Nicole.
Conduje por veinte minutos hasta llegar donde Jules, me quedé en el auto esperando una señal. Leigh va a enojarse cuando sepa que he venido hasta aquí con la lluvia que hay fuera. Leigh odia que conduzca con lluvia, me ha regañado muchas veces por ello.
Suspiré. Debo decirle.
Apagué el motor, abrí la puerta y salí del auto. Caminé hasta la entrada y noté que aún tenían las luces del salón encendidas. La ventaja del ex departamento de Jules y Leigh es que no es un departamento como tal, es una casa separada con forma de departamento y que pagaban como si fuese un departamento.
[PLAY: One —Ed Sheeran]
Toqué la puerta repetidas veces ignorando el hecho de que tenía un enorme timbre frente a mí. Lo presioné y tras la puerta apareció Jules mirándome extrañada.
—¿Nicole?
Su voz denotaba confusión. No la culpo, yo también me observaría así en su lugar.
—¿Está Leigh?—Pregunté y ella asintió lentamente. La puerta se abrió más y la castaña apareció tras su hermana.
—¿Nicole?—Preguntó algo dormida. —¿Estás bien? ¿Condujiste con lluvia y hasta aquí?—Se quejó y tomó mi mano jalándome dentro de la casa.—¿Por qué haz venido?
Jules le entregó una toalla con la que Leigh me envolvió y en ese momento en el que la vi noté que estaba temblando, no creí que llovería tanto fuera, estoy empapada.
—¿Estás bien?—Insistió ella. No supe que contestar. Estoy en blanco. —Oh, Dios. ¿Te estás muriendo?
—No, no me estoy muriendo. —Aclaré y vi como Jules nos observaba en silencio.
—Le haré café. —Murmuró Jules.
—Te de manzanilla, Jules. —Dijo Leigh y la pelinegra asintió antes de alejarse. —¿Todo bien?—Insistió y yo tomé sus mejillas antes de ponerme de puntillas y pegar mis labios a los suyos.
Leigh parecía reacia a corresponderme, sin embargo sentí sus manos tomar las mías para bajarlas hasta su cuello, una de sus manos tomó mi cintura y su lengua acarició la mía antes de succionar mi labio inferior de forma suave.
Cerré los ojos y decidí tomar el control de la situación jalando su cuello levemente y dando un leve tirón a su lengua entre mis labios antes de morder su labio inferior. Ella dejó ir un suspiro y la sentí sonreír. El aire comenzó a faltarme, y decidí que era momento de hablar, al fin siento que tengo una voz propia, no la de aquella Nicole que olvidó todo, de esta nueva Nicole que está dispuesta a seguir trabajando hasta conseguir a su versión antigua para mejorarla.
Mordí mi labio inferior y pegué mi frente a la suya. Su respiración era pesada, y estaba sonrojada. Es linda. Cerré los ojos nuevamente disfrutando está sensación de alboroto y calma.
—¿Y eso que fue?—Susurró contra mis labios.
—Que me gustas, y no quiero... —Me detuve y cerré los ojos nuevamente para tomar el valor suficiente. Tomé una respiración profunda y abrí los ojos encontrándome con sus ojos verde agua mezclándose con los míos verde azulado. —No te rindas conmigo, por favor. No ahora, no me dejes... Yo no quiero dejarte...
Ella se quedó en silencio.
—¿Incluso si dejaste de amarme antes?—Preguntó algo temerosa.
—No importa esa Nicole. —Dije rápidamente.—Lo que ella dijo ya no importa, te quiero, Leigh. Me gustas y no quiero dejarte ir nunca más, es horrible no tenerte en casa, es horrible ver películas sin ti, quiero tenerte allí conmigo, quiero que... Quiero enamorarme de ti y que tú te enamores de mí. —Susurré.