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Pasado

Sus pequeños pies se columpiaban de atrás hacía adelante mientras miraba a todos los demás niños con sus amigos.

Nunca había sido alguien con una gran habilidad para entablar conversaciones o siquiera amistades. Y mucho menos después de lo ocurrido con su abuelo.

—Hola —saludo, jadeando.

—Hola —la miró un momento, ¿Cuál era su nombre? —¿Cassidy?

—Si, aunque puedes decirme Cass —el castaño asintió—. ¡Oye!, ¿por qué no estas jugando con nadie? —preguntó, señalando a sus demás compañeros de clase.

—N‐No me gusta jugar a eso —respondió, apenado.

—¿Por qué?

—¿Por qué te llamas Cassidy? —cambio el tema.

—No lo sé, nunca se lo he preguntado a mi mamá —suspiró, aliviado cuando ella acepto el cambio.

—¿Tú por qué‐ —sonrío, apenada—¿Cuál es tu nombre?

—Aidan.

—Oh, sí. ¿Tú por qué te llamas Aidan? —lo miró balanceando sus pies.

[...]

Presente.

—Toma, —le arrojo el palo de la escoba—no puedo estar cuidándote todo el tiempo

—Si recuerdas por qué estás aquí, ¿no?

—No —la miró irónico—, ¿por qué no me lo recuerdas, nena?

—Deja de llamarme así, grandísimo idiota —se acercó a la cámara de la habitación y la rompió—. Eso es —lo miró.

—¿Es qué? ¿Ahora de qué hablas? —se asomó a los pasillos—. Camina —la tomó de la muñeca y salieron.

—Las cámaras, ellos saben dónde estamos por las cámaras

—No podemos deshacernos de cada cámara del maldito lugar.

—¡Deja de ser tan maldito pesimista!

—¡Y tú tan poco realista!

—Sino vas a ayudarte a salir, yo lo haré —comenzó a quebrar cámara por cámara del pasillo. Por suerte sólo eran 6.

Five la miró y con frustración fue a ayudarla.

—Bien, son todas. ¿Ahora qué?

—Entremos a una habitación

—¿Qué?

—Ala C. Rápido, rápido, rápido. Trastorno de identidad disociativo, tengan cuidado.

Al escuchar aquello tomó el palo con más fuerza.

Ella lo tomó del brazo. —No es el momento, por favor. No hagas un escándalo —negó, tomando la tarjeta de acceso y entraron a la tercera habitación del pasillo.

—¡Papi, mami! —ambos voltearon a ver al adulto tras de ellos.

—Papi te extrañe mucho —el castaño lo miró horrorizado cuando este se lanzó encima de él.

—¿Qué mierda? —miró a Cass—. ¡Deja de verme y ayúdame!

—¿Qué mierda se supone que haga? ¿Lo cargo, papi? —ironizó.

—¡Cassidy!

Giró sus orbes cafés y miró alrededor de la habitación. No había cámaras. ¿Por qué?

𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora