Capítulo 3- Sonrisas de suficiencia y tareas sorpresa.

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De alguna manera llegué a casa sin desplomarme. Me deshice del vestido prestado que ya no me hacia sentir imparable y me bajé de los Louboutins. Preparé un baño y cogí una copa de vino antes de sumergirme en el agua caliente. Me puse mi jersey oversize favorito encima de la ropa interior, cogí mi osito de peluche y helado y me tiré al sofá.

Escuché la puerta abrirse y de inmediato supe que Jace me iba a gritar. Al entrar se paró al verme, mirándome mientras le sonreía débilmente.

-Tienes tu osito de peluche, helado y vino. Habla. Ya. -Me ordenó atropelladamente, tirando la funda de su portátil a un lado y sentándose a mi lado. Le pasé el helado e hincó la cuchara esperando a que comenzara. 

-Supongo que he conseguido la entrevista. -Dije en voz baja.

-Oh Dios. -Chilló. -¡Ha sido el vestido de Valentino, te lo digo yo, cariño! ¿Está bueno en persona? ¿Le has tocado el pelo?

-Jace...

-En serio, ¿cuándo es? Más te vale que yo pueda estar en la habitación con ese hombre. 

-¡Jace!

-¿Qué? -Frunció el ceño, tomando más helado.

-Primero, era jodidamente perfecto en persona. Es que no me creo que ese hombre pueda ser real. Segundo, es británico. Obviamente tiene un acento súper sexy. Obviamente. Tercero, el puto traje que llevaba le quedaba como un pincel. Era un Gucci a medida, Jace. Gucci. A medida. 

Jace se quedó con la boca abierta e intentó hablar, pero alcé una mano, indicándole que parara.

-Pero ha sido... ¿frío? No, no exactamente eso... ha sido intenso. 

-¿A qué te refieres?

-Básicamente me sacó de mis casillas en el primer minuto, después de asustó y después me cabreó. Y después como que me estaba presionándome contra la puerta...

-¡¿Contra la puerta?!

-¡Jace! Déjame terminar. -Suspiró antes de coger otra cucharada de helado. -Estaba pegado a mi cara y dijo, cito textualmente: “No creo que te asuste. Creo que te pongo. Creo que me quieres follar.” Y lo negué y me dijo que estaba mintiendo. 

-¿Estabas mintiendo? 

-Pues claro. Es un puto ángel. Pero da miedo. Y es cruel. Era un gilipollas. -Acabé, con la voz más baja. 

Jace me miró con compasión mientras abrazaba a mi osito más fuerte, entonces abrió los brazos y me atrajo hasta su pecho. Suspiré y me recosté contra él, llenando mi vaso con un poco más de vino. 

-Lo siento mucho, cariño. No sabía que seria tan duro. -Gruñí frustrada y enterré la cara entre mis manos. 

-Ese es el problema. Ha sido horrible. Pero el mismo tiempo me he sentido tan indescriptiblemente atraída por él. Aun sigo sin saber como he conseguido llegar a casa sin desmayarme. 

-Bueno, no dejes que él lo sepa y ya está. 

-¡Pero es que lo sabía! Lo sabía descaradamente y además se sentía superior por ello. Me ha leído como un libro. Ha sido la interacción más intensa que he tenido con un hombre en toda mi vida y casi ni nos estábamos tocando.  

-Suena como si necesitaras un polvo. -Se mofó Jace. Le dirigí una mirada y cambió el tono de inmediado. -¿Y cuando es la entrevista? 

-El viernes. 

-Bueno, probablemente no tengas que verle siquiera. Y, sin duda, valdrá la pena cuando veas esa sonrisa de superioridad desaparecer de la cara de Victoria. 

Suit and Tie [Harry Styles] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora