SOUL| Levi Ackerman.

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              ꧁༒☬ SOUL ☬༒꧂

El capitán mantenía su mirada fija en la silueta de Fiorella, quien estaba sentada cerca de la fogata, leyendo demasiado cerca de las llamas. Después de haber encontrado los libros, la joven no había sido capaz de separarse de ellos, leyéndolos una y otra vez hasta el punto de no poder dormir.

El campamento se encontraba cerca de Trost. Habían decidido detenerse allí para descansar, ya que los estragos de la batalla estaban pasando factura a los sobrevivientes. Especialmente a Eren, quien, después de las transformaciones y el estrés de casi perder a su mejor amigo, apenas podía mantener los ojos abiertos.

—Deja eso ya —dijo Levi acercándose a Fiorella, intentando arrebatarle el libro de las manos sin éxito.

—No puedo, estoy aterrada —respondió ella aferrándose al libro.

—¿Le tienes miedo a simples humanos y no a los titanes? Eres muy rara —comentó el pelinegro mientras se sentaba a su lado. Luego, dirigió su mirada al cielo al percatarse de los primeros rayos de luz del amanecer —. Resolveremos eso cuando lleguemos.

—Hemos vivido engañados durante muchos años, Levi. ¿No te das cuenta de la gravedad de eso? Nos acorralaron aquí enviando a los titanes. ¿Y si se aburren y deciden atacarnos ellos mismos? ¿Y si tienen miles de ejércitos? ¿Y si...?

—Eso no va a suceder, y si sucediera, serían blancos fáciles. Los humanos mueren enseguida —trató de tranquilizarla. Sus ojos se posaron en ella, notando las bolsas debajo de sus ojos, evidencia de las horas de sueño perdidas y el cansancio de la batalla —Te traeré algo de comer.

Fiorella asintió, dejando el libro a un lado por un momento. Sabía que no podía seguir torturándose con todas esas preocupaciones, al menos no en ese momento. Necesitaba descansar y recobrar fuerzas para enfrentar lo que les esperaba en el futuro. Mientras Levi se alejaba en busca de comida, ella se acomodó junto a la fogata, tratando de encontrar algo de calma en medio del caos que los rodeaba.

Levi revisaba el contenido de las provisiones restantes mientras el campamento se despertaba lentamente. Entre los que recuperaban la conciencia se encontraba Marco.

El capitán no sabía exactamente qué había hecho Fiorella mientras ellos estaban en el sótano. Solo sabía que al regresar, ella les pidió a todos que omitieran el hecho de que Antoine había sacrificado su vida por Marco.

Y al despertar, Marco no parecía recordar ese importante detalle. Fiorella le había explicado que Antoine había fallecido debido a los proyectiles que los alcanzaron mientras protegía a los caballos. Marco no hizo más preguntas, aceptando el hecho de que su compañero había muerto de manera heroica cumpliendo con su deber.

Levi sentía la necesidad de preguntarle a Fiorella qué había hecho exactamente. Le parecía extraño que el golpe de Lothar hubiera sido suficiente para borrar ese recuerdo en particular. ¿Sería posible que Fiorella tuviera la capacidad de manipular los recuerdos de Marco como lo hacía el antiguo Rey? Sin embargo, Fiorella le había pedido específicamente que no le hablara sobre la pérdida de memoria de Marco, argumentando que no se sentía bien consigo misma.

—Come —dijo Levi mientras se acercaba a Fiorella. Esta vez logró arrebatarle el libro y le ofreció un trozo de pan y una manzana a cambio. A regañadientes, Fiorella aceptó la comida y comenzó a comer bajo la mirada intimidante del pelinegro. Cuando terminó, mostró sus manos vacías para demostrar que se había acabado todo.

Levi asintió satisfecho, pero no le devolvió el libro. En cambio, se dirigió hacia Hange y se lo entregó, advirtiéndole que no se lo pasara a Fiorella.