Volver a la rutina era lo que seguía en la lista. En parte, le aliviaba, puesto que sabía que dentro de su lugar de trabajo estaría tranquilo, no habría gente acosadora preguntándole por Kathie, y sabía que, si alguien osaba siquiera tocar el maldito tema, una filosa mirada bastaría para alejarlo.
Hawks pasó por él y Kirishima, conversaron un poco sobre todo lo que debían hacer, los cambios en el guion de la serie gracias al embarazo de Camie, contratos pendientes, etcétera, etcétera.
Pero su mente no estaba allí. La vería de nuevo. Trabajaría con ella nuevamente, tendría que volver a hablarle porque debía hacer como que nada cambió en esa curiosa amistad que había antes de irse. La última vez que se vieron fue cuando regresaron al país, tres días atrás; vale, no había pasado mucho tiempo, pero sabía que la tensión de su última charla seguía presente, y además, no podía evitar sentirse algo ansioso sabiendo que ahora Camie también lo sabía todo. Así que básicamente, estaba en las nubes, pensando como lidiar con todo sin explotar.
Cuando llegaron, Katsuki se dirigió con paso apresurado a la sala de maquillaje y vestuario, la ansiedad carcomiéndole y haciendo que sus latidos se sintieran a cien por hora. Ni siquiera prestaba atención a lo que Kirishima decía caminando detrás de él, tratando de alcanzarle.
Cuando su presencia se hizo notar, todos voltearon a verlo. Observó a su alrededor, ignorando los saludos de Setsuna y Pony, sin encontrar a esa persona en particular. Eijiro se adentró, saludando a todos afectuosamente; su novia corrió a abrazarlo, a pesar de que se habían visto el día anterior.
—Oi, loca —le habló a la chica de cabello rosa, quien le dedicó una mala mirada—. ¿Y Ochaco?
—No ha llegado, don acaparador. Déjala respirar, estuvo contigo dos meses.
Kirishima no pudo evitar soltar una nerviosa carcajada.
Bakugo iba a responderle, pero la chica que anhelaba ver finalmente apareció a través de esa puerta. Se veía cansada, fingió un poco convincente sonrisa a todos y se acercó hacia la que era su área de trabajo, pero no cargaba su maletín como siempre.
Pareció suspirar un poco y finalmente volteó, aclarando su garganta para llamar la atención de todos.
—Um, hola —empezó en voz algo baja—. No saben cuanto les extrañé a todos.
Mina junto con Kendo se acercaron a la castaña, pero ésta las detuvo con un gesto con su mano.
—Solo... Solo vine a dar un pequeño anuncio —continuó. Sus amigas se miraron extrañadas—. Yo no estaré con ustedes... más. Vine a despedirme en definitiva.
Se formó un silencio profundo.
—¿Q-Qué? Pero, 'Chaco, ¿por qué...? —Mina se acercó a su amiga realmente afectada—. ¿Pasó algo con Naomi?
—No, no. Es solo que lo estuve meditando y no vale mucho la pena volver ahora. Con la boda tan encima, y tanto que hacer, no me da el tiempo.
Las chicas suspiraron algo tristes, comprendiéndola y acercándose a ella para abrazarla y despedirse.
Katsuki gruñó irritado.
Que estupidez, pensó.
Mientras todo el mundo se acercaba a despedirse de la castaña, él volteó y salió de allí. Durante todo el rato que Uraraka estuvo hablando, nunca le dirigió la mirada, parecía querer evitarlo a toda costa. Se dirigió al patio del canal, necesitaba tomar un poco de aire, aclarar su mente porque nada le estaba haciendo sentido.
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Bajo Los Focos
FanfictionPara Ochaco Uraraka, una joven maquilladora de un canal de televisión balancear una familia, un trabajo y su vida personal era algo que creía que comenzaba a dominar de a poco... ...Pero no contaba con que la promesa actoral, Katsuki Bakugo, llegara...