Planeta Catten, región Camlest.
En medio de la atmosfera de color violeta claro que envolvía al planeta, debido a la estrella que le proporcionaba la luz, se alzaba en los aires una imponente edificación que a lo que más se podía asemejar era a un castillo, de cientos de metros de largo y ancho. Este tenía una forma muy extraña, que de base constaba de una enorme cápsula ovalada, que conectaba metros más arriba por medio de túneles negros con otras tres capsulas de un tamaño similar, ubicadas de forma horizontal. Y más elevadas a estas construcciones se hallaban cuatro torres de forma pentagonal conectadas entre sí por más túneles oscuros, formando así un triángulo al conectar con la torre del fondo. Y aún más arriba, estando sobre los cuatro túneles que conectaban con las figuras pentagonales, se encontraba una última torre, que tenía la forma de una corona de seis picos, que se alzaba con imponencia sobre toda la superficie, no había formación natural o creación de vida inteligente más elevada que esta estructura.
Alrededor de todo el castillo había varios satélites de forma ovalada, así como centenares de armas que desde cada esquina o torre no dejaban de moverse, vigilando todo a su alrededor. La forma en que se podía llegar desde la superficie a la exótica edificación era subir por medio de cualquiera de los cien platillos que volaban desde la tierra hasta la base de la primera cápsula, siguiendo un recorrido en forma triangular.
En cada túnel y puerta de la imponente construcción se observaban a varios soldados custodiándola, uniformados con una impresionante armadura dorada con negro, que aunque se veía muy ceñida al cuerpo, era muy cómoda, permitiendo a los soldados moverse sin problema.
En la cúspide del castillo, justo en medio de la torre con forma de corona, se hallaba una gran sala con varias sillas, dejando en medio una pasarela de color dorado y bordes rojos, la cual continuaba su camino hasta alzarse sobre unas escaleras negras relucientes, conduciendo finalmente a tres majestuosas sillas doradas con incrustaciones de piedras preciosas en sus reposabrazos y espaldares. Varias enredaderas de flores azules y negras adornaban los bordes, así como varias espinas rojas que sobresalían del espaldar hacia adelante, como si se tratase de un conjunto de costillas que protegían a quien se sentase en estas.
Entre las tres esplendorosas sillas, había una que sobresalía, era la que se situaba en medio, y lo hacía porque era la única que flotaba a un metro de distancia del suelo. En ella reposaba el rey del planeta Catten, mientras que las otras dos le pertenecían a la reina y a la princesa.
Todo el recinto se encontraba vacío, solo estaba el rey sentado en su imponente asiento, observando una pantalla que flotaba al frente suyo. De repente escuchó el llamado de uno de sus guardias tras la gigante puerta que daba entrada a la sala real, informando la presencia de un sujeto que quería verlo, se trataba de uno de sus asistentes. El rey de inmediato autorizó su entrada, enderezando su cabeza, haciendo a un lado la pequeña pantalla, dejando ver unos ojos completamente blancos, pero que al ver a su sirviente de inmediato cambiaron a verdes.
—Xer Rykkx —el hombre de baja estatura y piel grisácea inclinó su cabeza al saludarlo —Lure fax xuz yirx Xer tarm xum fax zuxet. Ru limyn warz ducyzmi—. Comentó en el idioma xioxanno, aquel que fue impuesto por el rey hace años atrás en todo el planeta. Mientras decía aquella información en ningún momento el hombre se atrevió a conectar miradas con el rey.
(Su majestad) (El señor Lure requiere de su presencia en la sala de control. Me comenta que es importante)
—Bynz —entonó con suavidad el gobernante, y enseguida bajó levitando de su asiento real, y con un paso firme y sostenido se dirigió hacia dicha sala en donde lo necesitaban.
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Los Capitanes
Science FictionTras la llegada e invasión al planeta Tierra de unos seres con poderes sobrenaturales, denominados "Los Capitanes", Daine y su hermana, más un grupo de amigos que formaran durante su lucha por la supervivencia; los enfrentarán, tratando a toda costa...