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꧁༒☬ LOST SOULS ☬༒꧂

Los cálidos rayos de luz lograron atravesar las delgadas cortinas que cubrían la ventana de la habitación de Fiorella, pintando de tonos dorados el interior. La pelirrubia, al sentir la incomodidad que le provocaba recibir la luz en la cara, no tuvo más remedio que levantarse y asearse para iniciar su día.

Momentos después, se dirigió hacia el cuartel general, donde Darius Zackly la estaría esperando en su oficina. Sin embargo, su paso se vio interrumpido por la gran cantidad de civiles que se apretujaban en la entrada del lugar, cargando carteles donde exigían la liberación de Eren. Al notar la presencia de Fiorella, varios se abalanzaron, exigiéndole que cumpliera sus peticiones. Los miembros de su escuadrón se apresuraron a empujar a los civiles, creando una barrera de protección mientras que los soldados de la policía militar abrían paso para permitirle entrar.

—¡Reina Fiorella, por favor! ¡Libere a Eren!

—¡Solo Eren puede salvar a Eldia!

El bullicio y las voces se entremezclaban, llenando el ambiente de tensión. Fiorella se apresuró, con el corazón latiendo con rapidez, ignorando los pensamientos de peligro que surgían en su mente. Su objetivo era claro, tenía que ver a Darius Zackly y hablar con él cuanto antes.

Finalmente, llegó a la oficina del generalísimo y, sin esperar a que nadie le abriera, entró precipitadamente. Darius estaba de pie detrás de su escritorio como si se hubiera levantado al escuchar los disturbios.

—Entonces es cierto, había escuchado rumores de que estabas en el distrito —dijo Darius, dirigiéndose a ella mientras la alcanzaba en un cálido abrazo y le daba unas suaves palmaditas en la espalda.

—He venido a decirte algo importante —dijo Fiorella después de soltarse del abrazo—. Será mejor que tomes asiento.

Darius frunció ligeramente el ceño, intrigado, pero asintió y cumplió con su solicitud, tomando asiento frente a ella.

Fiorella se sentó en la silla opuesta, su mirada vagaba por la habitación, sin poder fijarse en la persona frente a ella. Finalmente, dio un suspiro y dejó salir lo que tanto la inquietaba:

— Estoy embarazada.

Hubo un momento de absoluto silencio. Fiorella podría jurar que Darius había dejado hasta de respirar por unos instantes, como si estuviera procesando la noticia.

—Estoy sin palabras —fue lo único que Darius pudo articular, quitándose los lentes y dejándolos sobre el escritorio.

—No es necesario que digas nada. Sentí que debías saberlo antes que los demás.

—¿Nadie más lo sabe?

—Solo la legión, pero Levi fue claro en advertirles.

—Vaya —susurró Darius, visiblemente sorprendido—. Serás madre.

Fiorella asintió lentamente, consciente de que a Darius le tomaría un poco más de tiempo asimilar algunos hechos.

—¡Pero qué remedio! ¡Lo celebraremos! —exclamó Darius, poniéndose de pie de un salto—. Es fantástico. Cuando solucionemos todo, la noticia del próximo heredero de la corona calmará a los civiles.

A pesar de la noticia emocionante, Fiorella quería replicar, pero un golpeteo en la puerta alertó a ambos.

—Somos reclutas de la legión —dijo una voz masculina tras la puerta—. Tenemos algo que le pertenece.

—Adelante —espeta Darius. La puerta se abre revelando a tres jóvenes que empujaban una silla dentro de la habitación. Por alguna extraña razón, los jóvenes palidecieron al notar la presencia de la pelirrubia. Se miraron entre sí y, algo descoordinados, hicieron una leve reverencia—. ¿Por qué la traen?

SOUL| Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora