Leigh.
Tomé la mano de Henry y le di media vuelta mientras The Man de Taylor Swift resonaba en los altavoces de casa.
—I'm so sick of running as fast as i can.—Gritó Henry mientras se movía. Michael estaba recostado sobre el pecho de Nicole observándonos bailar.—Wondering if I'd get there quicker if I was a man.—Siguió cantando y Nicole enarcó una ceja.
—¿Sabes de que trata esa canción?—Preguntó ella y el pequeño asintió.
—De los privilegios de ser hombre, mami.
Abrí los ojos soprendida. Yo no le enseñé eso.
Alcé mis manos liberandome de aquello.
—No sé de donde lo sacó.
—Me gusta Taylor Swift, es bonita, y parece que huele a frutas dulces, y me gustan las frutas dulces.—Dijo sonrojado. Ow, es su primer amor platónico.
Sonreí y tomé a Michael bajándolo del regazo de su madre, ayudé a Nicole a levantarse y comencé a darla vueltas mientras la canción sonaba.
—¿Vamos a bailar?—Preguntó ella y yo asentí pasando sus manos por mi cuello mientras giraba con ella y Michael nos veía desde el sofá esperando a su madre para volver a recostarse.
Comenzamos a bailar de forma absurda, ridícula diría yo. Nuestros pequeños reían de forma exagerada también, yo solo podía ver la sonrisa en el rostro de Nicole y la paz que me generaba verla tan relajada simplemente es impagable, no podría calcular un valor exacto a lo mucho que vale para mí el verla así de feliz y relajada después de tantos años de sufrimiento... Y es aquí donde empiezo a notar que el verdadero significado del amor en pareja y no en pareja– porque en este caso no lo estamos– es cuando no importa qué tan jodida estés siempre la felicidad aquella persona te va a volver loca, en mi caso estoy viendo a Nicole sonreír y creo que jamás, pero jamás había sentido que el hecho de no poder llamarla a mi novia, me había dolido de tan bonito, el hecho de no poder decir ella es mi esposa –que a veces en ocasiones el compromiso una cosa absurda y realmente no le encuentro mucho sentido sin embargo me gustaría con Nicole que aunque sé que es improbable, alejado de una realidad cercana a la mía y aunque me duele, me duele muy lindo estar cerca de ella y quererla tanto y ese dolor disminuye toda la angustia ha disminuido desde que está mi lado.
Nicole es magia.
La rubia me besó cortamente y Michael se levantó a buscarla, todo está permitido para el pequeño Michael, menos los besos a mamá, él no negocia con aquél límite y lo respeto.
—Bien, bien, ya suelto a tu madre.—Me quejé al sentirlo jalar mi pantalón.
Es un celoso.
[•••]
—¡Quiero subir otra vez a la montaña rusa!—Dijo un emocionado Henry.
Acabamos de bajar de la montaña rusa, siento que todo mis órganos cambiaron de lugar y que en cualquier momento algunos se me va a caer por alguno de los orificios de mi cuerpo. Estoy fingiendo que no, sin embargo Nicole lo ha notado y está acariciando mi mano, creo que voy a vomitar un pulmón... O mi útero al menos.
—Estoy casi completamente segura de que en la antigüedad decían que las mujeres no podían correr porque sus úteros saldrían volando y no podrían tener hijos... —Suspiré.—Sí eso fuese cierto creo que dejé mi útero en la parte más alta de la montaña rusa.
Nicole comenzó a reír ante mi comentario y negó.
—Tú útero está allí, sano y salvo.
—No me sirve de nada de cualquier forma.—Dije algo resentida.