AZUL GARFIO | FANFIC CAPITÁN GARFIO #OUAT

Capítulo 26: Una bestia sin amor

Hola, a todas, todos. Es un capítulo largo, sin embargo, pareciera que tuviera solo tres párrafos. ¿Podrían avisar si pueden leer todo? Creo que hubo un error al subirlo. Trataré de resolverlo, y cuando puedan, espero disfruten.

~*~

Un sonido agudo resuena en mis oídos y el corazón golpetea fuerte contra mi pecho, en un ritmo dolorosamente rápido. Muy por el contrario, pareciera que las personas a mi alrededor ralentizaran el paso, sus movimientos. El sonido de las conversaciones ha mermado dejando en su lugar los murmullos acerca de Garfio.

—Gracias a Dios han encontrado a ese criminal —comentó una de las doncellas alrededor de la gran mesa.

—Espero el momento para ver colgado a ese pirata —mi estómago se retuerce ante ese comentario.

Me quedo quieta en mi lugar, sin saber que hacer realmente. Las ganas de vomitar son auténticas, pero logro recomponer la compostura: necesito ser inteligente, ir un paso adelante. ¿Qué puedo hacer ahora?: Pasar desapercibida. Si los guardias, o alguien, se percatase que Garfio era mi compañía en el baile, probablemente estaría en problemas. Podría ser involucrada con él y sus crímenes, quizás pensarían que soy uno de sus tripulantes o la amante de un pirata. ¿Qué podría ser peor? No lo sé, pero tengo que salir del palacio antes que alguien notara mi presencia.

Si llegasen a retenerme, no habría esperanzas para ninguno de los dos.

Me dirijo hacia la salida a paso tranquilo, trato de lucir despreocupada, sin prisa, para no levantar sospecha. Sonrío a las personas que rozan mi hombro en el camino mientras la música vuelve a sonar por todo el lugar. Las personas no se apresuran a retomar la danza, sin embargo, las voces retoman las conversaciones banales y alegres que había hace unos minutos atrás.

Noto que la cantidad de guardias ha disminuido por los alrededores. Seguramente ocupados con Garfio. El pensamiento sobre qué tortura podrían estar empleando en él me inunda y mis ojos comienzan a nublarse. Tengo el impulso de dar media vuelta y correr hacia donde los reyes han desaparecido con el pirata.

Una mano se posa en mi antebrazo de forma imprevista y volteo con brusquedad para enfrentar a la persona que ha detenido mi camino. Espero a ver la expresión estricta de un guardia, pero me sorprendo a ver el rostro de Baelfire y un escalofrío recorre mi espalda. Observo el movimiento de su mandíbula en la piel de sus mejillas; sus facciones se muestran tensas, pero puedo ver una sonrisa en sus labios.

Tiene un aspecto tenebroso.

—Tú eres la compañía del pirata esta noche —pronuncia en tono peligrosamente bajo—. No creas que pasaré de alto ese detalle.

A pesar del miedo que tengo en estos momentos, sostengo su mirada fría.

—Suéltame —susurro, y luego, Baelfire aprieta con más fuerza mi brazo. Me está haciendo daño, pero no lo suficiente para lograr que desespere.

—Ven conmigo —susurra y acerca su boca contra mi oído. El sólo hecho de sentir su aliento en mi cuello hace querer patearlo directo en las bolas—, y no gritaré que eres cómplice de Garfio.

No tengo otra opción que hacer caso a su petición. Miro a mi alrededor; las personas ignoran por completo nuestro intercambio. Me cuesta creer lo rápido que ha vuelto a la normalidad el ambiente en el palacio. Baelfire gira un poco y levanta su codo hacia mí. Está ofreciendo su brazo para que lo sostenga, como si yo fuera su pareja esta noche.

Hijo de puta.

Avanzamos rodeando a las personas, mientras mi corazón late rápidamente dentro de mi pecho que siento que saldrá corriendo de mi cuerpo. Aprieto mis dientes con tanta fuerza que duele.