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꧁༒☬ SOUL ☬༒꧂

Fiorella había evitado a toda costa acercarse a las barandas de aquel barco, pues bastó solo con que mirara una sola vez hacia abajo para sentir las peores náuseas que nunca hubiese experimentado. Afortunadamente, llegaron rápido a su destino, y ella fue la primera en bajar velozmente, deseando estar lejos de esa horrible máquina.

—¡Bienvenidos al continente de Marley! —Onyankopon los estaba esperando y saludó de manera discreta con una reverencia hacia Fiorella, entregándole un pequeño bolso un tanto pesado—. Pueden comprar lo que sea con esas monedas.

Fiorella iba a agradecerle cuando se dio cuenta de que parte del escuadrón de Levi y Hange estaban haciendo el ridículo, saludando a lo que era un auto.

—Si no los detenemos ahora, terminarán ofreciéndole zanahorias a ese pedazo de fierro. —Levi se dirigió hacia el hombre de tez oscura.

—No hablarás en serio... —una carcajada se le escapó hasta que los vio intentando comprar las dichosas zanahorias— ¡Están comprándolas!

El hombre fue rápidamente a intentar quitárselas y alejarlos del auto.

Fiorella caminó al lado de Levi, admirando todo a su alrededor, hasta que él se detuvo y volteó hacia atrás.

—Oigan, no se alejen del grupo —se dirigió a Mikasa, Armin y Eren—. Especialmente tú.

—Ya vamos —Armin se apresuró a responder, llevando a sus amigos rápidamente con el resto, mientras que el Capitán y Fiorella los siguieron por detrás.

Fiorella alisó la falda de color rosa, quitando algunas arrugas. Estaba agradecida por la ropa que les habían hecho llegar antes de dejar la Isla, ya que de esta forma podían pasar desapercibidos si tan solo los escuadrones no se estuvieran comportando como niños.

Se cubrió el rostro de vergüenza cuando Lothar estrelló el helado que había comprado en la cara de Marco, haciendo que este intentara hacer lo mismo con él, pero Dante intervino para regañarlos, recibiendo así el helado de Marco en su propio rostro. Klein era el único que los observaba de lejos, dando rápidas lamidas a su helado, con temor de que sus estúpidos compañeros quisieran arrebatarle o tirarle el suyo al suelo.

—Y decías que no destacaríamos... —Levi se cruzó de brazos frente a Hange, quien lucía igual o más emocionada que los chicos, hasta que vio el rostro serio de Levi.

—Igual nadie va a pensar que somos los demonios de la isla...

—¡No digas eso, te pueden oír! —Fiorella miró a su alrededor, asegurándose de que nadie los hubiera escuchado, hasta que su mirada cayó en un hombre de aspecto extraño que se acercaba a ellos. Levi ni siquiera lo había notado porque le daba la espalda, hasta que el extraño hombre le habló.

—¡Hola niño! ¿Quieres un duuuulce? — Levi se giró lentamente para enfrentar al hombre, que llevaba un atuendo extraño y maquillaje que daba miedo— ¡Ustedes sí que se ven geniales! ¿Están jugando a ser gángster?

El hombre, al darse cuenta de que en realidad no era un niño a quien le habló, se mostró algo avergonzado y se marchó lo más rápido que pudo, mientras que Fiorella intentó ocultar su sonrisa sin éxito.

Continuaron recorriendo el lugar, donde había diferentes puestos de venta. Sasha intentaba comprar todo lo que veía, sobre todo cuando se trataba de comida.

—Oye, esa bolsa no es tuya —Fiorella se giró al escuchar a Levi, quien le sostenía fuertemente el brazo a un niño, el cual tenía la bolsa de dinero que les habían entregado los Azumabito.

SOUL| Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora