—Un café negro por favor.
—Claro, ¿para servir o llevar?
—Para llevar.
—Enseguida.
Ya llevaba algunos días acudiendo a la nueva cafetería que había abierto frente a mi trabajo, asistía a ella en busca de mi café matutino. Lo habitual era prepararlo en casa, pero, de tanto uso, estropeé mi cafetera, y es por eso que aquella cafetería se volvió mi salvación.
Mientras esperaba, comencé a mirar la carta y a observar con más detenimiento el lugar, dándome cuenta de que emanaba un ambiente hogareño y acogedor. De alguna manera eso me inspiró y comencé a escribir frases en una servilleta.
—Aquí, su café. ¿Azúcar o endulzante?
—Ah, no, lo prefiero solo —dejé la carta en el mesón y pagué mi café—. Muchas gracias.
Al llegar a mi trabajo me di cuenta de que no tenía conmigo la servilleta donde había escrito. Creyendo que estaba en la basura no le di mayor importancia y me olvidé de ella. Nunca pensé que alguien más la encontraría.
—"Acogedor, encantador..." ¿Qué es esto?
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Mi amargo y dulce barista
Short Story✓(♡) Debido a un desperfecto doméstico Violeta comienza a asistir regularmente a la nueva cafetería que se instaló a unos cuantos pasos de su trabajo, sin sospechar que, las características del café que tanto le deleitaban, no solo las encontraría e...