Capítulo 26- Sesión de sushi y después de todo

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 Después de que salieran esas palabras de su boca alrededor de las nueve de la noche me cogió de la mano y me volvió a llevar a la multitud de la gente que estaba en la boda, ignorando mis protestas y mis siguiente preguntas negando ligeramente con la cabeza como advertencia. La noche continuó con más bebidas y más bailes y conociendo nuevos amigos de cuyos nombres no me acordaría a la mañana siguiente.

Alrededor de las cinco de la mañana, horas después de que hubiéramos dejado el salón de bodas para dar una vuelta con Gemma y más gente, Harry y yo entramos a trompicones en casa de su madre y subimos las escaleras medio andando, medio arrastrándonos mientras moríamos de la risa. Caímos en su cama, me quité de mala gana la ropa de la boda y nos quedamos dormidos en cuanto nuestras cabezas rozaron la almohada.

Entonces, a las seis de la mañana, sonó la alarma de Harry. Ahogué un grito en la almohada y salí de la cama, aun borracha para intentar apagarlo. Harry se incorporó en la cama con una mirada confusa en la cara y me encontró dando tumbos medio desnuda e intentando encontrar su móvil.

-Norah, apágalo. –Me ordenó.

-¿Qué coño te crees que estoy intentando hacer? –Volvió a estirare en la cama y se frotó los ojos color jade en un intento de despertare, dejando escapar un bostezo somnoliento totalmente adorable.

-Bolsillo izquierdo de mi chaqueta de anoche.

Saqué el teléfono y apagué la alarma antes de volver a tirarme en el colchón a su lado, notablemente molesta. Abrazó mi cintura con los brazos y desde detrás me besó los hombros y su pecho desnudo se presionó contra mi espalda.

-Tenemos que levantarnos. –Murmuró.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Nuestro avión se va en una hora, Norah.

-Cámbialo, ¿vale? –Me quejé y me acurruqué aún más cerca de él. Dejo escapar un suave suspiro que obviamente significaba que no iba a hacer caso a mis súplicas. -¿Por favor?

-No puedo. Tengo una reunión.

Y así, a las 6:15 de la mañana, con solo una hora de sueño, Harry y yo dejamos Londres después de darle un beso de despedida a su hermana y hacerla prometer que nos visitaría. Casi no podía conmigo misma para cuando llegamos al aeropuerto, pero las manos que rodeaban mi cintura y los suaves besos en mi frente me hacían continuar.

El viaje en avión se basó en  recuperar el sueño que necesitábamos. Yo dormí en uno de los sofás mientras que Harry se estiro en uno de los sillones reclinables a mi lado. Sólo nos despertaron para la comida, que rechacé con un quejido cuando el vómito amenazó con subir por mi garganta.

Nos despertaron de nuevo cuando el avión estaba a punto de aterrizar y observamos en silencio por las pequeñas ventanas del jet negro como descendíamos lentamente. Bajamos del avión de la mano y con las bolsas de viaje colgadas del hombro, un ejemplo claro de la resaca que teníamos. O, al menos, yo tenía. Harry, de alguna manera, se las apañó para estar perfectamente guapo. Como siempre.

-¿Qué hora es aquí? –Pregunté cuando entramos al aeropuerto. Harry le echó un vistazo a su reloj.

-Las cinco de la tarde. James y yo te llevaremos a casa.

-¡NORAH! –Mi mirada dejó al precioso hombre que estaba a mi lado para ver a mi mejor amigo a cinco metros, con una mano en la cadera y una sonrisa en su cara de niño, con su habitual pajarita en el cuello y una chaqueta negra para terminar el conjunto. Corrí hasta           Jace como pude y salté encima de él, deseando que me pudiera coger.

Se rio mientras nos tambaleábamos por mi peso, pero se las apañó para cogerme y chillé en su cuello mientras le daba besos por la cara. Mi mejor amigo olía a casa y a confort, las dos cosas que más necesitaba en ese momento. Finalmente mi peso se convirtió demasiado para su pequeño cuerpo y me dejó en el suelo con una sonrisa de orgullo.

Suit and Tie [Harry Styles] (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora