𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]

ii

—¿Y?, ¿Qué tal la escuela? —preguntó Rob dejando de lado los cubiertos para mirar a Aidan.

El chico dejo de lado el tenedor con pasta en el plato, pasó saliva y miró sus manos. —Bien...

—¿Has tomado tus medicamentos?

—Si, y también he hecho mis ejercicios, por si pensabas preguntar —comenzó a jugar con los macarrones en su plato.

—Bien.

El silencio en la mesa era incómodo, era la misma platica de siempre, "tus medicamentos, ejercicios, escuela" y hasta ahí.

—¿Y mamá?

—Esta con tu abuela, tenían cita con el médico.

—Entiendo, ¿irás a trabajar?

—Siempre voy, ¿por qué hoy sería la excepción? —estaba comenzando a ponerse a la defensiva.

—Sólo preguntaba, no tienes por qué enojarte.

—¿Enojarme? —preguntó sarcástico—. ¿Por qué habría de enojarme?

Aidan ya ni siquiera se atrevió a preguntar, su talón comenzó a golpear repetidas veces contra el piso.

—Siempre te crees importante y crees que todo gira alrededor de ti, ¡así has consumido a tu madre! ¡Y a tu amiga esa! —gritó arrojando la servilleta sobre la mesa.

Eso fue todo, tomo el tenedor y lo clavo con fuerza en la mesa. —¡Suficiente! ¡Ya tuve suficiente de ti y tus estúpidas palabras! Me has quitado el apetito.

Cinco respiró un par de veces tratando de calmarse y salió de la casa.

—¡Estúpido hombre!, —tiro el contenedor de basura— ¡estúpido, estúpido, estúpido!

Miró molesto a su alrededor y comenzó a caminar al único lugar que sabe que Aidan (y él) recurría.

[...]

—Signo contrario de más, menos —miró una vez más la cuenta anotada en su cuaderno—. ¡Vamos Rey! Cinco nos lo ha explicado muchas veces, ¿por qué no lo recuerdas? Cerebro inútil —golpeó su cabeza contra el escritorio.

—Puedo explicarte de nuevo si quieres.

—¡AAAAA! —gritó llevando su mano derecha al pecho.

—¡Cass!, ¿estás bien?

Miró a Cinco entrando a su habitación, estaba tratando de regular su respiración por el susto. —Eh, ¡si mamá! Sólo era una fea araña peluda —tomó un cojín y se lo arrojo al chico, Cinco lo atrapo antes de que impactará contra su cuerpo.

—Una fea araña peluda, ¿eh? —alzó su ceja mientras miraba el cojín en sus manos para después dejarla en la cama y tomar asiento en esta.

—¿Qué haces aquí? Estoy enojada contigo por si no lo recuerdas —se acomodó mejor en su silla.

—Lo sé, pero necesitaba distraerme.

—¿De qué? ¿Por qué estas tú aquí?

—Ya te dije que necesitaba‐

—No, —lo interrumpió—¿por qué estás TÚ?

—Oh, —se encogió de hombros— solamente quería salir un rato.

—Mmm —hizo una mueca y volvió a poner atención en el cuaderno.

—¿Esperabas a alguien más?