iii

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El día no estaba a su favor, estaba empapado de pies a cabeza, no había alcanzado a tomar el autobús y caminar era mejor que ir en el auto con su papá.

— ¿Y ahora que te pasó?

— ¿No es obvia la respuesta? —se señaló por completo.

—Tienes razón, perdón. ¿Firmaron el reporte?

El chico abrió los ojos y miró a su amiga con sorpresa.

—¿Eso es un sí?

Busco entre los bolsillos de su empapado pantalón y maldijo cuando encontró el papel húmedo, ilegible y a nada de romperse.

—Uhhh —negó la castaña.

Aidan apretó el papel en su puño hasta volverlo una bolita y la arrojo con fuerza a la pared, ajusto la correa de su mochila y comenzó a caminar al salón.

Cass se quedó quieta en su lugar, negó y lo siguió al aula. Tomó su lugar y no dijo ni comentó nada al respecto, lo que menos ocupaba ahora era que las personalidades hicieran acto de presencia tan temprano.

[...]

—Examen sorpresa —anunció la profesora de geometría analítica.

Rey casi sintió la sangre bajar hasta los dedos de sus pies.

La señorita Evans comenzó a repartir las pruebas a los alumnos.

Aidan tomó la dichosa hoja y, decidido empezó a responder los problemas y realizar las ecuaciones que se repartían en la prueba.

Su amiga lo miraba atónita, claramente quisiera tener un poco de lo que su amigo tenía. Miró el reloj, tomo aire y comenzó a contestar también.

Necesitaba una C+ para no deber la materia.

—Cinco nos enseñó esto Cass, nosotras podemos —se repitió en voz baja mientras miraba las malditas ecuaciones—. Por favor cerebro, no me falles ahora.

Los alumnos comenzaron a entregar los exámenes conforme iban terminando. Aidan volteaba a ver a su amiga con constancia, hacía rato él había terminado, pero no quería entregar hasta que ella lo hiciera.

—Chicos el tiempo se está acabando —mencionó la profesora, eso solamente causo aún más nervios en los demás alumnos.

Cassidy alzó la mirada, se fijó en Aidan y asintió levantándose.

—¿Terminaste?

—Si, dejemos esto y vayamos a comer, los nervios me abrieron el apetito.

Suspiró deliberadamente cuando salieron del salón.

—¿Tan frustrada estabas?

—Es geometría Aidan, claro que estaba frustrada. Y luego la señorita Evans y su: chicos el tiempo se está acabando —imitó con voz aguda y muecas.

El de ojos verdes rio la payasada de su amiga.

Ambos chicos tomaron sus bandejas y tomaron algunos de los alimentos que consumirían para después irse a su lugar habitual.

—¿Qué tal todo en tu casa? —inquirió mientras abría su botella de agua para darle un trago.

—Bien, ya sabes. Lo de siempre —le restó importancia.

—Mamá me contó que ayer salí de casa, ¿fue a buscarte?

Rey asintió mientras mordía el sándwich. —Cinco, así que supuse que había sido algo... —busco la palabra adecuada—¿brusco? —negó, Aidan frunció el ceño—. No sé cómo explicarlo; serio —asintió—. Supuse que fue algo lo suficientemente serio para que Cinco tomara el control y apareciera en mi casa.

—Supongo que ni siquiera entro por la puerta principal, ¿verdad? —la miró ladeando un poco su cabeza.

—Supones bien. Entro por la ventana Aidan, —hizo un quejido— un día de estos me sacará un infarto.

—¿De verdad? —ella asintió—. Ojalá pudiera tener un poco de control sobre sus acciones.

—No te preocupes, ya podrás. Tranquilo.

—Los medicamentos ya no funcionan Cassie.

Parpadeo un par de veces. —¿A qué te refieres con que los medicamentos ya no funcionan?

—A qué literalmente no lo hacen. —jugueteo con sus dedos y fijo su verde mirada al frente.

La castaña trataba de asimilar sus palabras, sus medicamentos ya no funcionan, y eso solo puede traer problemas debido a la inestabilidad emocional por la que pasa Aidan.

—¿Les haz dicho esto a tus padres?

—¿Para qué?, ¿preocuparlos más?, ¿Para qué él siga gritándome? —frunció los labios, aún seguía mirando al frente. Mirar a Cass y la pena en su mirada solo hará que se descontrole y todo sea un caos.

—No me refería a eso Aidan.

Hubo un largo silencio después de eso, hasta que Martell se acercó a ellos.

—Hola chicos —ambos correspondieron el saludo. La mirada del chico se posó en el castaño—. Gallagher te estamos esperando para entrenar

—Oh, sí, sí, sí. Lo siento, se me paso, enseguida voy.

—Pero ve, ya has faltado demasiado —le recordó, se despidió de Rey y se fue.

Aidan comenzó a recoger sus cosas, le dio una mordida rápida a su manzana y la dejo en la bandeja. No quería cruzar contacto visual.

—¿Dejaras las cosas así? Esto es importante, tú y tu salud son importantes.

—Ya lo oíste, he faltado mucho —repitió, hizo un ademán con su mano desocupada y se fue trotando de ahí.

Se quedo con la palabra en la boca, ¿enserio la había dejado ahí votada?

A veces, aún, de alguna manera no lograba reconocer del todo si Aidan era Aidan, no sabía en sí a ciencia cierta que era él el que estaba haciendo tal cosa o ya era otra personalidad.

Pero de alguna manera era así, desde muy pequeña había tenido que lidiar con esas distintas personalidades que vivían en su amigo, lo cual de alguna manera le había afectado en su desarrollo social pues sentía que tenía un compromiso en cuidarlo y que no se metiera en problemas.

Ella estuvo ahí cuando nació cada uno, Nickolas era un ángel, puro, tímido y sin rencor. Ryan era todo un chico popular, lo que ocasionaba que Rey se molestara la mayoría del tiempo, pues conforme fueron creciendo se hizo un casanova, era el más social de todos, y amaba ser el centro de atención de las chicas, un dolor de cabeza para ella. Y luego estaba Cinco, ese que no quiso tener un nombre común y no quería ser tampoco el número cuatro porque el era diferente al resto de "idiotas" con los que compartía; él era todo un caso, era quien más metía en problemas a Cass y Aidan, se peleaba con cualquier persona que no tuviera un límite, decía palabras muy elocuentes y le faltaba el respeto gestual y verbalmente a muchas personas. Sobre todo, a los profesores que trataban de mandarlo.

Cassidy era el mediador de esos cuatro chicos, eran sus amigos, no los únicos, pero formaban parte de su pequeño círculo social. Probablemente le habían arrebatado mucho de su infancia y adolescencia, pero siempre estuvo dispuesta en el recorrido, ya que Aidan no dejaba de recordarle que si quería podía irse.








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𝑇𝑜𝑑𝑜𝑠 𝐸𝑛 𝑈𝑛𝑜 [𝑇𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora