Capítulo 18: Pirata al rescate

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Hola, espero que estén muy bien. Y que les guste este capítulo. Besos y abrazos.


En primera instancia, estoy paralizada. 

De acuerdo al aprendizaje de las clases de kickboxing y defensa personal, necesitas tener la capacidad de ser consciente de lo que te rodea. Para eso, el instructor nos enseñó ejercicios de respiración y concentración. Todo está en dejar entrar y salir el aire de tu cuerpo, así facilitar la oxigenación hacia tu cerebro. Esto le permitirá a tu cerebro funcionar de la manera adecuada y responder ante el peligro para salvar tu vida y no salir herida en el intento. 

Por mucho que había practicado en el pasado y todas las veces que aprobé las actividades, creo que nada se compara con experimentarlo. El frío del cuchillo se siente muy pesado en mi garganta y las manos en mi brazos parecen grilletes de acero. Tengo muy pocas posibilidades de no salir herida si intento defenderme; de alguna manera u otra el cuchillo abrirá mi carne. 

Por las voces, puedo asegurar que son dos... son justamente los dos borrachos de la cantina. Me tienen retenida en la oscuridad de los árboles. Cuando siento pasos aproximándose por el sendero, intento gritar pero tapan mi boca de inmediato. El agarre es fuerte pero logro hacer ruido.

—Cállate —susurra el hombre—, sino quieres que te mate aquí mismo. 

Me remuevo y sigo gritando con la boca tapada. Con la vista fija en la luz del camino, me decepciono cuando una sombra pasa de largo. 

No hay nadie quien me pueda ayudar. Tengo que salvarme.

Comienzo a moverme con más énfasis, con intención de provocarlo. Cuando Trent se acerca lo suficiente a mi cara, inclino con mucha fuerza mi cabeza contra la suya y logro golpearlo. No tengo tiempo para saber si le dolió y doblo mi rodilla hacia atrás. Escucho un quejido estridente y sé que le he dado al otro en la entrepierna. 

Al soltarme, el cuchillo hace una incisión en la parte izquierda de mi cuello y grito. 

—Maldita —escupe Trent y vuelve agarrarme del brazo. Su amigo sigue en el suelo.

Trent intenta golpearme con su puño pero logro esquivarlo agachándome; de esta manera aprovecho de patear su rodilla. Él cae al suelo con un ruido estruendoso de sus huesos. Ambos están en el suelo y es mi oportunidad de correr.  Doy vuelta para alejarme pero algo sujeta mi tobillo. No alcanzo a fijarme que pasa y caigo al suelo de forma dramática. No he alcanzado a colocar los brazos para proteger mi rostro. 

Trent me da vuelta y se coloca encima de mí. 

—Demonios, yo quería hacerte sangrar —habla. Me toma un segundo darme cuenta de que estoy sangrando de la nariz-. No importa, te haré sufrir de todos modos. 

Su peso es mucho sobre mi cuerpo. Intento removerme pero no lo logro. Esta respirando muy cerca de mí, sus manos por todos lados y mis ojos se llenan de lágrima de impotencia. Grito pero su mano se estampa contra mi mejilla y ahogo un quejido. 

Trent se ríe y está a punto de golpearme otra vez cuando su cuerpo es levantado por sorpresa. Me siento ligera y libre, me incorporo de inmediato y me alejo un poco. Llevo la mano a mi nariz; duele como el infierno pero no la tengo rota. 

Soy consciente de que tengo sangre en mi mano y cara, sin embargo, no me importa. Dirijo la mirada hacia el escándalo. Lo veo batallando con los hombres; él no necesita espada. Con movimientos precisos y fuertes noquea a los dos borrachos. Se agacha para comprar que estén dormidos, luego se levanta y me mira. 

Se acerca sin quitarme la vista de encima y saca un pañuelo de su abrigo de cuero. Con una delicadeza agradable, coloca el paño bajo mi nariz y limpia la sangre. 

AZUL GARFIO | FANFIC CAPITÁN GARFIO #OUATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora