Capítulo 7- Altas velocidades y gestos groseros

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-¡Te estás comportando como una niña! –Chilló Jace desde el otro lado de la puerta. Refunfuñé y volví a recostarme contra la ducha con las rodillas encogidas en mi pecho.

-¡Me da igual! –Le contesté también a gritos. -¡No puedes obligarme a ir!

-¡¿Por qué no quieres ir?! Llevas dos semanas babeando por él.

-Da miedo. –Sollocé, enterrando la cabeza entre las rodillas. –Y también es cruel la mitad del tiempo.

-¿Podrías abrir la puerta al menos? –Dijo tras un largo suspiro.

Yo también suspiré y gatee por nuestro pequeño baño para quitar el pestillo. Jace entró de inmediato y se sentó frente a mí en las frías baldosas del baño intentando esconder una sonrisilla en sus finos labios.

-Vas a ir.

-No voy a ir.

-Sí lo harás.

-No

-Sí

-Te haré la cena todas las noches de la semana que viene, te pintaré las uñas de los pies, pagaré la comida este mes y te dejaré elegir la película del miércoles de vino. –Intentó convencerme por todas las vías posibles. Le dirigí una mirada de incredulidad. –Y me enfadaré muchísimo si no vas porque sé que te atrae y además es súper rico, así que ¿por qué no?

-¿Pero por qué te interesa tanto que vaya?

-Obviamente porque quiero los detalles escabrosos. Y no me importaría verle medio desnudo por la mañana.

-¡No me voy a acostar con él, Jace! –Chillé a la vez que le tiraba el objeto que tenía más a mano, que resultó ser un tampón.

-Dios, ¡qué asco, qué asco, qué asco! –Gritó dando un salto y saliendo del baño. Casi me parto de risa en el suelo del  baño por lo remilgado que era. Cuando asomó la cabeza por la puerta del baño de nuevo unos minutos después, aun me estaba riendo. -¿Es seguro ya?

-Jace, es un tampón. En plan, ni si quiera está usado. –Le informé aun con restos de risilla. Me miró con el ceño fruncido.

-Sigue dando asco. Vas a ir a esa cita y se acabó. Dios, ya son las seis. Sólo tienes una hora para arreglarte, Norah, ¡venga! –Para acabar la frase dio un dramático pisotón en el suelo.

-Joder. –Me quejé antes de levantarme. Jace chilló emocionado y me sacó del baño de la mano para llevarme a mi habitación y escoger la ropa. No quería ir tanto como quería ir. No tenía ningún sentido.

Escogió un conjunto con su ojo de experto y supe que era perfecto incluso antes de probármelo. Me maquillé y alisé el pelo rápidamente para poder ponerme el vestido crema cuanto antes. Cuando miré el reloj faltaban cinco minutos para las siete.

-Mierda, mierda, mierda. –Chillé, corriendo por el pasillo hasta la cocina mientras saltaba intentando ponerme los tacones. Cuando llegué a la cocina me rendí y me senté en el suelo para ponerlos apoyada contra la encimera. –Jace, son menos cinco y Styles no va a llegar tarde ni de coña. De hecho, seguro que llega pronto porque es un perfecto hijo de puta. ¿Puedes venir a ver si tengo pintalabios en los dientes?

Terminé y me puse de pie soltando un gran suspiro, para dirigirme a mi bolso, en el que prácticamente tuve que bucear para encontrar un espejo de mano. Y entonces me golpeó. El olor a champú de coco y colonia cara. Alcé los ojos despacio, deseando en mi interior que me lo estuviera imaginando. 

Harry Styles estaba apoyado en la encimera con los brazos cruzados y una sonrisa de diversión. A su lado estaba Jace, que parecía que le iba a dar un ataque en el intento (fallido) de contener la risa.

Suit and Tie [Harry Styles] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora