𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]

xxvii

—Tira más fuerte, imbécil —empuñó la navaja entre su mano y la clavó en repetidas ocasiones en la pierna de su padre.

El grito de Gallagher no se hizo esperar. Five se soltó tomando nuevamente su arma y se levantó para ponerse en posición de pelea, pateó el rostro del adulto y corrió a la puerta.

—Maldición —golpeó la puerta, frustrado.

—¿Creíste que sería tan fácil? —el clic sonó en su oído—. Estoy harto de tus juegos.

Cerró sus ojos buscando tranquilidad en su interior. —Si lo vas a hacer, hazlo ya. No tiembles.

—Maldigo el día en que naciste Aidan, no eres el hijo que yo quería —el sonido de un disparo resonó en el lugar, Five cayó al piso y trató de parar la sangre con sus manos.

[...]

—Agáchense —la empujó Jaeden a un costado del hospital.

—Idiota —se quejó y después le señaló el collarín.

—Lo siento, era eso o que te dispararán en una pierna.

—Como a Liam —él susodicho estaba quejándose del dolor mientras sostenía su pierna.

—Tranquilízate, por suerte estamos cerca de un hospital.

—¿Dónde está lo tranquilizante, Kenzi? ¿Dónde? —lloriqueó.

—Tienes razón, no lo tiene porque eres tú el que está herido. Pero vamos —lo tomaron por debajo del brazo para ayudarlo a ponerse de pie y tratar de llevarlo por la salida de emergencia del hospital.

—La policía está llegando. —el ruido de las sirenas era cada vez más cercano y los disparos comenzaban a césar.

—¿A dónde vas tan rápido? —ambos castaños abrieron los ojos sorprendidos y miraron al tipo apuntando a Cassidy con el arma—. Rob te manda saludos, Nana te está esperando.

Dos disparos se escucharon en el lugar. Y dos cuerpos cayeron por el impacto.

[...]

—Esto es solo una advertencia, para que te des cuenta que no estoy jugando —le susurró al oído mientras el muchacho se sostenía el otro.

Le había disparado en la oreja y ésta no dejaba de sangrar. Apretó los dientes adolorido y molesto.

«—No van a rescatarnos, debemos hacerlo solos está vez.»

«—Están heridas, ¿Cómo se supone que vengan?»

«—El idiota tiene razón, está vez lo tendremos que hacer por nuestra cuenta.»

Un tirón en su cabello lo hizo salir de sus pensamientos. En su descuido Rob le pateó lejos la navaja.

—Vamos, levántate. Debemos irnos.

Le costaba escuchar, la explosión por el choque y el disparo lo habían ensordecido por completo de un oído y del otro no oía muy bien.

—Te estoy hablando —lo levantó jalando su cabello—. Debemos irnos. Camina. —lo empujó sin soltarlo y con el arma apuntando en su espalda.

—Te voy a dar una oportunidad más, —respiró, tratando de tranquilizarse— suéltame y vete lo más lejos posible. Nos dejaras tranquilo y nosotros a ti. Pero dejaras a Blue.

Rob se burló tras de él. —Las cosas se harán a mi modo y el que sigas con vida no forma parte del plan. Y por dios, ¿En qué cabeza cabe que voy a dejar a tu hermana contigo? —Five observo la habitación buscando su arma—. No estoy loco.