Capítulo 5: Pequeña Misión, Gran Problema.

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¡Hallo de nuevo! Lo que tardé con esto madre míaaaa, no tuve tiempo de escribir TT__TT. Fui a un evento a conseguir cosas de K y que apenas habían dos pósteres, es medio deprimente... ¡Y ni siquiera eran SaruMi! -corre llorando desconsoladamente- En fin... no tenía tiempo de subirlo antes, lamento la espera. ¡Espero que les guste! e__e

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El día libre había terminado. Al día siguiente, todos estaban en el comedor medio dormidos, estar en ese momento en Scepter 4 era como ver The Walking Dead.

Yata desayunaba, más bien intentaba hacerlo. Se le cerraban los ojos cada vez que iba a dar un sorbo a la taza de café que tenía en mano para mantenerse despierto. Dejó la taza sobre la mesa y se durmió cayendo sobre el brazo de Fushimi. Éste no tenía problemas con eso, es más, aprovechaba que estaba así para robarle el poco café que quedaba en la taza.

¿Cuánto tiempo estuvo dormido Yata?, dos o tres minutos como mucho. Apenas abrió un poco los ojos notó que estaba sobre el regazo del pelioscuro. ¿Cómo había llegado hasta allí?

—¿Eh? ¿¡Saruhiko, por qué no me intentaste despertar!?— Un poco enfadado y a la vez avergonzado de la situación, aunque no se movió de donde estaba.

—...— Fushimi no respondió. Con una mano tenía su PDA, y con la otra acariciaba un poco el cabello del pelinaranja.

—Aghh...— Yata quitó la mano de su amigo de encima suyo y volvió a ponerse como estaba antes de dormirse. —¿Escuchaste algo de lo que dije?

—Sí.— Seguía mirando el PDA, es que se concentraba demasiado con eso. Yata quiso echar un vistazo pero Fushimi le impidió ver. ¿Qué tendría metido allí? Siempre se lo veía concentrado en aquel pequeño aparato, y nunca le dejaba ver a los demás qué tenía.

El pelinaranja, decepcionado por no llegar a ver, quiso dar un sorbo al café que estaba tomando, pero ya no quedaba nada. Respiró hondo, no lo iba a regañar a su amigo de nuevo, ¿Para qué? Si ni lo escuchaba.

—¡Escuchen todos!

La teniente Awashima se paró en el medio del comedor para que todos la viesen y escuchasen. Anunció un nuevo trabajo, que incluía a la gran mayoría de los miembros. Fushimi estaba claro que iba, pues era el tercero al mando en Scepter 4. Y a Yata también lo nombraron junto con algunos más.

Así que todos los nombrados salieron del edificio para ya dirigirse a la misión, investigarían un pequeño pueblo. Se trataba de una aldea abandonada, y sospechaban que muchos strains no controlados estaban instalados en esa zona. Las casas de la aldea eran demasiado grandes como para que una persona sola las recorriera, así que se formaban dúos para cada casa, obviamente se podía elegir con quién ir.

Yata habría querido estar con Fushimi pero éste tenía otros cargos y no le había tocado el mismo trabajo que a él. Estaba desesperado por no saber con quién ir, se quedó quieto mirando las casas que ya algunos estaban recorriendo.

—Yo voy contigo.— Escuchó una voz detrás suyo, mientras alguien lo abrazaba por los hombros, era Doumyouji.

—Oh, ¡Gracias!— El pelinaranja logró animarse sabiendo que tenía con quien ir.

La única casa que quedaba para ver, ya en las demás los otros soldados estaban trabajando, era una de las más grandes y raramente se encontraba un poco alejada de todo lo demás. Tan alejada que ni se escuchaban los murmullos de los otros soldados azules. Se adentraron a la casa, que se notaba bastante antigua y descuidada, pues estaba abandonada. Pero notaron que ésta estaba en peores condiciones que las demás, demasiado arruinada.

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Apenas logró pasar una hora de que habían llegado, Awashima se tomó el deber de pasar por al lado de todas las casas para ver las condiciones de los clansmen. Fushimi de lejos la veía volver un poco alterada, a paso rápido.

—Yata y Doumyouji no están.— Dijo la rubia cuando llegó cerca del pelioscuro.

—Pero si yo los vi entrar a una de las casas...— Efectivamente los había visto. No le quitó un ojo de encima a su amigo mientras se iba caminando hacia ese lugar un poco alejado. Supo a dónde habían llegado, así que intentó señalarle a la teniente el lugar mientras le explicaba que lo había visto.

—¡Pero ellos no tenían que ir allí!

—¿Por qué?

—Además de que hay un lugar más cerca que está completamente vacío, ¡Esa casa no está en condiciones de ser visitada! Es muy antigua, tiene un cartel delante que dice “Precaución, peligro de derrumbe”.

Fushimi se heló al escuchar la palabra “derrumbe”, no quería que a su amigo le sucediera algo… y tampoco a Doumyouji. Sin decir más fue corriendo hacia el lugar desesperado, no era bueno corriendo pero si se jugaba la vida de alguien, y más la de su mejor amigo, debía hacerlo.

Llegó exhausto, jadeaba mientras se acercaba a la puerta de la casa. Tenía un cartel como el que había descrito la teniente, pero claro, estamos hablando de que justamente Doumyouji y Yata habían entrado. Era de esperarse que no lo hayan visto.

Al ingresar, Fushimi escuchó unas risas y se dirigió hacia donde provenía el sonido, en silencio. Yata y Doumyouji no hacían para nada su trabajo, estaban sentados riendo a carcajadas en un sofá en desuso que tenía algo de polvo, aunque tenía marcas de manos como si le hubieran dado un par de palmadas para que los atuendos no les quedaran tan sucios. Ni se habían enterado de que Fushimi estaba allí.

—¿Qué es lo que hacen aquí?— Fushimi hablaba calmado, pero le daba mucha rabia.

Ambos chicos se callaron y dieron vuelta al escuchar la voz de su superior.

—Estamos… viendo si no hay un strain escondido bajo este sofá.— Doumyouji intentó salvarse con una escusa bastante mala mientras saltaba sobre el sofá.

—Saru… No hay nadie aquí, ¿Qué más podríamos hacer? Ya recorrimos el lugar como unas diez veces.— Relajado, Yata seguía sentado.

—¿No vieron el cartel?— Fushimi comenzó a elevar la voz. —¡Esto puede derrumbarse en cualquier momento, vámonos de aquí!

—¿Eh?— Confundido, aunque había escuchado perfectamente, el pelinaranja abrió los ojos y se paró apenas escuchó las palabras de su amigo.

Mientras que Doumyouji no paraba de saltar en el sofá, y lo hacía con ganas. Realmente era divertido, más porque tenía resortes, al parecer ni había escuchado las palabras de Fushimi.

—Doumyouji…— El pelioscuro no pudo seguir regañando al ojiverde, se detuvo cuando vio como el suelo comenzaba a rajarse como un vidrio roto bajo el asiento. Tomó de la muñeca a su amigo dándole indicios de que tenían que salir corriendo.

—¡Doumyouji ya basta! ¡Salgamos de aquí!— Yata se acercó rápidamente al descontrolado para tomarlo de la misma manera que Fushimi lo estaba haciendo, para salir lo más pronto posible todos de allí. Pero a Doumyouji parecía que no le importaba nada de nadie.

Ya muy tarde, nunca se paró y la casa casi se les vino encima. Cayeron a un sótano, al parecer sólo una pequeña parte del piso donde se encontraban había caído, el sofá cayó junto con ellos por supuesto. Un hueco diminuto se había formado, y estando las puertas y ventanas completamente cerradas no lograban ver con claridad. Estaban completamente atrapados.

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¿Muy corto? Sí, ¿Poco SaruMi? Sí, jaja Pero no se preocupen. Para mañana espero ya tener el próximo capítulo y después (más adelante) voy a tratar de que las cosas se pongan mejor, si saben a lo que me refiero e__e ¡Espero que les haya gustadoeste pequeño capítulo! Comenten y voten que me hacen súper feliz ♥, ¡Nos leemos lo más pronto posible!

[K Project] Con Espada en Mano [SaruMi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora