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Los días en la escuela se volvieron recurrentes. Literalmente era verlos a ambos chicos más acompañados y recurrentes con el otro que de costumbre.

Tuvieron que entregar a Blue, eso sí fue un gran cambio. Estaban de alguna manera acostumbrados a ser padres y ahora había terminado.

Era hora del receso y estaban bajo su árbol habitual. Comiendo.

—Mmm prueba esto —le acercó un gajo de mandarina.

El chico lo tomó algo dudoso y se lo llevó a la boca.

—Rico, ¿no?

—Si —asintió un poco y la tomó por los hombros para tumbarla consigo en el pasto—. ¿Recuerdas cuando traías mandarinas para compartirlas conmigo? —quitó algunas basuras del castaño cabello de la chica.

—Si, mi mamá se preguntaba por qué se terminaban tan rápido, eras un glotón. Debía llevar tres mandarinas para ti y una para mí, aunque igual te comías la mitad de la mía —se volteó sobre el pecho de Aidan y se acomodó mejor sobre este para verlo.

—Tú tenías la culpa, ¿para qué me consentías tanto Cassie? —rio mirándola mientras acariciaba sus castañas hebras de cabello.

—Porque eres mi amigo, y te quiero.

Él oji-verde asintió con una sonrisa de labios cerrados y siguió acariciando el cabello de su novia.

—¿Cassie? —ambos se levantaron para ver a las personas frente a ellos—. ¿Podemos hablar?

—¿Sobre qué? —se sentó, para mirarlos mejor.

—Queremos aclarar las cosas —habló Noah.

—No me gusta quedarme con la duda. Además —miró a Aidan—, sólo tuve una versión, quiero oír la suya. Pero —los frenó— sin mentiras. ¿Puedo confiar en ustedes?

Los cuatro amigos se miraron entre sí y asintieron.

—Okey, los escuchamos —les hizo una señal para que se sentaran frente a ellos y estos así lo hicieron.

—Cass, nosotros no sabemos qué fue lo que ocurrió con Jaeden y con ustedes, pero queremos saber por qué estas molesta con nosotros. Creí que una cosa era pelear con Jaeden y otra muy diferente era estar peleados con nosotros.

La castaña frunció el ceño. —Jaeden dijo que ustedes estaban de acuerdo en que yo no tenía por qué arriesgarme en todo en lo que Aidan saliera perjudicado.

—Nosotros no dijimos eso —negó Kendall—. Nosotros no tenemos por qué meternos en las decisiones que Aidan o tú tomen, no somos nadie para hacerlo.

—Cass, no sabemos por qué Jaeden diría eso. Pero enserio, créeme cuando te digo que no dijimos nada de eso. Como dice Kendall, no somos nadie para hacerlo Cass —afirmó Kenzi.

—¿Enserio no dijeron nada de eso? —los miró aún sin crearles del todo.

—Enserio Cass, no lo hicimos —afirmó por último Liam.

La pareja se miró entre sí. Y asintieron.

—¿Estamos bien?

—Si, siento los inconvenientes.

—No te preocupes, ahora —se levantó del pasto y sacudió sus rodillas— te robo a tu amigo. Tenemos entrenamiento Gallagher —señaló su reloj.

—¿Ahora?

—Ahora.

El castaño hecho su cabeza hacía atrás y suspiró pesadamente. —Bien, cuiden a mi novia chicas —los presentes abrieron los ojos sorprendidos.

𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora