CAPITULO 9

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Adentrándome en la oscuridad..

Me desperté de repente.

Traté de conciliar el sueño.. pero no podía.

Cambié de postura muchas veces. Demasiadas.

Pero seguía sin conciliar el sueño.

Cansada, me incorporé de la cama y miré mi reloj de mesa.

Marcaba las 6 de la mañana de un sábado .

Decidí arreglarme y salir de casa sin hacer ruido para no despertar a papá.

Nada más abrir la puerta del portal, el frío congeló mis huesos, haciendo que me estremeciera.

Comencé a caminar sin rumbo.

Apenas había gente por la calle, y eso me gustaba.

Busqué mis auriculares que se encontraban en mis bolsillos y me los puse para reproducir: " Starling Line- Luke Hemmings"

Desde que salió esta canción, no podía parar de escucharla.

No tenía rumbo fijo, solo caminar... caminar... y despejarme.

Comencé a adéntrarme en el sendero más popular de la ciudad, carca de un río, e Iluminado por unas grandes farolas blancas.

Mientras caminaba, iba pensando en.. ¿cómo sería si viviéramos como quisiéramos?

Es decir... vivir con todos los lujos... todo lo que quisiéramos.

La vida sería demasiado sencilla y nuestro propósito aquí no serviría de mucho.

Porque la vida está para vivirla, para sufrir, para sobrevivir...

Para amar.. para luchar por tus sueños.

Já... Los sueños.

Los sueños se cumplen.

En eso tienes razón, pero se cumplen si te esfuerzas. Se cumple con un gran trabajo detrás.

Con eso.. claro que se cumplen.

Y no hace falta que tengas un apoyo...
Está bien tener un apoyo cuando estés mal, cuando estés feliz...

Sí... está bien.

Pero muchas veces no lo tienes.

Muchas veces , sientes la necesidad de ser amado, y amar.
Tienes la necesidad se ser apoyado para confiar en ti mismo. Pero creo, que a veces no necesitas a nadie para hacer algo. Es mejor así, creeme. Porque todos te aconsejarán para que no termines de florecer.

La música paró.. y ahí me dí cuenta que estaba corriendo.

Paré de correr fatigada.

La rabia se activó dentro de mi, y así la desahogué. Corriendo.

Gritando mentalmente.

Contemplé mi alrededor.

La hierba verde mojada por el rocío de la mañana, pintaba las hojas con pequeñas gotas transparentes.

Las flores se iluminaban a través del rayo de sol que despertaba la mañana.

Sonreí y decidí sentarme en el suelo, contemplando la naturaleza.

Contemplando el amanecer.

Es tan bonito pararte, y contemplar cosas a las cuales, nunca les había dado importancia.

Ojalá tener mi cuaderno y mi lápiz aquí, para comenzar a bañar la hoja de papel trazando líneas perpendiculares, círculos, esferas, sombras...

Pero no los tenía aquí.

Neverland, Al nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora