Capítulo 6: Convencer

810 112 7
                                    


Cuando abro los ojos, ya es de noche. Estiro mi cuerpo, algún hueso de mi espalda suena, y me siento sobre la cama. Los rayos de luz de luna entran por la ventana de un metro por dos que bordea el cuarto de Garfio.

Ahora que me encuentro consciente, me siento estúpida por desmayarme en frente de él. Como si ya no estuviera más a merced del destino, me he hecho ver bastante débil e incapaz de hacer algo por mí.

Haga lo que haga, parece que siempre termino en los brazos del capitán.

Espero que sea la última vez.

Me coloco mis zapatos bajos. Garfio debió sacármelos cuando dormía. Hecho un pequeño vistazo a mi alrededor; el vislumbre me deja ver una parte pequeña del escritorio de madera. El grabado del borde es impresionante y majestuoso. La mesa resalta por sobre todas las cosas dentro del cuarto.

La idea de que sea robado pasa por mi cabeza y me siento culpable. La energía y pensamientos negativa ha comenzado a embargar mi mente y cuerpo.

Toco los papeles amarillentos sobre el escritorio. No puedo enfocar mucho, pero sé que se trata de mapas, coordenadas. Un frasco de tinta negra y una pluma acompañan a los documentos.

De repente, escucho un ruido desde arriba. Noto que la puertezuela está abierta. Subo las escaleras y me sorprende el silencio sepulcral que hay en cubierta. Recuerdo que la tripulación tiene la noche libre... es decir, que no hay nadie que pueda verme o vigilarme. Avanzo unos pasos hacia la escalera que da al nivel menor, cuando lo oigo.

—Sigues con la idea de escaparte.

Maldigo, a mí, a él, al cielo y todo. Ruedo lo ojos, a pesar de que él no puede verme. Doy vuelta y veo a Garfio acercarse. Anteriormente, reconozco que pensé en él como alguien que emana poder, rodeado de un aura oscura. Bueno, no sé nada de espiritualidad ni cosas esotéricas, pero ahora Garfio luce aún más terrorífico... peligrosamente, atractivamente terrorífico. No ha vuelto a ponerse el abrigo y su cuerpo se ve apretado, de una buena manera, bajo las prendas de cuero.

—Jamás he conocido a alguien más cabeza dura que tú —dice una vez que queda a centímetros de mí. Tiene una mano metida en el bolsillo y el gancho brilla por la luz nocturna.

—Soy un alma libre —hablo, sin pensarlo demasiado—. Sé que entiendes eso y espero que me dejes ir, luego de nuestra conversación.

—Jennifer, eso ya no depende de mí —Garfio se aleja para tomar el mando del timón.

—¿Cómo sabes mi nombre?

Él me mira con una ceja levantada.

—Mi tripulación es fiel, amor. El señor Smith es el más leal de todos. ¿Creías que no me iba a decir tan valiosa información?

Frunzo el ceño. ¿Qué tanto le habrá dicho de mí el señor Smith?

—¿No crees que es un poco injusto esta situación? —pregunto. Garfio luce confundido por un momento, con sus cejas juntas y ojos brillosos—. Tú sabes lo suficiente de mí, pero no sé absolutamente nada sobre ti, además de ser capitán y fanático del cuero negro. ¿Eres gótico? Ya pasó de moda.

Ahora luce serio.

—No tengo idea de lo que estás hablando —refunfuña—. No voy a discutir contigo sobre mi forma de vestir y menos te diré información relacionada conmigo. No tienes ninguna posición de ventaja en esta situación.

—Entonces déjame ir —suplico y doy un paso más cerca.

—Ya te lo he dicho, Jennifer —voltea a verme, directo a los ojos—. Esa petición no depende de mí. Soy el capitán, sigues siendo prisionera a menos que te des cuenta y asumas dentro de esa cabeza tuya en el lugar que estás.

AZUL GARFIO | FANFIC CAPITÁN GARFIO #OUATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora