De vuelta en la ciudad Mish, varios minutos habían pasado desde que el C1 creó la fortaleza de zarzas, en donde se refugiaba para recuperar sus energías. Naely había tratado varias veces de deshacerse de aquellas plantas, pero siempre que las cortaba aparecían de nuevo rápidamente y cuando los jóvenes hermanos se acercaban demasiado —debido a sus armas de corto alcance—, las zarzas aumentaban el tamaño de sus espinas tratando de herirlos, obligándolos a retroceder.
—Tenemos que derrotarlo ahora mismo, no podemos dejar que recupere energías — mencionó Naely molesta.
—Tienes razón, ¿pero cómo?, ¡si ese idiota no sale de ahí!... Ni con tu espada se puede acabar con esa fortaleza... Además, cuando atacamos con nuestros cuchillos nos exponemos a ser espinados — comentó Daine mirando con ansiedad las zarzas.
—¿Y si mejor los tres atacamos al tiempo?, pero tendríamos que hacerlo lo más rápido que podamos, sin parar... De pronto, un ataque rápido y múltiple pueda evitar que las zarzas se puedan reconstruir rápidamente — opinó Yirene.
—Si... También pensaba eso, pero el problema es que ustedes con los cuchillos quedan expuestos a las espinas, necesitarán algo de más largo alcance — analizó Naely la situación.
Las lanzas que los hermanos tenían, ya habían sido destruidas en el combate, así que eso ya no era una opción, además, por la forma propia del arma no era la ideal para cortar las zarzas.
Al escuchar a Naely, Daine observó a su alrededor y surgió en él una idea. El intrépido chico corrió como pudo —resistiendo el dolor de sus heridas— hacia unas casas y buscó desesperadamente algunos objetos. Ellas no comprendían con claridad que estaba haciendo.
—¿Qué buscas Daine? — Le interrogó su hermana.
De pronto, él salió de una vivienda con unas varas de madera y unas cuantas fibras.
— ¡Miren!, podemos atar los cuchillos en la punta de estas varas, así podremos atacarlo a una mayor distancia — ante la idea, ellas no parecían muy convencidas, pero así lo hicieron.
« ¿Qué están planeando?... ¡Maldición! Aún no me siento mejor » El capitán miraba con inquietud lo que hacían.
Una vez ellos terminaron de amarrar los cuchillos en las varas, se acercaron al capitán y rodearon la fortaleza de espinas.
—Bien, la fortaleza tiene 3 anillos de seguridad que lo rodean, vamos a distribuirnos alrededor y atacaremos lo más rápido que podamos, una y otra vez, si esto funciona y las zarzas no se regeneran, los 2 anillos de protección restantes serán más fáciles, ya que son más pequeños— Naely les compartió las manera en que procederían a atacar.
—¡De acuerdo, vamos! ¡Acabemos con él! — Dijo enérgicamente Daine.
El capitán veía a los tres expresando un rostro de fastidio. Para su desgracia, la energía que había perdido no se recuperaría tan rápido, así que necesitaba más tiempo, pero los jóvenes guerreros no estaban dispuestos a dárselo.
Haciendo lo planeado, ellos atacaron al mismo tiempo la fortaleza espinosa que rodeaba al capitán. Aunque las zarzas se regeneraban, eran cortadas en un abrir y cerrar de ojos, y siguiendo con esa estrategia; de un ataque rápido y en conjunto, lograron penetrar la primera línea de zarzas, las cuales al haber sido cortadas tantas veces y en un periodo tan corto de tiempo, ya no volvieron a aparecer.
—¡Miren!, ¡las primeras plantas dejaron de regenerarse! — Dijo Daine emocionado.
—Sí, es verdad, tal vez tienen un cierto número límite de veces en que se pueden regenerar — agregó Naely, mientras seguían cortando con rapidez la segunda línea de la fortaleza.
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Los Capitanes
Science FictionTras la llegada e invasión al planeta Tierra de unos seres con poderes sobrenaturales, denominados "Los Capitanes", Daine y su hermana, más un grupo de amigos que formaran durante su lucha por la supervivencia; los enfrentarán, tratando a toda costa...