XXIV. Engaño

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—Espera un momento, ¿no me digas que es lo que estoy pensando? — soltó una carcajada que hizo eco en el lugar—. ¿Tu pensaste que una mujer como Viktoria podría fijarse en una jovencita cómo tú? ¿Te has visto en un espejo? — su carcajada esta vez fue más fuerte, incluso se sumaron otras más, como si no estuviéramos del todo solas. 

Los escalofríos no cesaban. Este lugar me da mucho miedo. 

—Mi hija era perfecta. Todos los poblanos eran capaces de dejar a sus esposas e hijos, con tal de tenerla a su lado. Era amada por muchos y odiada por todas las mujeres corrientes. Muchos guerreros y príncipes estaban detrás de ella, le ofrecían joyas, oro, en fin, todas sus riquezas, pero hubo una persona que pudo hacerla cambiar de parecer con respecto al compromiso. ¿Sabes quién es? Sí, esa misma que estás pensando; Viktoria. 

Espera, recuerdo que la Sra. Josefa habló sobre la hija de Kaede con Viktoria. ¿Qué fue lo que pasó entre ellas? 

—¿Su hija se casó con Viktoria? 

—¿Pensabas que Viktoria iba a tomarse la molestia de llegar a tanto? Le ofreció muchos sueños, una vida llena de felicidad y lujos. La apartó de mí, llevándola a vivir al castillo y presumiendo ante todos que había conseguido lo que nadie más pudo hacer; conquistarla. Mi hija estaba perdidamente enamorada de esa mujer, pero yo me negaba a permitir que su relación continuara, porque conocía las intenciones de Viktoria. Mis intentos fueron en vano, porque me arrebató a mi hija, antes de que pudiese hacer algo. 

—¿Así que se trata de eso? 

La Sra. Josefa simplemente me entregó para tener de vuelta a su hijo. Sabía en lo que nos estaba metiendo, pero no nos advirtió, ni dijo nada. Siempre noté que Viktoria se comportaba extraño. Con todo lo que me hacía y decía era más que evidente. Vuelvo y lo repito; no sé qué esperaba de ella, aun así, logró decepcionarme, a tal grado que siento una fuerte opresión en el pecho. Se aprovechó de mi ingenuidad, de lo tonta que fui y de mi cuerpo. Me engañó con la situación de mi hermana, incluso planeaba dejarla atrás. Si tengo oportunidad de deshacerme de esto que me hizo y a su vez de recuperar a mi hermana, no dudaré en hacerlo. 

—¿Verdaderamente puede deshacerse de esta marca? 

—Por supuesto, pero eso tomará algo de tiempo. 

—¿Cuánto tiempo?

—Un mes. 

—¡¿Un mes?! ¡¿Y mi hermana qué?!

—Si ella no está aquí, no es porque yo no quiera, es simplemente porque se niega a hablar contigo. 

—No te creo. ¿Por qué se negaría?

—Porque te detesta. 

—Eso no es cierto. ¿Cómo podría mi hermana detestarme? 

—Lo hace, y desde lo más profundo de su alma. 

Ya había escuchado esas palabras, pero me niego a aceptar que mi hermana sea capaz de odiarme. Siempre me he esforzado en ser la mejor hermana para ella. 

—¿Por qué debo esperar un mes? 

—En un mes será el eclipse lunar. Todas las energías se reunirán y daremos inicio al ritual. Solo esa noche podrás liberarte de esta marca y de ese cruel destino. Y despreocúpate, Viktoria no podrá entrar aquí. Tú y tu hermana estarán bajo mi escudo.

Luna Roja [✓] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora