Capítulo 14: Preocupaciones.

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Le temblaban las manos, un poco más y comenzaba a sudar.

-¿Qué hace Saru con fotos de mí?

Se decía constantemente en voz baja, para sí mismo. El pelioscuro tenía una gran colección de fotos de Yata, y no cualquiera, al parecer él le sacaba todas. La mayoría eran durmiendo, supuso que así era más fácil sacarlas, pero no sólo eran así. Supuso que Fushimi al estar constantemente con el PDA en mano, podía sacarle fotos desprevenidamente en cualquier momento. Así llegó a tener imágenes desde hace ya un par de años atrás, justamente desde que llegaron a Scepter 4. Y lo primero que pensó es que era eso lo que entretenía tanto al pelioscuro que no soltaba el bendito aparato, ya que no tenía ni una sola aplicación o videojuego.

No vería a su amigo de la misma manera, ya no iba a ser lo mismo. Echó un suspiro de preocupación, estaba preocupado en cómo iba a ser capaz de volver a ver a Fushimi a los ojos, y más si lo veía con el PDA. En serio no podría, ni aunque sintiera algo más que amistad. Por suerte de esa manera no le afectó mucho, es decir, está feliz de que Fushimi le preste demasiada atención, en parte.

-Si así es el PDA...- Seguía hablando para sí mismo. Volteó la cabeza hacia el bolso que traía Fushimi. Se suponía que eran las cosas que siempre tenía en Scepter 4.


Revolvió un poco la mochila, y no fue difícil darse cuenta de que había una remera blanca en medio de un gran montón de ropas oscuras. La tomó y reconoció perfectamente.

-Ay Saru...- Se ruborizó un poco, y no lo iba a culpar. Al fin y al cabo, él había dormido con el traje azul de su amigo puesto. Si Fushimi hacía algo parecido con la remera no podía culparlo de absolutamente nada.


Volvió a guardar las cosas dentro del bolso, por suerte no tuvo que revolver mucho, y dejó el PDA al alcance del pelioscuro quien seguía inconsciente. Se suponía que debía esperar, así que se sentó a su lado mirando el pálido rostro de su amigo. Se ruborizó un poco al prestarle atención a su físico, porque lo notaba atractivo, más aún con el cabello todavía algo húmedo.


++++

Pasaron los minutos, casi llegó a pasar media hora. Y por fin, el pelioscuro dio signos de vida.

Yata se estaba quedando dormido, pero al ver a su amigo despierto se despabiló.

-¡Saru!, Al fin despiertas.- Dijo emocionado el pelinaranja, abrazó a Fushimi con mucho cariño y fuerza.

-Eh... ¿Qué pasó?- Realmente no recordaba nada. Sintió raro el afecto de su amigo, tanto que ni siquiera pudo devolvérselo, sólo se quedó quieto. -Misaki... Estás temblando.


Yata suspiró todavía con preocupación. Se limitó a cambiar el tema, a el tema de por qué Fushimi estaba en la clínica. Le dijo lo que había sucedido. Pero no, no lo miraba a los ojos. Sólo miraba a un punto fijo de la pared desenfocando a su amigo, era la única manera en la que podía hablarle. Se sentía raro saber las cosas que se había enterado. Agradeció que el pelioscuro haya evadido lo del cambio de tema.

Tomó el teléfono y marcó al número que la doctora le había dejado para que ella ya viniera, y no tardó en llegar. Le hicieron al menor los últimos chequeos para por fin salir de la clínica. Pero tenía miedo, tenía miedo de que tuviera que volver a su casa, y peor aún, con su padre.


Ambos salieron del consultorio, ambos temblando. Yata porque todavía no podía creer lo que su amigo tenía en el PDA, y Fushimi porque no quería volver a su casa. Se encontraron con Munakata en el pasillo, a su lado estaba Neko, cabizbaja con una mirada triste. Eric se encontraba en un asiento un poco más alejado de los azules, cerca de la entrada.

[K Project] Con Espada en Mano [SaruMi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora