S2. Baile

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¿Por qué habría de gustarme Viktoria? Esos recuerdos invadieron mi mente, haciendo más que evidente la respuesta que, ni yo misma sabía, pero al parecer mi corazón sí lo hacía.

—¿Dónde puedo encontrar a Viktoria? — evadí su pregunta.

—Está en su castillo.

—¿Y cómo llego a su castillo? Creo que la vi hoy en el pueblo, a las afueras de la biblioteca.

—Ten mucho cuidado. Kaede está cerca. No te dejes engañar de nuevo.

—¿Kaede está cerca? ¿Acaso Viktoria no acabó con ella esa noche?

—No. Viktoria perdió su fuerza cuando moriste y ella logró escapar. Ahora que sabe que la debilidad de Viktoria ha renacido, es su mejor momento de atacar. Por eso usé mi energía restante para decirte todo esto. No sé cuánto dure, pero entre más tiempo me comunico contigo, las paredes a mi alrededor crujen. No puedo seguir hablando, si lo hago y pierdo mis energías por completo, no podré salir nunca de aquí.

—Escóndete. Aquí estás segura. Te prometo que encontraré una forma de que regreses, Isabel.

Ha pasado una semana desde que hablé con mi hermana. Aunque he intentado buscar información sobre la ubicación exacta de Viktoria y el castillo, aún no encuentro nada, es como si no existiera.

El evento del baile de máscaras que organizan cada año en el palacio es una festividad aburrida para mí, ya que debo estar presente y socializar, aunque no esté de ánimos para fiestas.

El vestido victoriano acampanado que elegí era rojo con una decoración bordada floral en color negro. Está hecho de tela de satén suave y sedosa, mangas largas y abultadas. El escote es cuadrado. Me gusta la sencillez, por esa misma razón decidí ponerme un antifaz rojo de encaje.

Las personas seguían llegando, solo me mantuve cerca de Elvira y a una distancia prudente de mis padres, para estar atenta a cualquier señal o llamada.

El salón estaba repleto de personas, pero como si de un hechizo se tratase, había una que llamó mi atención del resto. Estaba segura de que era Viktoria, sin necesidad de ver su rostro. El traje esmoquin que estaba vistiendo era negro y largo, lo que hacía resaltar su piel y cabello blanco. El cuello era de solapa, forro polar, con un ajuste delgado, y decoración bordada en un tono dorado en los puños. Su camisa negra llevaba volantes en el cuello y en las mangas. Portaba un bastón de madera con mango de latón brillante con el estilo de una serpiente. La máscara le daba un toque adicional a ese aura misteriosa que de por sí tiene. Llevaba una máscara de estilo veneciano con cuernos de encaje.

Nuestras miradas se cruzaron y no sé por qué quise hacer de cuenta que no la vi, tal vez por mi bien emocional, pues estaba sintiendo que el corazón latía frenéticamente, tenía la sensación de que saldría expulsado por mi boca. En esta vida no recuerdo haber sentido esto por nadie, ni siquiera por esos príncipes físicamente encantadores que solían visitarme.

—¿Le sucede algo, princesa? ¿No se siente bien?

—Estoy bien.

Mientras los invitados bailaban y se divertían en el salón, me mantuve en una esquina con la compañía aún de Elvira, hasta que Viktoria fue quien se acercó. Mi corazón saltó un latido. No sabía cómo reaccionar al tenerla de frente luego de tanto tiempo. No pensé que ella rompería el hielo primero.

—¿Por qué mientras el pueblo baila, su princesa está aquí triste?

¿Es que acaso piensa que no sé quién es? ¿O simplemente está fingiendo no conocerme?

—Tal vez porque no estoy de ánimo para celebraciones.

—Si usted es la princesa, debe guiar al pueblo con su ejemplo. Déjeme adivinar, ¿no sabe bailar? ¿Necesita que le enseñe?

—¿Realmente cree que necesito que me enseñen? Me han enseñado a bailar desde pequeña.

—Tal vez es una excusa mía para que me enseñe a bailar — me extendió su mano, y la tomé automáticamente sin dudarlo.

Había aceptado tan rápidamente que mi mente aún no procesaba lo que estaba a punto de ocurrir. Estoy muy nerviosa. ¿Y si cometo un error y hago el ridículo frente a ella?

Luna Roja [✓] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora