SECRETOS

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-ALICE

Capitulo 35

Cuando despierto lo primero que hago es ver a mi lado y... no.

Nate ya se había ido.

Me quedé un rato en la cama pensando en lo que habia pasado anoche, por Dios, Nate me había tocado, no me lo podía creer, y lo peor es que fue genial, la forma en que mi espalda estaba pegada a su pecho y sentía los latidos de su corazón en lo que el me complacía de una forma única había sido genial, ahora sentía que cada vez estaba más cerca de perder el control con ese chico y decirle todo lo que sentía, pero no podía, aún no lo podía aceptar, al menos no hasta que estuviera segura.

Lastima que tuvo que irse, era como si ya lo estuviera extrañando, por todos los cielos, se que me escucho como una idiota pero con Nate no puedo evitarlo.

En lo absoluto.

Tenía cosas que hacer, lo entendía, me coloque rápidamente mi ropa y me arregle para ir a la universidad, Jessica ya se había ido por lo que tuve que irme en mi auto.

Lo estacione en el aparcamiento junto a los demás y salí disparada hacia el salón, saludé a algunos amigos por el camino y entonces cuando llegue vi que aún no habían comenzado.

Genial, al menos no tenía que preguntar nada para no estar perdida.

Normalmente cuando eso me pasaba quien me explicaba era Evan, pero era obvio que esos días habían terminado.

El se encontraba sentado en los asientos de atrás, esta vez yo me quedé adelante, la clase paso lenta como siempre y cuando por fin acabo empecé a meter mis cosas en mi mochila.

—Señorita Dancóva, joven Brown, ¿Puedo hablarles un segundo?—cuestiono el profesor Roger ajustándose las gafas.

Los demás salieron por lo que quedamos solo los tres solos en el salón.

—¿Si?, ¿Pasa algo?.—pregunte Evan se detuvo a mi lado.

—No, solo quería recordarles que para la próxima semana es la presentación de su proyecto, debo suponer que ya lo tienen listo ¿No es así?.

Evan me vio de reojo en lo que yo asentí con la cabeza.

—Bien, que tengan un buen día chicos.

Volteé a ver a Evan quien me miró frío y salió pasándome por un lado.

—¿No vas a saludarme al menos?.—le pregunte frunciendo el ceño.

—Hola.

Oh, genial.

Lo seguí a pasos apresurados saliendo al aparcamiento puesto que era más alto que yo, no demasiado, pero mis piernas se quedaban cortas a comparación de las suyas.

—¿Vas a tu departamento?—pregunte, esperaba a que no me ignorara.

—Si—zanjo.

—¿Y tu auto?.—cuestione mirando hacia todos lados.

—Lo deje.

—¿Quieres que te lleve en el mío?.

—No.—y entonces comenzó a alejarse, mire mi auto y sostuve mi mochila sobre mis hombros.

—¡Oh! ¡Okey!, ¡Entonces caminaremos!.—dije con entusiasmo y una sonrisa, pero entonces el se volteo hacia mi soltando un gruñido por lo bajo.

—¡No Alice!, vuelve a tu auto y vete, quiero estar solo.—espeto.

—Pero...

—¡Que te vayas, joder!.—
Di un respingó sobre mi lugar por el tono de su voz y retrocedí como si quisiera darle espacio.—Ve a casa, y...y ten cuidado.—se dio vuelta y se alejó.

Mas Allá De Mis OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora