xii

823 111 91
                                    

Después del pequeño "intercambio" de palabras entre ambos castaños, Cass no pudo dejar de estar inquieta por un rato. ¿Otra personalidad? ¿Hace cuánto no ocurría eso?

—Me miras como si fuera un monstruo o algo parecido Cassidy —mencionó, su mirada estaba puesta en un libro de la habitación de ella.

—Me amenazaste hace unas horas, ¿cómo se supone que te mire?

Alejó la mirada del escrito y la fijo en ella. —¿Eso para ti fue una amenaza? Que poco aguantas, sólo fue un pequeño consejo —se reclino en el respaldo del pequeño sillón—. Los amigos lo hacen, ¿no?

—¿Somos amigos?

—¿No? Oh, bueno. También somos los padres de esa bebé —se encogió de hombros—. ¿Puedo seguir con mi lectura sin sentir esa mirada aterrorizada de parte tuya?

Asintió y esté agradeció para volver a su lectura.

—¿Qué haremos con la bebé entonces?

Dejo salir un suspiró y dejo el libro de lado, nuevamente.

—Se concreta, no me gusta darle tantas vueltas al asunto. El tiempo es oro.

—Los horarios, ¿cuáles serán nuestros horarios?

—¿Quieres acoplarte a mis horarios o que me acople a los tuyos?

—Bueno, Aidan tiene-

Hizo un quejido y negó. —No el horario de Aidan, el mío.

—Pero ¿cuál se supone que es? ¡No te conozco en lo absoluto!

—¿Según quién?

Frunció el ceño. —¿A qué te refieres?

—Cass, Cass, Cass —le dio una sonrisa ladina—. ¿Enserio nunca te diste cuenta? —su expresión era de completa confusión—. ¿Me estás diciendo que pude haber seguido sin darme a notar y jamás te hubieras dado cuenta? —preguntó con burla, soltó una carcajada cuando la expresión de aquella, cambio. ¿De verdad era tan ajena a la situación?

—¿Hace cuánto?

—Lo suficiente hasta para decirte en que posición duermes.

—¿Eres una clase de psicópata? Ya ni siquiera sé si de verdad eres otro o eres uno de esos cuatro jugándome una broma.

—Seré el que tú quieras Cass, ¿quieres que sea Nickolas? Seré Nickolas, puedo ser él que tú quieras. Tal vez siempre he sido solamente yo y has vivido engañada toda tu vida, ¿Cuál te gusta más?

[...]

—Maldito bebé, no se calla —se quejó el muchacho, arrullando a la muñeca.

—Es tu hija, así que cállate que ambos son igual de irritantes —giró los ojos.

—Hoy se va a quedar contigo.

—¿Qué? No, ni de broma. Se va a ir contigo.

—No —enrollo a la bebé en sus cobijas y la acomodó en la cama de la chica.

—¡Esto no es justo! Ni siquiera es democrático

—La estuve cuidando todo el tiempo, es tu momento. Sirve y me tomó lo que resta del día para decirles a mis padres que son abuelos —sonrío. A ella no le hizo gracia.

—Sigo pensando que esto no es justo —se cruzó de brazos.

—Nada en esta vida es justo Cassie —se trepo a la ventana y salió por esta misma de un salto.

—Estos y su maldita costumbre de salir por la ventana —bufo y se asomó por donde él había salido—. No les vendría mal aprender a usar una puerta

𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora