𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]

viii

—Fuiste un tonto, ¿lo sabías? —la felicidad era palpable en su cara.

—Pero te gustaron, y es lo que cuenta. Me sorprende que tu madre no las viera.

—Bueno, ustedes tienen esa manía de entrar por mi ventana, a excepción de Aidan, claro —asintió.

—No quiero saber de quién más hablas con respecto a eso —saludo a algunas chicas y chicos mientras recorrían el pasillo.

—No empieces ahora, es un buen día.

—Seguramente mi regalo les superaría por milésimas.

Cass lo miró confundida. —¿Qué regalo?

—Piénsalo, —se detuvo a mirarla una vez estuvieron frente al casillero que él ocupaba—si ese idiota malhumorado te hubiera dado un regalo probablemente sería una daga o hasta una M1911 semiautomática —se encogió de hombros, se notaba el disgusto en sus palabras—. Y Nickolas solamente te hubiera dado un abrazo o que se yo, ¿una manualidad? —negó de forma burlona.

—¿A qué quieres llegar con todo esto, Ryan? —estaba comenzando a molestarse.

—Y luego Aidan —siguió hablando, pero la castaña lo frenó.

—No se cuál es tu punto en todo esto, pero por la paz ya déjalo. Tal vez Cinco no sea el más romántico o carismático del mundo, ni Nicky el más atrevido o Aidan el más —se detuvo a pensar la palabra—¿sociable? —okey, eso arruino su gran discurso—, bueno. Tú entiendes, el caso es que siquiera ellos no son tan malditos engreídos como tú —golpeó su dedo índice con su pecho—«A excepción de Cinco» —pensó.

—¿Por qué siempre debes defenderlos?

—Son mis amigos, no puedes hacerme preferir a ninguno sobre el otro. Es ridículo —negó apartando la mirada—. No me gusta cuando se ponen en ese plan de "soy el favorito" o "soy mejor que él" —acaricio su sien.

—Todos sabemos quién es el favorito sin que lo digas.

—¿Enserio? ¿Quién? —lo miró

—Ya te lo dije —comenzó a sacar sus cosas—. No necesitas decirlo para que lo sepamos, aunque... olvídalo.

—Te dije que no arruinaras el día —se dio media vuelta y comenzó a irse.

El castaño rio al verla irse, sabe sacar de quicio a Cassidy; y es parte de sus actividades favoritas.

[...]

—Cass, Cass —canturreo a su lado.

—Deja de molestar —colocó su mano sobre el rostro del contrario, la cual apartó con rapidez cuando sintió el lengüetazo en está—¡Ryan! —se quejó limpiando su mano en su amigo.

—No seas delicada, Cass —su risa era escandalosa.

—Eres un asqueroso —arrugó su nariz mirándolo.

—Pero así me quieres —se acomodó en su hombro.

—Eres insoportable Gallagher —empujó la cabeza del castaño lejos de su hombro.

—¿Por qué no nos saltamos la clase?

—Ni lo incites Liam.

—No es mala idea, no soy el favorito del señor Brown —alentó Gallagher.

—Ryan, no —advirtió la castaña señalándolo con su dedo índice.

—Vamos Cass. Podemos ir a hacer algo más divertido.

—¿Cómo qué?

—¿Enserio lo preguntas? Cualquier cosa es más divertida que estar en esta clase.