6 de enero de 2024.
Nicole.
Bajé del auto que mi madre conducía, mi madre... es extraño, no recuerdo su rostro, pero siento aquella cercanía, cosa que me cuesta sentir por Leigh.
Leigh no ha llegado, mamá ha dicho que su madre la traería luego, ella y yo debemos charlar, lo mejor será que comience a contarme como se ve, me enseñaron una fotografía antigua, de hace dos años, o tal vez tres y no se me hace para nada familiar.
—¿Y mis hijos?—Pregunté observando la fotografía que reposaba en el mesón junto a la entrada de la que aparentemente es mi casa. —¿Son ellos, no? Él es Henry. —Señalé al mayor quien sostenía a su hermano sobre sus hombros. —¿Qué edad tiene?
—Nueve, casi diez.—Murmuró mamá dejando mi bolso en el sofá del salón.—¿Quieres agua o un té?
—Agua.
Caminé por la escalera y comencé a subirla mientras mi mano se deleitaba en las formas de la madera.
—¿Nicole?—Llamó mi madre.
—Iré a ver las habitaciones. —Murmuré continuando mi recorrido antes de que ella se negara.
Está siendo muy aprensiva, y no la culpo, a mi también me asustaría si mi hijo perdiera la memoria y no supiera si está mentalmente estable o va a querer huir por no reconocerme.
Se siente como usar pañales e ir a oscuras, quizá.
Llegué a la primera habitación y abrí la puerta, dentro me encontré con mil posters, todos de video juegos u bandas, fotografías. Reconocí a Charlie entre la gente de las fotos, más no a los que parecen ser sus padres y abuelos de mi hijo. Reconocí a la castaña que aparentemente es mi prometida o algo así... Tiene muchas más fotos con Henry, que su propio padre.
Observé su sonrisa, y no sentí nada. Siento que no la conozco. Ni siquiera recuerdo que me atraigan las mujeres, pero no puedo negar su atractivo, es linda, supongo que tenía buen gusto, además de que mamá dice que nuestro amor fue muy sincero. Lamento mucho no poder sentirlo...
Salí de la habitación y caminé a la siguiente puerta, un pequeño cuarto color crema con una cama azul en forma de auto y una gran pintura con el rostro del que parece ser mi hijo menor.
—Michael. —Murmuré. Pasé mis dedos sobre la pintura de la pared que estaba descascarándose poco a poco, y el rostro de mi hijo perdía partes en su retrato, algo triste, ya que así mismo es como lo recuerdo, sin algunas partes... Como manchas borrosas.
Suspiré.
Me encogí en mi lugar sintiéndome cansada, los medicamentos hicieron efecto algo tarde. El doctor dice que debo ir a terapia, pero que mantenga mi vida en familia.
Es triste no saber a que familia se refiere... No recuerdo tener una, ni siquiera me siento dentro de una.
Tomé la fotografía de mi pequeño hijo chupando uno de sus pies y sonreí. Es lindo, tiene los ojos grandes de su otra madre, al igual que su nariz. Creo que será todo un rompecorazones, espero no ser yo quien se lo rompa a él al no recordarlo, quiero recordarlo.
Quiero recordar mi vida, pero ni siquiera he podido ver a mis hijos o mi novia, y desperté hace dos días.
Salí de la habitación y me dirigí al final de todo, encontrándome con mi cuarto. Abrí la puerta con la esperanza de que los recuerdos me inundaran, algún beso, una caricia o quizá una noche de amor, nada. Todo vacío, sólo paredes blancas que probablemente fueron testigo de cosas que hoy por hoy ya no recuerdo, cosas que ya no tienen sentido.
Me senté en la cama, y dejé que mi espalda tocara el colchón. Estoy cansada, quiero mi vida otra vez.
¿Por qué tuvo que pasarme a mí? ¿Acaso no era buena? ¿No merecía una novia que me ame? Lo tenía todo, ¿por qué me lo quitaron? ¿Por qué me arrebataron el poder amar y ser amada? ¿Por qué no recuerdo a mi hijo?
Sentí las lágrimas cayendo por mis mejillas, mientras me hacía un ovillo en la cama. Estoy tan triste, ni siquiera puedo pensar con claridad.
¿Quién es Michael y por qué no recuerdo su risa?
¿Quién es Leigh y por qué no recuerdo su amor?
¿Quién soy yo y por qué me perdí?
Nota de autor:
¡Buenas noches! Descansen <33
-Codex.