CAPÍTULO 27

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AURA

- hola abuela - le saludé cuando ví que ella era la que estaba detrás de la puerta .

- hola - me intentó enseñar una de sus mejores sonrisas. Pero sabía que era falsa.

- ¡hola yaya! - saludó mi padre, intentando estar bien, cuando no lo estaba.

La comida, la mayoría del tiempo, transcurrió normal.
Era el primer año sin mamá.
Las primeras campanadas sin ella.
Y todo era tan.. raro.

- ¡queda nada para que sean las doce! - . Gritó la abuela, Con una preciosa máscara que transmitía las mejores de sus sonrisas.

Le sonreí y ella me tendió la bandeja de las uvas.

- gracias... papá, ¿quieres?

Papá no era papá ese día.
Se le veía apagado. Pero a la vez , trataba de estar bien. Pero se le daba tan mal, que quería decirle basta.

- ¡empieza! - grité.

Papá y la abuela se prepararon, al igual que yo.
Estaba deseando cumplir 14 años. Decían los de mi clase que con 14 años podías tener novio. Y yo quería experimentar eso... aunque por otra parte, sabía que no estaba preparada.

- una... dos...

Cada número nombrado, cada campanada, era una uva amarga.
Cada número, y cada campanada, era un adiós a ese año, y un hola al otro.
Cada número y cada campanada.. era un tiro al corazón al no ver a mamá.

Miré su silla. En la punta de la mesa.
Le encantaba sentarse ahí. Era su sitio para controlar que comíamos , como solía decir ella. Pero este año, estaba vacía.

¿Cómo puede ser posible?
Si estábamos tan bien juntos. Y ahora tan mal.
Por qué...

El número 12 fué anunciado, y mi abuela y mi padre ni siquiera aplaudieron. Solamente, los tres, miramos a la silla.

- Feliz año nuevo - habló la presentadora de la televisión.

Ellos seguían sin hablar.
Y me sentía mal por eso.

Papá tomó la decisión de levantarse para venir a abrazarme.

Lo abracé y en el momento que lo hice, en el momento que lo sentí, estallamos.
No pudimos aguantarlo.
Lo llevaba aguantando durante toda la noche, al igual que él.
Los sollozos, aparte de el sonido de la televisión, eran los únicos presentes durante ese momento. Aparte de las lágrimas silenciosas de la abuela.

Neverland, Al nunca jamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora