6 de enero de 2024.
Nicole.
Sentí el ruido del auto frenar fuera, salí de la habitación, cerré la puerta y caminé hasta el salón y me encontré con una señora rubia que me miró algo afligida.
—¿Mamá?—Pregunté llamando a Sandra. Así se llama, eso lo recuerdo.
—Llegaron. —Dijo algo tensa parándose tras de mí. —Cariño, ella es Amy, tu suegra.
La puerta fue abierta por Jules. Sonreí.
—Jules. —Murmuré y la chica vietnamita me observó. —¿Cómo estás?
—Yo... Bien, ¿y tú?—Preguntó mientras observaba a su madre y luego a mí algo confusa.
—Mejor, te recuerdo. —Dije sonriente.
Ella asintió también con una sonrisa. Tras ellas apareció una chica castaña, esa ha de ser Leigh.
Es linda, sin embargo... Se ve triste, muy triste.
—Uh, hola. —Murmuró en voz baja. —Soy Leigh...
Asentí lentamente sin abrir la boca, no sé que decirle, porque realmente no quiero decir algo que pueda hacerla sentir mal, se ve que está lastimada...
—¡Mami!—Gritó Henry entrando a casa. Me abrazó con fuerza y yo me agaché a su altura para poder besar su rostro.
Un pequeño de ojos azules con leves tonos verdosos se acercó hasta nosotros. Hizo un leve puchero y yo estiré mis brazos hasta él.
—Necesito... —Habló la castaña y la observé. Noté sus ojos llorosos y la vi huir de la casa seguida por su hermana.
—Mami. —Ronroneó con una voz dulce el más pequeño mientras tomaba un collar que había en mi cuello.
No lo había notado. Lo tomé y vi un pequeño dije con una L unida a una N, bastante lindo. Suspiré.
—Mami uno, su quello. —Dijo el pequeño y no entendí.
—Dice que Leigh tiene uno también en su cuello. —Dijo Henry y asentí lentamente. —Los hiciste para su cumpleaños, se lo diste y ella estaba muy feliz.
Asentí lentamente.
—¿Ella está bien?—Pregunté a Amy, sí, creo que así era.
—Ella... Yo... Iré a ver.
Me levanté tomando al pequeño en brazos, sin embargo mamá lo apartó de mí con rapidez.
—No hagas esfuerzos innecesarios. —Murmuró dejando al pequeño en el suelo.
Me observó entristecido y tomé su pequeña mano para caminar al sofá. No lo recuerdo, pero si recuerdo amarlo mucho, eso no se va. Me senté en el sofá mientras mi hijo mayor corría a su habitación y el pequeño se acomodaba en mi regazo. Escondí mi nariz en su cuello olisqueando el perfume a niño pequeño. Sonreí.
—Te amo. —Dije sincera. Su aroma me es familiar. —Mucho.
—Amo mami. —Contestó llevando su dedo a su boca para chuparlo.
Sonreí. La puerta fue abierta y Leigh caminó hasta la cocina pasando de mí, le dijo algo a mamá y mamá cerró la puerta antes de que comenzara a oír gritos por parte de ella.
Amy gruñó y se acercó hasta el sitio, podía oír como defendía a su hija, sin embargo no sé de que.
Jules se sentó a mi lado.
—Esto no es lo que comúnmente pasa, es por la situación y... Cosas que han sucedido últimamente, no importa. —Dijo de forma corta.
—¿Leigh y yo estamos comprometidas?—Cambié de tema.
—La rechazaste cuando te pidió matrimonio. —Murmuró.
—¿Por qué? ¿Nos amabamos, no?—Pregunté y ella dudó.
—No es algo de lo que me corresponde hablarte, Nicole. Es algo que... Leigh debe contarte en la medida que recuerdes o que tu terapeuta crea que pueden hablarte sobre tu vida antes de ésto. —Suspiré y ella se levantó con Michael en brazos. —Tómalo como un regalo, tienes la oportunidad de comenzar desde cero... La pregunta es si quieres esta vida o una diferente...
Mamá salió molesta de la cocina tomando su bolso.
—¡Nos vamos, Nicole! ¡Henry!—Llamó a mi hijo y yo me negué.
—¿Qué sucede?—Dije preocupada.
—Hay que charlar tranquilas, Sandra. —Intentó calmarla Amy.
—¡¿Y dejar a mi hija con la culpable de todo lo malo que le ha pasado?! —Gritó mientras Leigh se encogía en su lugar.
¿Qué? ¿Por qué la trata así?
—Eso no es...
—¡También tienes hijas, Amy! Entenderás que no la dejaré.
—No iré a ningún lado. —Dije apartándome al ver como intentaba tomar mi mano. —Mamá, gracias por todo, te amo. —Murmuré caminando hasta Leigh. —Pero... Si hay alguien que deba decidir si continuar esta vida o tomar otra, soy yo. —Tomé la mano de Leigh. —Y hasta donde sé, yo elegí ésta vida antes, quiero saber si es donde debo quedarme, pero no podré si todos fingen saber que es lo mejor para mí, y con mucho respeto les pido que se vayan, debo hablar con mi pareja.
Sentí el nerviosismo de Leigh en cuanto tomé su mano.
Mi suegra y la hermana de Leigh asintieron, se despidieron sin hacer mayor escándalo. Mamá parecía ofendida, pero se retiró no sin antes decirme que podría irme a casa cuando quisiera y llevar a Henry.
Por lo que veo no quiere mucho a Michael.
Leigh soltó mi mano y se sentó en el sofá mientras veía a Michael jugar con dos autos en la alfombra.
[PLAY: I love you so - The walters]
—Entonces... ¿Estamos juntas?—Pregunté llamando su atención.
—Sí, hace... Tres años, nos conocimos en 2021, y ahora...
—No te recuerdo, y tampoco recuerdo amarte. —Dije rápidamente y ella asintió apartando la mirada. Pude ver lágrimas caer. —Eso no significa que debamos dejar de vivir juntas, es sólo que...
—Usa nuestra habitación, yo dormiré en la habitación de invitados, no te preocupes. —Murmuró ronca.
—¿Leigh?—Pregunté y ella suspiró sin observarme.
—Dime.
—¿Tú me amabas?
Tragó saliva y pude ver lo difícil que era para ella explicarlo.
—Lo hice, y mucho. —Murmuró secando sus lágrimas. —Te amaba mucho.
—¿Ya no?
—Todavía lo hago.
—¿Te estoy lastimando?—Pregunté y ella me observó. Vi sus ojos verdes ahora rojos e hinchados.
—No es tu culpa no sentirte como yo, es entendible y no te voy a culpar por ello.
—Perdóname. —Murmuré.
—Está bien, no te preocupes, Nicole. No es tu culpa no poder amarme... Yo no te culpo.
—¿Qué haremos?—Pregunté insistentemente.
Ella pareció meditarlo.
—¿Quieres comer algo? Te gustaba mucho la lasaña. Podría prepararla. —Dijo y observó su brazo. —Tardaré un poco.
—La haremos las dos... —Murmuré levantándome.
Es extraño tener un hogar que no se siente así.
Nota de autor:
¡Hey!
-Codex.