justo a nuestro lado.

Me aparté de Hugo y observé a Pablo con Bea en brazos.

- feliz año.. feliz año preciosa - acaricié su mejilla, y ella solo rió.

Abracé a Pablo.
Y después, a Marta.

- ay mi Martukii- reímos.

- ay mi Aurorita .... por otro año más.

- por otro año más

Nos abracemos de nuevo.
Estar con ella era como una seguridad grande que me transmitía.
Era.... como mi hermana.
Era mi hermana.

- qué haría yo sin ti... - susurré.

Neverland, Al nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora