Paso la mayoría del día aprendiendo de las técnicas del enfrentamiento con espada, como se toma y se ataca. Es más que solo moverla hacia los lados o herir a tu enemigo, conlleva movimientos equilibrados y precisos de tus pies y tu cuerpo completo. Los brazos ligeros pero fuertes. No malgastes energía, me había dicho Garfio.
Luego intentó enseñarme pelea a puño limpio, pero se llevó una sorpresa -lo cual me pareció un poco insultante- al ver que yo ya sé defenderme por cuenta propia. Me miró con cara extraña cuando le dije que practicaba defensa personal en el gimnasio y kickboxing 2 veces a la semana más el entrenamiento regular. Lo cual terminó la sesión de aprendizaje mostrándole pasos a él y a algunos de sus hombres, quienes se atrevieron a pelear conmigo como práctica.
Creo haber ganado un poco de respeto ante ellos y eso me tranquiliza. Ya me estaba cansando de que me trataran como algo delicado e inferior. No tengo paciencia para el pensamiento retrógrado en mi mundo. No lo tendré ahora.
Ya está poniendo el sol cuando el señor Smith nos trae una bandeja con abundante comida y nos deja en algún lado para nosotros. Garfio se encuentra en el timón mientras John, encargado de las velas y el manejo de las cuerdas, me está enseñando como hace su trabajo. Me siento un poco ansiosa del trato amable que estoy recibiendo; hace unos días todos me miraban con asco o simplemente no lo hacían. Y, para ser sincera, me siento agradecida de que ya no lo hagan.
—Ven a comer, Jen —me dice el capitán—. Señor John, únase a la tripulación para comer y vuelva para terminar el trabajo.
John le hace caso de inmediato, sin antes inclinarse frente a mí en modo de disculpa.
—Gracias, John. Luego terminas de contarme como hacer ese nudo.
Me acerco a la mesa improvisada que ha arreglado Garfio para nosotros.
—¿No comes con tus hombres? —pregunto.
—A veces —menciona mientras ordena las servilletas de género que parecen muy antiguas—. Generalmente como mientras estoy revisando los planos de navegación o cuando estoy en mi camarote. Siempre estoy muy ocupado —se da vuelta para mirarme—. Ven y siéntate.
De repente, me siento fuera de lugar ante lo elegante que se ve todo. La mesa es preciosa por si misma pero Garfio la ha adornado con un mantel y loza de plata que parece reliquia. Hay una bandeja con una presa de pollo entera, vino, pan en rodajas y otra bandeja de fruta que se ve impresionantemente fresca.
Me reviso. Aún llevo el vestido que robé del pueblo; es bonito y delicado pero no me siento cómoda. Me dificultó bastante al momento de entrenar. Además, me siento un poco sucia después de sudar, sin considerar que no me baño desde el día en que caí en manos de Garfio.
Debería preguntarle por el baño y un poco de ropa luego de cenar.
Vuelvo a la mesa y me maravilla lo bello que se ve todo. La luz del atardecer le da un toque romántico a la velada.
Esperen...
—¿Por qué tanto formalismo para comer? —pregunto.
—¿A qué te refieres? —me mira un poco exasperado, aún está esperando que me sienta. Está sujetando la silla para mí—. Jen, eres mi invitada y este es el trato que se le da a un invitado en mi barco.
—Hace unos días era una esclava —digo bromeando mientras avanzo y me siento.
Garfio me ofrece la servilleta y se sienta en su puesto. Para mi sorpresa, se ubica a mi lado. Pienso en las cientos de películas ambientadas en siglos pasados que he visto, en la escena donde se sientan es una mesa larga y pienso en lo estúpido que es cuando se sientan dos personas a cada extremo. Lo único que podía pensar en lo difícil que podía ser pasarse la sal de un lado a otro.
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AZUL GARFIO | FANFIC CAPITÁN GARFIO #OUAT
Fanfiction¿Qué sucede cuando dos almas que se atraen se encuentran en la unión de dos mundos alternos? Manipular el tiempo y el espacio jamás da buenos resultados, menos para dos corazones que están destinados a conocerse. Historia e idea original. Cualquie...