El sol de la mañana está radiante. Los rayos iluminan a la perfección el campo de hierba frente a mí, revelando distintas tonalidades de verdes. Las flores abren orgullosas sus pétalos de colores mientras los árboles emiten el sonido de sus ramas bailando a causa de la brisa matutina. La lluvia de ayer no me permitió apreciar el paisaje a mi alrededor, en la urgencia de encontrar un refugio. Ahora que la belleza de la naturaleza está frente a mí, no puedo apartar la vista.
Cierro los ojos e inhalo profundamente. Capturando los olores, esencias, ruidos y el calor del clima que, ahora, es un regalo. Hermoso día, para ser el último.
Su voz logra sacarme de mi ensoñamiento.
—Ven a comer —demanda.
Doy vuelta para verlo. Está vestido con la ropa que encontré anoche. Desgraciadamente, es lo bastante holgada para apreciar su figura. Sin embargo, yo ya conozco como es debajo de esas capas de tela. Por lo que no tengo que imaginar que tan maravillosamente bien luce.
Apenas amaneció, ya tenía las manos de Killian sobre mí, asaltándome con besos y mordiscos. Los músculos de mi cuerpo protestaron ante la acción de la noche anterior, pero no me importó en absoluto; mi cuerpo aún exigía de su cercanía. Nos detuvimos cuando nuestras tripas comenzaron a demandar alimento. Killian había acariciado mi rostro y advirtió que iría por comida. Aproveché el tiempo para vestirme y lavar mi rostro. El reflejo que encontré en el espejo había sido horroroso; tenía la marca del golpe de Baelfire en mi mejilla y nariz de un hematoma, los pómulos tenían un poco menos de carne que hace tres semanas y el cabello era una maraña de nudos.
Había salido un momento al exterior para tomar aire y estirar mi cuerpo, cuando Killian llegó con una canasta de manzanas y agua fresca que había recolectado con la ayuda de una jarra de la cabaña.
Ahora me mira con duda en sus ojos.
—¿Estás bien? —dice, preocupado.
Asiento con la cabeza mientras me acerco a él. No decimos nada mientras comemos porque los nervios comienzan a atacarme con muchas preguntas. ¿Cuál es la mejor manera de despedirse de alguien a quien no verás nunca más en tu vida? ¿Qué debo decir? ¿Debería esperar más tiempo? No sé que decir y tampoco quiero llorar. Eso lo haría mucho más difícil de lo que es. Puedo notar la mirada de Killian sobre mí, aun cuando estoy concentrada en el plato frente a mí.
Killian. Killian.
—Me gusta tu nombre —digo. Puedo ver la sonrisa en su rostro.
—A mí me gusta como suena de tu boca —dice y me ruborizo.
No por lo que ha dicho, sino por lo recuerdos de mis gemidos y la cantidad innumerable de veces que pronuncié su nombre la noche anterior.
—Así que sólo Killian, ¿eh? —indago.
—Killian. Killian Jones —responde y me sorprendo. Es un nombre bastante común. Aún así, todo el mundo lo conoce como el capitán Garfio.
—¿La tripulación sabe tu nombre?
—Sólo algunos. Aquellos que han estado conmigo desde el principio —agrega.
—¿Desde que decidiste ser pirata? —pregunto.
El ríe.
—Algo así —dice, y hago un movimiento con mi cabeza en señal de que no es información suficiente—. No siempre fui así.
Killian deja a un lado su plato vacío, se limpia las manos con una servilleta de tela y bebe un poco de agua. Su vista se queda fija en un punto frente a él.
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AZUL GARFIO | FANFIC CAPITÁN GARFIO #OUAT
Fanfiction¿Qué sucede cuando dos almas que se atraen se encuentran en la unión de dos mundos alternos? Manipular el tiempo y el espacio jamás da buenos resultados, menos para dos corazones que están destinados a conocerse. Historia e idea original. Cualquie...