Capítulo 40- Vino blanco y guisantes congelados

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Por primera vez desde que Louis prácticamente se mudó a nuestro apartamento me desperté abrazada a Jace, con la cabeza bajo su mejilla y las piernas entrelazadas. El roncaba mientras yo me quedé quieta abrazándole durante tanto rato que perdí la noción del tiempo, hasta que la puerta se abrió de golpe y Louis asomó la cabeza.

Me dedicó una enorme sonrisa y entró a mi habitación.

-Buenos días. -Susurró.

-Voy a despertar a Jace porque tengo un plan y, no te ofendas, pero estás hecha una mierda.

-Vale, tienes razón.

Louis se subió por los pies de la cama y se acurrucó al lado de Jace le murmuró "despierta, despierta, despierta", hasta que Jace abrió uno de sus ojos azules, que repasó mi cara hinchada y la de Louis antes de abrir el otro.

-¿Qué hora es?

-Casi medio día. -Dijo Louis, animado. -Es hora de que los dos os despertéis. He desarrollado un plan de ruptura a prueba de tontos, cuando estéis listos, empiezo.

Jace se incorporó en la cama y apoyó la espalda contra el cabecero, subiéndonos a mí y a las sábanas con él.

-Desde luego, Lou, somos todo oídos.

-Vale. -Louis dio una palmada y se aclaró la garganta. -Hoy es el día triste. Sólo puedes tener un día triste porque somos adultos y tenemos que trabajar, y es hoy. Mañana puedes no ir a trabajar y ese es el día enfadado. Puedes gritar y pegarle a las cosas.

Elevó la cabeza de la hoja donde tenía todo apuntado para buscar mi aprobación antes de continuar.

-Después, el martes, si todo va conforme planeado, nos emborrachamos mucho en un bar de mierda. Y después puedes tener más días tristes. Pero no en plan, días tristes, y estaremos aquí contigo todo el tiempo. -Miré a Louis sin entender lo último muy bien. -¿Lo has pillado? Vas a llorar y gritar y estaremos contigo todo el rato.

-Bueno. -Murmuré. -Yo no diría que Harry y yo hemos roto... es más que estoy muerta de la vergüenza y que lo que había entre nosotros está definitivamente acabado. Pero creo que prefiero quemar la chaqueta que se dejó la última vez que tener un día triste.

-Ah, genial. Jace puede empezar a hacer el desayuno y yo busco el mechero.

Tras eso Louis salió de la cama, dejándonos espacio a mí y a Jace para que nos despertáramos. Ya estábamos los dos de pie cuando Louis entró de nuevo, enseñando el mechero triunfantemente en una mano y con un tinte travieso en los ojos. Asentí y me dirigí a mi armario, de donde saqué la chaqueta.

Todos salimos de mi habitación y fuimos al balcón, Louis con el mechero en la mano, Jace cogiéndonos a Louis y a mí y yo con la chaqueta de traje de Versace que aún olía a Harry. Louis abrió la puerta y salimos al frío aire de Nueva York.

-¿Dónde creéis que es más inflamable? -Les pregunté mientras la examinaba detenidamente.

-Probablemente por dentro. -Dijo Louis. -Esto va a ser genial.

-Desde luego. Mechero por favor.

Me lo tendió con la mirada firme y pasó el brazo por encima del hombro de Jace. Ambos estaban de pie a mi lado con el pijama en el balcón observando como intentaba encender el mechero un par de veces antes de lograrlo y que la mecha comenzara a moverse por el viento.

-¡Norah! -Gritó Jace. -Antes de que la quemes, ¿qué coño pasó? Anoche estabas demasiado borracha para dar una explicación coherente. Así que, en plan, ¿qué pasó?

-Créeme, se ha acabado. Ahora calla y déjame quemar esto.

-Vale.

-Bueno. -Anuncié. -Voy a quemarle la chaqueta. Su estúpida, estúpida chaqueta de Versace que es tan bonita y probablemente súper cara. -La llama del mechero se apagó y lo tiré por al balcón. -Dios, es tan bonita. No puedo hacerlo.

Suit and Tie [Harry Styles] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora