Capítulo 34- Dinero de Monopoly y el drama de la entrega.

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El sonido de mi móvil me sacó de mi sueño. Lo busqué a tientas hasta que mis dedos agarraron su superficie fría y de alguna manera me las apañé para pulsar el botón de aceptar la llamada. La pantalla iluminada me cegó, por lo que cerré los ojos con fuerza al contestar.

—¿Hola?

—Norah.

El tono de preocupación en la voz de Harry hizo que se me cayera el teléfono. En mi estado de recién despertada y resacosa lo busqué como buenamente pude entre las sabanas hasta que lo saqué con una sonrisa triunfante.

—¿H-Harry?

—No me mandaste ningún mensaje al llegar a casa. —Dijo fríamente. —Y no contestabas el teléfono. No sabía si estabas bien hasta que Jace me contestó.

—Bueno, verás, eso se debe a que puede que me quedara durmiendo en el coche y quizá Louis tuviera que subirme en brazos por las escaleras. Estaba algo cansada. —El resoplido que se escuchó al otro lado de la línea me puso la piel de gallina.

—Y yo estaba muerto de preocupación por si te había pasado algo en el partido.

—Pues no. Si te hubieras quedado lo sabrías.

—Tenía que trabajar, Norah. Creía que lo habías entendido.

—Sí, sí. —Acompañé la afirmación de un ligero quejido. —Lo siento. Es que tengo resaca y estoy enfadada.

—¿No vas a trabajar?

—He usado uno de mis días libres. —Murmuré. —No me apetece todo eso de trabajar. Ya sabes, resaca y todo eso.

—Genial. Llego en veinte minutos. Ahora nos vemos, Norah.

Como de costumbre colgó antes de que me diera tiempo a contestar. Tiré el teléfono al otro lado de la cama antes de salir de ella y meterme a la ducha. Me metí incluso antes de que saliera agua caliente, debido a que Harry llegaría en cualquier momento y no quería que me pillara en la ducha.

El agua fría me erizó la piel, casi de la misma manera que los dedos de Harry. Las dos cosas eran sorprendentes e inesperadas, pero al mismo tiempo refrescantes y exactamente lo que necesitaba. En cuanto el agua se calentó ya estaba totalmente despierta y me sentía mejor.

Cuando terminé me enfundé en un jersey ancho, cogí mi oso de peluche y corrí a la cocina con la esperanza de que Jace me hubiera dejado algo de desayunar en el microondas para que me lo calentara. Me encontré mi deseo junto a una pequeña nota.

Mi quería mejor amiga resacosa,

Hay tortitas en el microondas. El café sólo tienes que calentarlo. El ibuprofeno está en el armario de arriba a la derecha. Louis sigue en mi cama (tiene que trabajar a las 11, que no te engañe). Xox

Con amor, tú completamente despierto y asombrosamente atractivo mejor amigo.

La nota se completaba con un par de corazones mal dibujados y su firma. Enchufé el microondas y la cafetera, me tomé un par de pastillas de ibuprofeno y fui a la habitación de Jace para despertar a su novio, que llegados a este punto prácticamente parecía que se había mudado con nosotros.

Salté a la cama y me metí bajo las sábanas con él. Louis murmuró algo sobre trabajar con voz de dormido y me abrazó. No me parecía mala idea acurrucarnos un ratito, pero suspiré frustrada.

—Louis. –Le llamé. —Son como las diez de la mañana. ¿Tienes que levantarte?

—No quiero. —Gimió molesto.

—Jace ha hecho tortitas. —Volvió a gemir y me abrazó más fuerte.

—¿Quieres traerme unas cuantas?

Suit and Tie [Harry Styles] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora