[Parte 2] Capítulo 19: Gracias.

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¡Hallo! En este hermoso día lluvioso (amo la lluvia) me vinieron muchas ganas de escribir nwn Sin decir más... ¡Disfruten! ♥

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Ya se estaba dando por vencido... No le quedaban más fuerzas. No se resistió más, esperaba a que su oponente lo derrotara. Saruhiko corría a toda prisa y llegó a escuchar una risa totalmente desquiciada, no cabía duda de que se trataba de la criatura en contra de Yata.

A este último sólo le faltaba levantar su bandera blanca en símbolo de rendición, pero entonces...

El pelioscuro estaba llegando hacia el callejón. Sin llegar a su entrada vio manchas de sangre en el suelo, y una espada también estaba tirada a un lado, parecía ser una escena de homicidio. Ya era más que obvio que el pelinaranja estaba allí dentro.

Justo antes de poder ver qué se encontraba dentro de la calle sin salida, una gran llamarada de fuego sobresalió desde allí... Saruhiko tapó su cara con su brazo protegiéndose de una posible explosión, echándose hacia atrás.

Comenzó a temblar, temía que su hermosa flor hubiese sido víctima de algún súper ataque de la strain. La tristeza y la ira invadían su cuerpo.

Logró entrar al callejón completamente asustado... Misaki estaba bastante herido, nada mortal pero bastante doloroso, y no estaba solo...

La criatura en sí había quedado completamente destruida. Y Yata... había quedado inconsciente en brazos del famosísimo Rey Rojo. Éste no estaba solo, venía acompañado de Kusanagi, Anna y Totsuka. Al parecer ellos llegaron a detener a la strain antes que Saruhiko los viese llegar.

—¡Fushimi!, ¡Tanto tiempo! —Totsuka saludó con una gran sonrisa en el rostro, a pesar de la situación del pelinaranja.

Saruhiko había quedado callado, mirando el cuerpo inconsciente de su chico. No pudo siquiera contestarle al rubio.

—Ah... —Suspiro Mikoto al ver la expresión del pelioscuro.— ¿Quieres llevarlo tú? —Supuso que no le gustaba la idea de que él lo cargara en brazos.

No sabía como responder a esa pregunta. Sin mirar a los ojos al Rey Rojo, asintió y dirigió a tomar a Yata para llevarlo hacia donde estaba el resto de los de Scepter 4.

Era un largo camino y no le convenía en lo absoluto llevar al pelinaranja él solo. Pero no quería que los rojos tocaran su cuerpo, y menos su rey.

No superaría el hecho de que él no llegó a salvarlo, pero su antiguo clan sí. ¿Tan pequeño es el mundo como para que justamente ELLOS llegaran antes que él?

Le dolía tanto pensar en esa situación, pensaba que le había fallado a su chico. No se lo perdonaría fácilmente.

Los rojos, dejaron que Saruhiko se fuera solo a buscar ayuda de su clan. No porque no quisieran ayudarlo, sino porque sabían de que él no quería por nada en el mundo su ayuda. No leían mentes, pero por la mirada se notaba. Y la que más se había dado cuenta de eso era Anna. Tomaron su rumbo, contrario al del azul y se desvanecieron. Quedaron bastantes preocupados por Yata, así que en unas horas lo llamarían para ver su estado de salud.

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Saruhiko llegó exhausto hacia donde se concentraba una gran cantidad de soldados azules. Tomaron rápidamente a Yata y lo metieron en una de esas camionetas oficiales de Scepter 4. Y lo llevaron hacia el establecimiento, donde se encontrarían médicos para poder curar las heridas que una de las strains había causado.

¿Qué sucedió con la criatura? Pues, Saruhiko dio dirección de donde se encontraba y la lograron capturar. Estaba también muy dañada, y aunque se lo merecía, no podían dejarla así, entonces también fue curada.

Habían llegado al establecimiento, Yata seguía inconsciente y Saruhiko ya no sabía que hacer. Los dejaron a ambos en su habitación. El mayor tenía algunas vendas en su abdomen y algunas en los brazos. Lo habían acostado su respectiva cama, en ropa interior, así que el pelioscuro lo cubrió con las sábanas para que no pasara frío y se quedó a su lado. No iba a dormir, simplemente estaba esperando a que el otro abriera los ojos. Pero habían pasado horas y no lo hacía.

Recorrió su piel, llena de heridas. No podía creerlo. Dijeron que no era nada grave, pero no les creería hasta ver despertar al mayor. Seguía temblando, y su corazón latía a más no poder. No aguantaba más, ¡Quería ver esos hermosos ojos color ámbar abrirse de una vez!

Se le estaban cerrando los ojos, pero no quería dormirse por más cansado que esté. Estuvo a punto de caer, hasta que vio al mayor abrir de a poco sus ojos y el sueño se le fue de un momento a otro.

—Sa-Saru... —Despertó y se desperezó un poco, le dolían las heridas y lo mostraba en gestos.

—Misaki~ —Su rostro se iluminó un poco, y sonrió de lado. Sus ojos estaban entrecerrados porque realmente quería dormir. Comenzó a acariciar el cabello del mayor, se sentía al fin aliviado.— ¿Cómo te sientes?

—Mhn... Me duele un poco. —Sonrojado por el trato del menor, señaló que le molestaba bastante las heridas en el abdomen, y mantuvo su mano sobre éste.

El pelioscuro dirgió su mano hacia donde la del otro estaba, y entrelazaron dedos. Yata notó tristeza en los gestos del menor, se preocupó por eso.

—¿Por qué estás tan triste? —Preguntó dudoso el pelinaranja.— Estoy bien, no tienes porqué preocuparte.

—Es que no llegué a tiempo... —Bajó la cabeza, decepcionado de sí mismo.

Yata no entendía bien. Si no lo había salvado Saruhiko, entonces... ¿Quién lo había hecho?

No tenía recuerdos de ese momento, había quedado inconsciente desde antes por la gran pérdida de sangre.

—¿Entonces, quién me salvó?

—No lo sé. —Mintió.— Sólo vi que tú y la criatura estaban en el suelo... Te recogí y llevé a que te curaran. —En parte era verdad. La diferencia estaba en que SÍ sabía quiénes habían "rescatado" a Yata, pero no quería darle el crédito a su antiguo clan.

—Oh... Por lo menos me llevaste. —Soltó la mano del menor, para llevar la suya hacia la mejilla del otro. —Y con eso me basta... Gracias... —Agradeció y besó en los labios al otro. Ambos rostros se ruborizaron un poco. Se apartaron y Yata notó que Saruhiko tenía una mirada agotada.

—Parece que tienes sueño... ¿Dormimos un poco? —Preguntó haciéndole más espacio al menor para que se acostase más cómodo a su lado. Saruhiko asintió y se acomodó con el pelinaranja sobre su pecho, abrazándolo. Cerraron sus ojos y automáticamente cayeron dormidos.

Saruhiko le había mentido a Yata... Pero no tenía planes de que volvieran a cruzarse con los rojos así que nunca lo sabrían.

Quería mantener al pelinaranja junto a él, y que nadie ni nada se interponga en su camino. Pero HOMRA estaba cerca de arruinar lo suyo. Quizás no el clan, pero sí la relación que Yata llevaba con ellos, era muy diferente a la de Saruhiko. Tenía miedo de que el pelinaranja quisiera volver allí, no quería darle razones para que se quede con ellos.

No de nuevo... Estaban más que bien así, volver allí sólo empeoraría las cosas.

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Es corto, lo sé. Pero al menos no dejé intriga (?

Quiero actualizar bien rápido los capítulos que siguen (sinceramente ni tengo en cuenta cuánto puede llegar a faltar), porque a fin de mes me voy de viaje y quiero tener bastante avanzado todo para esa fecha: SonneKa Mode ON, FULL POWER :B

 Espero que les haya gustado el capítulo. Sus votos y comentarios son los que me dan ganas de seguir escribiendo siempre ♥ ¡Nos leemos prontito! :3

[K Project] Con Espada en Mano [SaruMi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora