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—¿Puedes pasarme eso, cariño?

Tomó la bolsa de macarrones y la metió en el carrito.

—¿Quieres macarrones con queso?

—Sólo si yo te ayudo —le propuso mientras empujaba el carro.

—Okey, hay que ir al área de lácteos para comprar el queso —iba a decir algo al respecto, pero su nana lo cayó—vegano —agregó.

—Iba a decir si podía comprar limones para hacer agua.

—¿Limones? Okey —asintió—, si quieres, vamos primero por lo limones y luego por el queso

El adolescente asintió y al paso de la anciana señora Ray fueron al área de frutas y verduras del lugar.

Después de comprar lo necesario volvieron a casa, pero el auto de los padres del oji-verde estaba estacionado en la cochera de la mujer que lo acompañaba.

Bajaron del auto y sus padres lo hicieron a la par, nana Light Ray estaba enganchada al brazo de su nieto y miraba fijamente a la pareja frente a ellos.

—¿Qué necesitan?

—Hola suegra, estamos bien, ¿y usted? —respondió Rob, con sarcasmo.

—No ha sido lo que he preguntado Rob —miró a su hija—. ¿Qué necesitan, Lauren?

—Aidan vámonos a casa —ordenó.

—Él no va a ir a ningún lado. Después de como lo tratan me parece estúpido el hecho de que vengan para llevárselo.

—Oíste a tu madre, vámonos.

—Él no va a irse.

—¡Aidan!

—Nana ha dicho que no voy a irme —respondió mirándolos—. Y yo tampoco quiero irme, así que no lo haré.

—Lamentablemente esto no se trata de si tu abuela o tú quieren, te estamos dando una orden así que sube al maldito auto y vámonos.

—No.

El adulto comenzó a aproximarse, cuando estuvo a punto de tomar su muñeca este tomó la de su padre y la dobló haciéndolo retroceder y quejarse.

—No te nos acerques —dobló aún más, hasta hacerlo arrodillarse. Entonces miró a su madre—. Ninguno de los dos lo haga, nunca. Ya tiene a alguien que puede ser más normal y no darles problemas. Déjenos tranquilos.

—¡Suéltame, maldita sea!

—¡Aidan suelta a tu padre!

—Equivocación, —su iris verde se fijó en ella— yo no soy Aidan.

El hombre a sus pies maldijo y se quejó aún más cuando sintió que rompería su muñeca.

—Hijo, ya es suficiente —dijo Light tocando el hombro del muchacho, esté volteo a verla. Busco desconcertado la mirada de su nana y asintió para después soltar a su padre haciéndolo desplomarse en el suelo tomando el área torturada.

—Pueden irse, y por favor. No vuelvan, porque yo no voy a controlarme como Aidan —advirtió a ambos—. Iré a bajar las cosas —le mencionó a su abuela.

La mujer asintió.

—¡Ya veremos si usted puede con ese maldito loco! ¡Ya la veré en mi casa suplicando porque vengamos por él! —vociferó levantándose.

Las personalidades voltearon a verlo con los puños apretados.

—No me arrepentiré nunca.

—Así decía Lauren antes de caer en cuenta que por culpa de él —una parte del menor jadeo de tristeza al saber a dónde iba la conversación, Rob miró al castaño—murió su padre

𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora