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Asintió entendiendo.

—¿Enserio jamás te diste cuenta?

—No, acá entre nos a veces aún me confundo un poco. Sólo no les diga, y mucho menos a Cinco y Ryan, sabe que esos dos se odian a muerte —miró por la ventana, hacía rato habían llegado, pero tenían que hablar algunas cosas.

—¿Nunca has sospechado el por qué? —la miró, intrigada.

—No, desde niños son así. Pero también odian a Aidan.

Nana sonrío, asintiendo. De verdad no lo sabía.

—¿Usted si lo sabe?

—No —mintió—, supongo que ya te tocará descubrirlo en algún momento.

—Supongo que sí. Nana, —la anciana hizo un sonido nasal en señal de que siguiera hablando— ¿usted sabe dónde está Aidan? Específicamente

—¿Tienes un plan?

—Creo que sí.

[...]

—¿Dónde?

—En un centro psiquiátrico —repitió.

—¿Y cómo entraremos? Ni siquiera somos mayores de edad para hacerlo —mencionó Noah.

—Pero obviamente no iremos directamente a ver si quieren dejarnos entrar.

—Y suponiendo que lo logremos, ¿cómo vamos a sacarlo? Ese lugar obviamente tiene cámaras y seguridad, nos atraparan antes de siquiera estar frente a la salida —objetó Jaeden.

—Pero tenemos algo que ellos no tienen.

—¿Qué cosa?

—A Five

Todos fruncieron el ceño. —¿Quién?

—Agh.

—¿De qué estamos hablando? —apareció Liam en la mesa.

—¿Y tú dónde estabas? —preguntó Kendall.

—Alimentando a Helena —mostró el biberón—, que ustedes sean unos irresponsables y se olviden de sus hijos es su problema.

—Liam...

—¿Qué? —miró con desinterés a Noah.

—¡¿Dónde está Richard?!

Los bebés comenzaron a llorar por el escándalo.

—¡Noah!

—Noah, nada. Mi hijo está perdido ¿y ustedes se quejan porque los suyos están llorando? —todos siguieron mirándolo mal mientras trataban de calmar a sus bebés—¿Dónde lo dejaste?

—No lo sé —lloriqueó Liam—, soy un pésimo padre.

—¿Dónde lo dejaste? ¿Dónde estabas?

—Creo que‐

—No, no, no. ¿Cómo qué crees? Recuerda, maldición.

Después del escándalo, pudieron encontrar a Richard. Con la señorita Vega y una sanción, pero lo encontraron.

—¿Podemos seguir hablando del plan?

—Sólo recuerda que debe incluir a NUESTROS hijos. Y tú brazo roto.

—¡Ya dije que lo siento!

—Tú lo siento no va a quitarme la sanción ni la preocupación.

—Ni siquiera es real, por dios.

𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora