SOUL| Levi Ackerman.

✿0.5✿

꧁༒☬ LOST SOULS ☬༒꧂

Fiorella no hizo preguntas, ni gritó ni lloró. Se mantuvo en silencio mientras Klein volvía a explicar lo que había sucedido y la promesa incumplida del Capitán Levi, quien se suponía que volvería al amanecer pero aún no había regresado.

Con el corazón apretado, Fiorella corrió a su habitación y se cambió rápidamente al uniforme de maniobras. Se detuvo un instante, preguntándose por qué había decidido llevarlo consigo en primer lugar. ¿Acaso de alguna manera intuía que algo malo ocurriría? Sacudió esas ideas de su mente, sabiendo que la conexión entre ella y Levi era fuerte, pero no tenía el poder de prever el futuro.

—Fiorella —la llamó Lothar al verla salir de su habitación—. No tomes una decisión precipitada. Aún no sabemos si podremos burlar a la policía militar para salir de aquí.

—Haré lo que sea necesario para encontrar a Levi —respondió con seguridad. Se dirigió a la habitación donde sabía que la policía militar guardaba los equipos de maniobras y se equipó rápidamente. Revisó las hojas y los tanques, asegurándose de que todo estuviera en orden—. No me quedaré aquí esperando noticias sin hacer nada —añadió al reunirse nuevamente con los demás.

—Estamos contigo —dijo Marco. Levi había sido una figura paterna para él y sus hermanos, y no estaba dispuesto a perderlo también. 

—¿Cuál es el plan? ¿Iremos al campamento donde tenían prisionero a Zeke? —preguntó Lothar, revisando también su equipo—. Si lo que dice Klein es cierto, podría estar infestado de titanes.

—Y si eso es verdad, el Capitán Levi podría ser uno de ellos—agregó Dante con pesar. La idea de que su Capitán pudiera haber sido transformado en un titán era demasiado dolorosa de contemplar.

—Hasta que lo vea con mis propios ojos, no creeré que Levi está muerto o transformado —afirmó la rubia.

El escuadrón se miró entre sí, sin atreverse a contradecir a Fiorella. Todos sabían que el camino sería peligroso, pero no podían dejarla sola.

—Nos vamos ahora —añadió. El escuadrón la siguió de cerca, salieron en busca de sus caballos y evitaron responder las preguntas de la policía militar, quienes los miraban con recelo al verlos salir con sus equipos de maniobras.

—Reina Fiorella, no puede abandonar el lugar —dijo uno de los soldados—. Tenemos órdenes de asegurar su permanencia aquí.

— ¿A dónde va con ese uniforme?

— ¿Quién le dio permiso?

Fiorella sabía que no podía detenerse a dar explicaciones. No tenía tiempo que perder, debía encontrar a Levi lo antes posible. Mintió, diciendo que el Capitán Levi los había reunido en Sina, y les pidió que cuidaran de Historia en su ausencia.

—Enviaremos soldados para confirmar la petición del Capitán Levi —dijo el joven capitán Otto, responsable de la unidad—. Mientras tanto, esperen aquí hasta que sea seguro regresar.

—No es necesario —respondió Fiorella, sin detenerse—. Levi me está esperando en el escondite. Solo nosotros sabemos dónde está.

Fiorella no esperó a que la policía militar respondiera. Montó a caballo y galopó lo más rápido posible, seguida de cerca por su escuadrón. Otto entornó los ojos mientras los observaba alejarse. Sabía que Fiorella no había dicho la verdad gracias a su informante, pero por el momento no podía detenerlos. 

—¿Dejaremos que se vaya así sin más? —preguntó uno de sus subordinados.

—Traigan mi caballo y a los cuatro mejores calificados de inmediato —ordenó—. Los seguiremos de cerca.