Suit and Tie [Harry Styles] (Español)

Capítulo 41- Actitud maternal y mano herida

Punto de vista de Harry

Llegada la hora de comer ya había despedido a tres personas (cuatro, si contamos a la señora Jennifer, que se limitó a reírse y darme una palmada en el culo antes de ponerse a hacer el desayuno). Parecía que todos en la oficina me evitaban más de lo normal, evitaban coger el ascensor en el que yo iba y se metían a las diferentes salas cuando yo aparecía por el pasillo. Así que los tres golpes que alguien dio a la puerta para llamar mi atención fueron tanto inesperados como mal recibidos.

—¡Ocupado! —Grité.

—Esto… —Comenzó a hablar una persona desde el otro lado. —Tengo los documentos de la fusión con Malik.

La fusión con Malik era algo en lo que llevaba trabajando desde que empecé con mi empresa. Algo que incrementaría el valor neto de mi compañía y expandiría mi nombre a mi Inglaterra natal. Me froté la cara con las manos y suspiré.

—Tráemelos. —Uno de los hombres que trabajaba en el piso de abajo entró con una expresión de verdadero terror.

—Mac me ha dicho que te los trajera.

—Dame. —Le grité, extendiendo una mano, donde el hombre deposito suavemente la capeta de manila. —Ahora, largo.

El joven se escabulló de mi oficina rápidamente y me dejó ojeando las páginas de la carpeta y presándoles toda la atención que podía reunir. Y realmente no era mucha, teniendo en cuenta que la voz de Norah gritando “porque estoy enamorada de ti” sonaba constantemente en mi cabeza y así llevaba desde hacía dos noches, cuando aquello ocurrió.

Me levanté de golpe y salí de la oficina, ajustándome la corbata mientras andaba. Por mi camino muchos becarios cuyos nombres no me había molestado en aprenderme saltaban del susto al verme pasar y la cara de mi secretaria se puso blanca como la de un fantasma cuando me paré frente a su escritorio.

—S-señor Styles. —Tartamudeó. —Hola. Quiero decir, ¿en qué puedo ayudarle?

—¿Cuántas reuniones tengo hoy?

—Una a la una en punto con el equipo de inversiones y otra a las tres y media con Mac Carter.

—Perfecto. Cancela ambas.

Abrió los ojos de golpe, llena de incredulidad y el poco color que le quedaba en la cara desvaneció por completo.

—¿C-cancelarlas? ¿Las reuniones?

—Sí, cancélalas. Redirecciona todas las llamadas a mi móvil y dile a James que estoy bajando. —Me paré un segundo y la miré escribir en su ordenador frenéticamente. La actitud rara de la joven me recordó ligeramente a Norah. Al parecer hoy todo lo hacía. —¿Cómo te llamas? —Los dedos de mi secretaria se quedaron parados de golpe sobre el teclado.

—¿M-mi nombre, señor?

—Sí. No tengo todo el día. ¿Cómo te llamas?

—Laura. —Tomó aire. —Me llamo Laura.

La miré mientras la imagen de Norah gritándome lo maleducado que era daba vueltas por mi mente, con sus claros ojos azules rojos por llorar y los puños apretados a ambos lados de su cuerpo. Mis labios formaron una pequeña sonrisa.

—Genial. Gracias, Laura.

Mientras me iba la mujer parecía que se iba a morir intentando recordar la última vez que me había preocupado en preguntar el nombre de la mitad de mis empleados, o si quiera la última vez que le había dado las gracias a alguno, o la última vez que había cancelado una reunión.

No es de extrañar que Norah pensara que era un maleducado. Entré al ascensor y pulsé el botón con más fuerza de la necesaria para después permanecer de pie con las manos a la espalda mientras bajaba en silencio. Las puertas se abrieron y tras ellas apareció James esperando pacientemente.